Extremismo contra extremismo

Xiomara Reinoso Gómez

Mujer en La Habana Vieja. Foto: Elio Delgado Valdés
Mujer en La Habana Vieja. Foto: Elio Delgado Valdés

HAVANA TIMES — Algunos comentarios a mis escritos anteriores me han puesto a pensar, sobre todo, los que se referían al post Lo que era y lo que es. Estoy de acuerdo en que no se debe juzgar a nadie y que criticando a un extremista podemos caer en el mismo comportamiento.

Luego, no es menos cierto que según la Biblia, Dios le dio al hombre libre albedrío, lo que nos hace pensar que no quería marionetas en el paraíso.

Es verdad, también, que estamos sujetos a los cambios y que el Militante-Pastor (o Pastor-Militante) de mi relato tuvo un aparente cambio, que a mi entender no es genuino.

Él es un hombre casado, su religión condena la fornicación y el adulterio. ¿Qué pretendía hacer conmigo? ¿Jugar a las casitas?

Cuando le toqué ese tema, me respondió: “Dios sabe que tengo problemas en mi matrimonio y sabrá perdonarme”.

No entendí. Pero bueno, eso no es una dificultad para ir a la cama con un hombre, a fin de cuentas, el que iba a fornicar era él.

No me acosté con él, porque los tiempos del sexo por el sexo los dejé atrás. Aunque sea para pasar una noche es necesario una conversación interesante, una comprensión intelectual y el Pastor de lo único que habla es de religión, como antes su único tema era el Partido.

Hasta que me cansé y lo mandé bien lejos, los buenos momentos que pasé con él tenían ese precio: estar escuchando una sarta de porquerías.

Acepté ese encuentro porque creí que había cambiado. En ese aspecto sigue siendo el mismo.

El siempre fue dirigente y, al jubilarse, buscó la manera de hacerse Pastor. Parece tener una necesidad imperiosa de estar al frente de un rebaño. Conozco como fue su infancia y quizás eso tenga raíces más profundas.

Pero a estas alturas ya eso no tiene remedio. De todas formas y, de alguna manera, todos estamos envenenados por la vida.

En cuanto al oficial que me invitó a Tropicana, no me arrepiento de haberlo despreciado. Yo tenía juventud y en una Unidad Militar ¿cuántos hombres hay? Para escoger. Tan apetecibles como él, con grados más altos y sin prepotencia alguna.

¿Que estoy sola? Si ¿Que me quejo de mi soledad? A veces. Pero hay algo que me reconforta, y es el hecho de no haberle permitido a ninguno que jugara con mis sentimientos.

¿Que soy selectiva? Tuve tres matrimonios y los tres tenían defectos. Cuanto más envejecemos más selectivas nos volvemos. ¡Qué ironía! En esa parte la naturaleza se equivocó. Debía ser al revés.

Y por supuesto, a mi edad y con tanto camino recorrido estoy lista para graduarme de vieja. Aunque la niña que llevo dentro se morirá conmigo.

No estoy tan sola. Tengo dos hijos maravillosos, una hembra y un varón. Ese es el mejor regalo que me dio la vida.

5 thoughts on “Extremismo contra extremismo

  • Xiomara, coincido contigo en tu reflexión. Gracias por compartir tus vivencias.

  • Un momento Xiomara, en el post anterior no mencionaste que el pastor comunista estaba casado, o me equivoco.

    Pero no te preocupes, acabó de echar las cartas sobre la mesa y te veo del brazo de un hombre viudo de unos 60 años y la billetera bien abultada. Espera que hay algo más….es un yuma que acaba de bajar de un enorme crucero en la bahía de La Habana.

  • No había leído el post de Tropicana con su “pitusa ajustado y su ideología bien marcada”!! jajajaj qué manera de reírme. Aplaudo tu sinceridad y cómo te importa casi un bledo la opinión ajena. Slds

  • Tuve tres matrimonios y los tres tenían defectos (dice Xiomara). Humm……. no será hora que ella se autoanalice? Digo esto porque en ocasiones comenzamos a tener problemas con una , dos, tres personas, pensamos que nos asiste toda la razón del mundo y al final no la tenemos; nuestra terquedad, perfeccionismo y sobrevaloración ególatra nos llevan a tales situaciones. Me parece que la perfección (al menos humana) no existe, cualquiera de nosotros es una suma de valores y defectos, la magia de una unión estable ( o de establecer una relación de pareja) considero está precisamente en saber equilibrar y aceptar los valores y defectos (considerados ambos desde nuestra óptica muy pesonal) de la otra persona, sin perdernos jamás en “la curvita” de creernos el nom plus ultra de la perfección humana. Si Xiomara no toma en cuenta estas cosas posiblemente se quede sola (los hijos crecen y se van, ley de la vida). Saludos.

  • Ja ja ja Kamikaze, cuando no vemos cuanto de la otra persona hay en uno , cuanto la otra persona nos ha cambiado, sencillamente somos unos egocentricos, y los egocentricos terminan solos.

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