Por una cultura del debate en Cuba

Redacción IPS Cuba

“La vida es demasiado rica como para creer que una persona o un grupo de ellas puedan tener toda la verdad en sus manos”, opinó Juan Antonio García Borrero. Archivo IPS Cuba

HAVANA TIMES, 3 nov. — La sociedad cubana necesita una mayor cultura del debate y reconocer la diversidad de criterios y opiniones que existe entre su gente sobre la realidad social, política y económica, coincidieron intelectuales de la isla caribeña en una polémica a través de páginas personales.

“En la nación cubana (…) estamos aprendiendo ahora a escribir la palabra “diversidad”, pero todavía vamos por la ‘v’”, valoró el crítico de cine Juan Antonio García Borrero en su bitácora Cine cubano: la pupila insomne, sobre cuánto falta avanzar en ese sentido entre la población nacida en estas tierras, amén de que se encuentre dentro o fuera de sus costas.

Para el también escritor de la provincia de Camagüey, a 533 kilómetros al este de La Habana, “la cultura del debate tiene que ver más con la calidad de los argumentos que con la multiplicidad de opiniones”.

A su juicio, “se puede aprender a debatir con altura (…) con profundidad” y “jamás habrá un debate profundo allí donde no exista antes garantías para la más absoluta libertad de expresión de los contrincantes”.

La carencia de actitudes respetuosas y de diálogo en el espacio público cubano data de los inicios de la nación, apuntó. “La historia de la censura entre cubanos puede relatarse en un libro de mil páginas” y “la historia de la autocensura demandaría unos veinte tomos”, ejemplificó el también ensayista.

Por su parte, el escritor Oriol Marrero lamentó en un texto publicado en el blog La furia de los vientos que “no es frecuente, entre nosotros, salvo espacios muy especializados, conversaciones que aborden estos temas (diversidad de criterios) referidos a nuestra circunstancia social, política o económica”.

Además, enfatizó en los daños, algunos vigentes, provocados por la llamada de parametración que, en los años 70 del siglo XX, estableció un grupo de parámetros para los sectores de la educación y la cultura, que significaron la exclusión de personas homosexuales y religiosas. A esto se sumó, el intento de imponer el realismo socialista como dogma en las artes y la censura diversidad de ideas.

“Así sobrevino la intolerancia, que pasó a la diferencia irreconciliable, al gueto ideológico, al apartheid político”, destacó Marrero sobre las consecuencias para el país de ese momento también conocido como el “quinquenio gris”, aunque se extendió por más de cinco años. Para él, este período “suena duro, fue duro, y no debe avergonzarnos porque fue verdad”.

De hecho, en 2007, intelectuales de la isla polemizaron vía correo electrónico sobre rezagos de esa etapa en la actualidad, tras la aparición en la televisión estatal de Luis Pavón, un funcionario identificado como entre los principales “ejecutores” de la política cultural de aquellos años duros.

El contrapunteo entre Marrero y García Borrero en blogs de la isla se sucedió tras una presentación de este último, el 11 de octubre, sobre el tema “La cultura de debate en Cuba” en el espacio Pluralidades, que hace cinco años se realiza en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en la ciudad de Camagüey.

Pluralidades se suma a foros que persiguen el libre intercambio de ideas como Último Jueves de la revista Temas sobre ideología, cultura y sociedad, desarrollado cada mes en La Habana, y las conferencias organizadas por el no gubernamental Centro Cultural Criterios, fundamentalmente en su local capitalino.