Cuba, ¿un estado terrorista?

Por Dawn Gable

On the Prado in Havana.  Photo: Caridad
On the Prado in Havana. Photo: Caridad

HAVANA TIMES, Nov. 3 — “La sabiduría elimina el odio”, dijo el congresista norteamericano Bobby Rush, notando que a los ciudadanos estadounidenses se les niega la verdad sobre la Cuba de hoy.  El diputado habló en el Congreso, donde él y miembros del Centro para la Democracia en Las Americas realizaron un panel, el pasado miércoles, para discutir la inclusión de Cuba en la Lista de Países que Patrocinan el Terrorismo, conocida como SST por sus siglas en inglés.

En el panel participaron Larry Wilkerson, coronel retirado del ejército estadounidense y ex jefe de despacho del general Colin Powell; Randy Beardsworth, exsecretario de Planes Estratégicos del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos; Wynn Segall, abogado especialista en sanciones económicas y en seguridad nacional basada en el comercio y en controles de inversión; Ray Walter, de la Fundacion Heritage, un think tank conservador de Washington; y Mark Sullivan, especialista en asuntos de Latinoamérica en el Servicio Investigativo del Congreso.

Sullivan dio inicio al diálogo explicando que sacar a Cuba de la Lista de Países Terroristas no afectaría el bloqueo económico impuesto a la isla pero el congresista Rush reconoció que quitarla significaría enviar un fuerte mensaje a la comunidad internacional de que Estados Unidos está escuchando el consenso unánime del mundo sobre este asunto y está dando pasos positivos, tratando de hacer más racional la política estadounidense hacia la isla, lo que es consistente con el cambio global de la política exterior que el presidente Barack Obama ha establecido para su Administración.

Según su experta opinión, Wynn Segall dijo que la justificación para incluir a Cuba en la lista   “carecía de argumentos” y rigor en comparación con otros países incluidos en ella.  Él enfatizó que el Congreso tiene el poder para hacer que la Administración reporte sobre tales decisiones y establecer normas.

Wynn recordó que Corea del Norte y  Libia fueron sacados de la lista SST en el año 2008, después que una revisión de la política tuviera en cuenta todos los aspectos, el balance indicó que los dos países no llenaron el criterio para su inclusión y apuntó que el bloqueo contra Libia se suspendió en el 2004, cuatro años antes de salir de la lista, lo que demuestra que estas dos cuestiones no deben verse estrechamente relacionadas.

La Administración de Obama retrasó la revisión de la política hacia Cuba

Segall aclaró, más adelante, que  la revisión de la política hacia Cuba, que Obama había prometido tempranamente, se venció hace mucho tiempo.  Wilkerson sugirió que la revisión prometida está suspendida porque la nueva Administración no tiene todavía un experto en asuntos de América Latina o un subsecretario de estado para los asuntos del Hemisferio Occidental.

El congresista Rush agregó que, en estos momentos, el único asunto en la mente de cualquier persona de Washington era la Reforma de los Servicios de Salud, y algún avance en las restricciones de viajes a Cuba (HR874) o cualquier otro asunto similar debe esperar hasta que este se resuelva.

Hasta Ray Welser, el único panelista claramente identificado con las ideas de Bush, concibió que la extracción de Cuba de la lista SST “puede ser meritorio”, adicionando que “si fuéramos a aplicar una política uniforme, tendríamos relaciones con Cuba a la par de las relaciones que mantenemos con China”.

Larry Wilkerrson y Randy Beardsworth expresaron que no hay justificación alguna para la inclusión de Cuba en dicha lista.  Larry dijo, además, que la lista SST y el bloqueo han sido usados para ganar votos electorales en la Florida y para castigar  al gobierno cubano a expensas del pueblo de Cuba.

Refiriéndose a la población cubana Wilkerson exclamó: ¡“Hay 11 millones de razones para normalizar las relaciones”!

Beardsworth, un pragmatista autoproclamado, recordó su conversación con Ricardo Alarcón [presidente del parlamento cubano], en la que los dos coincidieron que Cuba no debía regresar a los días de Batista y de Meyer Lansky.  Reconoció que para lograr esto se necesita aumentar las relaciones de burócratas a burocráticas, y advirtió, además, que si un cambio de poder tuviera lugar en Cuba, por la razón que fuera, los Estados Unidos querrá tener mecanismos de cooperación con instituciones cubanas para ayudar a proteger la isla del crimen organizado y del tráfico de drogas, etc.

Potencialidades de la cooperación Cuba-Estados Unidos

Wilkerson concordó plenamente y expresó que en la cerca que divide la base naval de Guantánamo del resto del territorio cubano se han desarrollado ejercicios conjuntos durante años, y dijo que los marines norteamericanos y el ejército cubano mantienen relaciones profesionales. ¡“Pregúntele a cualquier marino”!, exclamó él.

Asimismo Beardsworth describió la cooperación entre los guardafronteras cubanos y los guardacostas estadounidenses durante las pasadas décadas.  Wilkerson aclaró, sin embargo, que esto ha sido mayormente por parte de un solo lado, pues los guardafronteras cubanos alertan con prontitud a los norteamericanos de cualquier amenaza dirigida hacia los Estados Unidos, pero los guardacostas de Estados Unidos no devuelven la cortesía cuando saben de alguna amenaza dirigida contra la isla.

A Beardsworth le gustaría ver la cooperación en la protección del medio ambiente, respuesta a posibles derrames de petróleo, ayuda en caso de desastre natural, en adición al cumplimiento de la ley.  Además, nadie del panel pudo identificar ninguna barrera legislativa para desarrollar este tipo de relaciones.

Walser respondió diciendo que “Cuba no tiene en cuenta nuestros intereses”, y parafraseó lo que George Tenet dijo de Venezuela poco antes del intento de golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez Frías, en el 2001, pero, al ser superado por el número de panelistas y de audiencia, Wasler fue apologético en su posición y manteniendo las manos en posición defensiva, repitió “esta es la opinión de un solo hombre”.

Cuando mencionó la libertad y los principios democráticos, Chris Lee, miembro del grupo de trabajo de la congresista Barbara Lee, le preguntó por qué los Estados Unidos mantienen una relación de cooperación con la China comunista.  Wasler respondió que China es autoritaria y comunista pero practica un capitalismo dinámico, exponiendo, de esta forma, que la política de Estados Unidos tiene menos que ver con los derechos civiles que con la empresa privada.

Lee rápidamente le rebatió que cuando el presidente Nixon visitó a China (1972), este país era apenas un estado capitalista dinámico, dando a entender que los Estados Unidos no debería aplazar un compromiso con Cuba hasta que los cambios deseados tengan lugar.