El misterio de los robos de aceite en Cuba

entre Mariel y las provincias centrales

La mercancía, que tiene como marca Ecasol, llega de Brasil con la etiqueta cubana. Foto: 14ymedio

Por Mercedes García (14ymedio)

HAVANA TIMES – Cuatro robos de aceite importado en contenedores con destino a Sancti Spíritus y otros seis a Villa Clara han encendido las alarmas entre directivos de las provincias centrales en las últimas semanas. El producto, que escasea en las tiendas y ha subido de precio en el mercado informal, se ha convertido en una mercancía muy atractiva para ladrones, revendedores y especuladores.

Varias denuncias llegadas a la redacción de 14ymedio dan cuenta de la pérdida de decenas de litros de aceite durante su traslado desde el puerto de Mariel. Los robos presentan siempre el mismo modus operandi: los contenedores llegan con faltantes a su destino, pero nunca a gran escala, para evitar ser detectado.

“Los robos están sucediendo, por el momento, solo cuando se traslada aceite de soya, con otro tipo de aceite no he visto que haya pasado esto. No son grandes cantidades las que roban porque además los contenedores transportan hasta 140 cajas de 12 litros cada una”, explica a 14ymedio una fuente cercana al caso que prefirió permanecer en el anonimato.

“Todos los contenedores tienen GPS y los choferes reportan hacer paradas entre los kilómetros 200 y 259 de la Autopista Nacional, o sea la zona entre Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara”, agrega la fuente. En este tramo los conductores se paran en una de las numerosas casas que ofrecen comida o en los restaurantes estatales conocidos como Conejitos.

“Los robos están sucediendo, por el momento, solo cuando se traslada aceite de soya, con otro tipo de aceite no he visto que haya pasado esto”

“Según la teoría de los choferes, los ladrones abren los camiones mientras van por la autopista y les retiran las cajas de aceite”, expone.

Sin embargo, la fuente, que ha trabajado por años en estos procesos administrativos, asegura que la explicación le parece extraña. Solo hay tres eslabones en el transporte del producto y la seguridad de los contenedores: el personal del puerto de Mariel que despacha el aceite, el conductor del camión y el que recibe la mercancía en la provincia de destino.

El aceite que se está transportando hacia la zona central del país, que tiene como marca Ecasol y pertenece a una empresa de la capital que se dedica a reenvasar el producto importado. En este caso, la mercancía llegó de Brasil ya con la etiqueta cubana.

El aceite vegetal, debido a la escasez que ha sufrido en el último año, se traslada casi en secreto. “No hay confianza en las empresas que se ocupan de moverlo de un lugar a otro como para involucrar a demasiados trabajadores, todo se hace bajo un manto de absoluta discreción”.

Las botellas de un litro de aceite vegetal viajan hasta las bodegas del centro de la Isla donde hace un año los productos que antes se vendían de forma liberada han regresado a formar parte de una estricta distribución a través de la cartilla de racionamiento. El aceite, junto al detergente y el jabón de baño, está entre las mercancías más demandadas y escasas.

“Quien se está robando el aceite sabe previamente qué lleva el contenedor”, asevera. “Estos camiones traen dos protecciones: un sello de plástico y un sello de botella que es de plástico por fuera y acero por dentro. Para abrir este segundo sello se debe cortar con una tijera de porte”.

Abrir el sistema de seguridad del camión en movimiento “no es fácil y más si se trata de un contenedor de 40 pies sin espacio atrás para sentarte o acomodarte para hacer esto”, explica. Además, para la fuente, es muy sospechoso “las pocas cantidades que se están llevando”, una veintena de cajas casi siempre, aunque en Villa Clara en uno de los robos fueron 56. Un ladrón común “no se arriesgaría por tan poco, se llevaría medio contenedor y si el chofer se diera cuenta hasta lo puede herir”.

El pasado 9 de junio, el contenedor número TITU991435-0 registró un faltante de 17 cajas, “equivalente a 204 pomos de un litro”, según registra un documento de la comisión de apertura del cargamento integrada por representantes de varias empresas espirituanas. El acta precisa que se encontraron “violaciones en los sellos” y no coincidían los bultos recibidos con la cantidad emitida en el punto de salida.

En las cocinas cubanas se usa ampliamente el aceite vegetal, fundamentalmente de girasol, soya y maíz, en lugar de la manteca de cerdo, cada vez más escasa por la falta de alimento para los animales.

“Estos camiones traen dos protecciones: un sello de plástico y un sello de botella que es de plástico por fuera y acero por dentro. Para abrir este segundo sello se debe cortar con una tijera de porte”

La severa crisis económica que vive el país y el alza de los precios desde el pasado enero han hecho que el costo del producto se dispare en la actualidad. En las provincias del oriente del país el litro ronda los 350 pesos, con una tendencia a seguir aumentando tras la paralización de la planta refinadora de aceite vegetal de Santiago de Cuba, una de las fuentes suministradoras del mercado informal.

La pasada semana la libra de manteca de cerdo alcanzó en los mercados de la ciudad de Cienfuegos un precio histórico de 90 pesos. La subida se debe, en buena medida, a la escasez de aceite que obliga a muchas familias a buscar otras fuentes de grasa para cocinar los alimentos cotidianos, en un país con una fuerte tradición culinaria de fritos, salsas y sofritos.

Los cubanos han vuelto a apelar a freír el pellejo del pollo para extraer grasa, echan mano del aceite mineral, de amplio uso en sectores industriales, para mezclar con las grasas animales o apelan a otras formas de confeccionar alimentos como hervir, saltear y cocinar al vapor. Sin embargo, muchos siguen buscando aceite como sea, a través del mercado informal, e, incluso, de los ladrones que saquean la ruta entre el puerto y las bodegas.

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