Los días de Alfredo

Fotos: Natalia Favre

Texto y Fotos Por Natalia Favre (El Toque)

HAVANA TIMES – Alfredo tiene 80 años y vive solo, en los altos de una casa de tres cuartos en el barrio de Cayo Hueso. Según Cubadebate, el 15 % de los adultos mayores en Cuba viven solos. Antes de la pandemia, Alfredo se dedicaba a rentar habitaciones a turistas, y se había acostumbrado a estar rodeado de gente de todo el mundo.

Sin embargo, durante el confinamiento entregó su licencia de alquiler y decidió no volver a trabajar. Los primeros dos meses de la pandemia no salió de su casa ni recibió a nadie. La única compañía era el televisor, que rara vez se apagaba y lo mantenía al tanto de las novedades del virus y los partes médicos. Un vecino le buscaba los mandados y se los dejaba al pie de la escalera. El miedo al contagio era mucho y él sabe que el grupo etario al que pertenece es el más vulnerable.

Además de los problemas de salud que ocasiona la enfermedad y los miedos que esto suscita, las relaciones interpersonales han cambiado drásticamente desde el confinamiento. La salud psicológica y emocional de muchas personas mayores está afectada, y es posible que los efectos sean duraderos.

Las proyecciones de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) plantean que de ahora a 2050 el número de cubanos con 60 años o más se duplicará, hasta llegar a representar casi el 40 % del padrón nacional. Las causas están asociadas a varios factores: el incremento de la esperanza de vida, la disminución de la mortalidad, el descenso de la fecundidad y el saldo migratorio negativo, entre otros elementos.

La soledad de Alfredo corresponde con un historial de emigración, común a muchísimos cubanos. De sus cinco hijos, tres viven en las afueras de La Habana y dos han emigrado. Su único hijo varón fue uno de los tantos balseros que se aventuraron a lanzarse al mar para alcanzar tierra estadounidense en el año 94. Amy, su hija menor, lo hizo a través de una larga travesía que la llevó de Rusia a Checoslovaquia, para atravesar luego toda Europa en tren y llegar a España, cruzar el Atlántico hacia México, y desde ahí llegar a los Estados Unidos en 2004. En ninguno de los dos casos Alfredo conoció la intención de sus hijos de emigrar hasta que hubieron llegado al destino final y le dieron la noticia.

En su rutina de todos los días está la videollamada con Amalia, su esposa, quien se encuentra en Miami ayudando a su hija Amy, madre soltera, en la crianza de sus hijos y los quehaceres domésticos. Hace dos años que Alfredo y Amalia no se ven. Ella consiguió la residencia estadounidense bajo la Ley de Ajuste Cubano luego de estar un año encerrada en la casa. Cuando por fin podía viajar a Cuba a visitar a Alfredo, llegó la pandemia y con ella las restricciones de viaje.

A las 6 pm, cuando la alarma de su teléfono suena y avisa que es hora de ir a buscar el pan, Alfredo chequea el papel que se encuentra pegado en la puerta de la escalera. Es un recordatorio con todo lo que debe hacer antes de salir de casa: coger las llaves, el nasobuco, el dinero y marcar el asterisco 21 para transferir las llamadas del teléfono fijo a su móvil. Los papelitos con listas y recordatorios son su truco para esquivar su mala memoria.

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2 thoughts on “Los días de Alfredo

  • Si la izquierda internacional de la UE esta de acuerdo con la politica hacia Cuba del darwinismo social, lo menos que puede hacer es comportarse como lo ha hecho el Partido Democrata de EUA, es decir, apoyar a esta nueva generacion de jovenes disidentes cubanos por mejoras en el contrato social, pero es que la UE no hace ni eso.
    El objetivo de la izquierda UE es el darwinismo social sin ningun tipo de amortizador social. Es el maximo del cinismo politico.

  • El cantautor cubano Pedro Luis Ferrer tiene una cancion que se llama “Yo no tanto como él” y dice “Mi padre fue comunista, yo no tanto como él”
    Alfredo representa la generacion de padres que fue comunista y sus hijos se fueron para EUA, esto no significa que Alfredo haya sido comunista y menos todavia que sus hijos tambien.
    Pregunto: Ha existido alguna vez fisicamente el “Canet del PCC”, eso existiò o existe? Y como es?
    Cuando se cayo la URSS vendian en los mercados a los turistas el Carnet del PCUS.
    Que los exiliados de Miami acusen a todos los que se quedaron de comunistas, es fascista. Es como cuando se dice que todos los emigrantes son delincuentes.

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