El Gobierno de Cuba rechaza la ayuda humanitaria

No había ninguna pancarta política en este esfuerzo netamente humanitario.

Por Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES – La iniciativa Solidaridad entre hermanos, originada en Miami, consiguió el milagro de situar en el puerto internacional de El Mariel, al oeste de La Habana, alimentos y productos de aseo cuyo destino son 15 mil familias cubanas. El Gobierno enfrenta el reto de cerrarle el camino o darle vía libre a diversas organizaciones religiosas que en la Isla esperan distribuir la ayuda humanitaria.

El silencio de la Plaza de la Revolución ante un proyecto que soslaya el poder estatal, encontró inesperada voz en el autotitulado Consejo de Iglesias Cristianas de Cuba (CIC), cuyos máximos representantes se atribuyen el derecho de hablar en nombre del pueblo cubano, de Dios y… de Fidel Castro.

Precisamente este 13 de agosto, aniversario 94 del nacimiento del Comandante, el reverendo Antonio Santana, presidente del CIC, se sintió obligado a predicar:

“Como Hombre de Dios, me asiste la necesidad de ejercer la labor profética de denuncia ante un hecho que no se corresponde con la respuesta que necesita nuestro país.”

Siguiéndole la rima, Joel Ortega Dopico, igual reverendo, secretario ejecutivo de la citada asociación religiosa, publicó un comunicado donde dice categóricamente: “Consideramos que la campaña de la llamada activista Rosa María Payá del llamado proyecto Cuba Decide es una ofensa al pueblo y a las iglesias cubanas.” (Ver web del CIC)

La declaración ocurre 4 días después de confirmarse la noticia en la voz e imagen de Rosa María Payá, realizada durante mayo pasado. La también hija del Premio Sajárov Oswaldo Payá, advirtió:

“Alertamos a la Aduana General de la República y a su jefe Cordobés Reyes, que cumpla con su obligación de entregar los contenedores a las iglesias, que son las dueñas legales de esta carga, para ser distribuidas entre las familias más necesitadas.”

El silencio de las autoridades contrasta con el grito del Consejo de Iglesias Cristianas, cuya representatividad se autoproclama unánime. El predicante Dopico ha proclamado ante el mundo:

“Cuba no necesita ayuda de quienes sirven a un Gobierno que por 60 años quiere crear situaciones humanitarias con fines políticos y financieros, que lejos de buscar el diálogo y el respeto y apego a las leyes internacionales viola e irrespeta todas las normas diplomáticas y desoye a las propias Naciones Unidas, donde año tras año, los países del mundo aprueban la resolución: Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.”

La declaración parece copiada de los anales del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba. Cual ministro explicando las esencias del sistema de gobierno que representa, nos aclara en otro párrafo el pastor de la Iglesia Presbiteriana Reformada:

“En nuestro país, la sociedad civil, las iglesias y el Estado se configuran y articulan en armonía, cada quien ocupando sus roles.”

Solo faltó decir, bajo la hegemonía del Partido Comunista de Cuba, y un detalle, tratándose de lectores poco informados sobre la revolución de Fidel Castro: las instituciones religiosas están directamente atendidas, supervisadas, por la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del referido PCC.

Sobre los productos inmovilizados en los almacenes portuarios, la opinión en las redes sociales, único espacio de debate fuera de la censura gubernamental, es casi unánime al clamar para que la ayuda llegue a sus destinatarios. La actriz y presentadora transformista Kiriam Gutiérrez le ha espetado a los reverendos del CIC:

“Esa ayuda de cinco contenedores fue recogida por cubanos y el pueblo de los Estados Unidos. Ahí donaron nuestros hermanos, padres, familiares, amigos. Yo necesito esa ayuda, mi madre necesita esos culeros, esas medicinas que aquí en Cuba solo hay en farmacias internacionales-en dólares- y en precios que no puedo pagar ahora, mi madre y yo necesitamos esa comida que es gratis y aquí solo se puede comprar en dólares americanos, que no tengo”.

Por su parte, Rosa María Payá fue tajante al decir: “Aclaración sobre la ayuda humanitaria: el presidente y el secretario del Consejo de Iglesias NO tienen nada que rechazar, porque la Ayuda Humanitaria NO se les envió a ellos”.

En Santiago de Cuba, Alain Toledano, apóstol fundador del movimiento Sendas de Justicia, demuestra que hay otras iglesias nada comprometidas con el mencionado Consejo:

“Tenemos que hacérselo saber al mundo, que la ayuda le pertenece al pueblo cubano, no le pertenece al Estado, y no aceptaremos ninguna trampa justificando un decomiso de lo que tanto necesita hoy el pueblo.”

Al preguntarle sobre la viabilidad de ejecutar la acción, Toledano aseguró:

“De parte nuestra tenemos todo organizado, personal, depósitos, equipos alineados para repartir. Hay una lista a través de la cual se ha testificado que más de 15 mil personas o familias han pedido la ayuda, se conoce quiénes son, y los nombres. Estamos hablando de algo bien organizado, y nosotros solamente serviríamos de puente, de canal para estas bendiciones, pues hay muchas familias, creyentes y no creyentes, porque la ayuda no hace distinciones, es para el pueblo cubano.”

Desde Miami, los donantes están indignados, porque la colecta se realizó durante varias semanas de forma directa y pública, en el parqueo frente a los almacenes Mana Wynwood Convention Center de North Miami, sin que mediara consigna política alguna, solo la frase solidaridad entre hermanos.

Nelson Ruiz comprando productos para el envío humanitario a Cuba.

Nelson Ruiz, a sus 70 años, después de comprar los populares jabones de baño Irish Spring, junto a otros artículos similares, nos regala una foto agregando su opinión:

“Los jabones limpian el cuerpo, el detergente la ropa y las vajillas; son necesidades humanas, ninguna de estas cajas contiene declaración política alguna. Habría que preguntarse cuál es la molestia de los gobernantes de mi país.”

“¿Será que los cubanos están juntándose en todas partes, sin pedirle permiso a los que durante 61 años los tienen encadenados?”

“Invocar el bloqueo es un absurdo, pues desde los Estados Unidos enviamos libremente nuestra ayuda”, comenta un internauta, quien concluye: “Estamos en la sombra de una situación que ha paralizado al mundo”.