Argentina: “Lo conquistamos. ¡ES LEY!”

Por El Estornudo

¡Es Ley! (Imágenes tomadas en los alrededores del Congreso de la Nación en Buenos Aires; 29-30 de diciembre de 2020).

Fotos por Kaloian Santos Cabrera

HAVANA TIMES – Durante casi un siglo las mujeres en Argentina solo podían beneficiarse de un aborto legal en caso de violación o de peligro inminente para su vida o su salud. En el país del Papa Francisco —tal vez avant garde para los estándares del Vaticano, pero Papa al fin y al cabo— y de los bebés “apropiados” durante la última dictadura militar, cualquier interrupción por otras razones de un embarazo indeseado se consideraba un crimen. Hasta la madrugada de ayer.

Tras más de 12 horas de debate, el Senado aprobó por 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), que consiente esa posibilidad hasta la semana 14 de gestación. La nueva legislación resulta un momento decisivo en la lucha hemisférica por los derechos reproductivos de las mujeres. Por el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos.

Según El País, aun cuando se trataba de un delito con pena de cárcel, algunas estimaciones extraoficiales fijaban hasta en medio millón el número de abortos clandestinos cada año. En 2018, reporta ese diario, murieron 38 mujeres por complicaciones en abortos inseguros, mientras que unas 39 mil terminaron hospitalizadas por la misma causa.

Fue decisivo el activismo y la movilización popular

Esas son las cifras. Pero tal vez lo que mejor explica la legalización del aborto en Argentina —después de Uruguay, Cuba, Guyana y Guayana Francesa—, y lo que ofrece más esperanzas a las feministas y los grupos progresistas solidarios en el resto de Latinoamérica, es que la IVE se conquistó en gran medida por vía del activismo y la movilización popular.

Evidentemente, también ha habido —y habrá— una resuelta oposición de sectores conservadores y eclesiásticos con gran influencia social y política.

Este fotorreportaje del cubano Kaloian Santos Cabrera ilustra precisamente tal disyuntiva… De un lado, la masa de verde, feminista, a favor del aborto legal y, del otro, la movilización celeste, “provida”, durante las horas de tensión previas al anuncio de los resultados en el Senado.

La agónica línea entre esa marea verde (esas chicas que se abrazan con pañoletas anudadas al cuello) y los manifestantes de azul celeste (con sus símbolos religiosos o nacionalistas) representa a fines de 2020, en la Argentina, el horizonte en disputa de una democracia seguramente defectuosa, pero, según hemos visto, dinámica, viva.

Ahora, mientras los celestes dicen haber vivido una jornada verdaderamente “macabra”, muchísima gente en Argentina y Latinoamérica celebra el nuevo año con esta frase de espíritu republicano y popular: “Lo conquistamos. ¡ES LEY!”

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