Prisioneros rebeldes se rinden en Venezuela

Por Humberto Márquez

HAVANA TIMES, 13 julio (IPS) — Agotados por el hambre, la sed y el cerco militar, se rindieron finalmente más de mil presos amotinados desde hace 27 días en la prisión El Rodeo 2, situada unos 30 kilómetros al este de la capital de Venezuela.

“Felizmente hemos resuelto la crisis de manera pacífica. Tenemos control absoluto de las instalaciones de El Rodeo 2 y estamos iniciando la fase de requisa para ubicar las armas de fuego”, dijo a periodistas este miércoles 13 el ministro del Interior, Tarek El Aissami.

La rebelión de reclusos en El Rodeo 2 estalló después de que la militar Guardia Nacional, con apoyo de paracaidistas del ejército, intervino en la vecina prisión El Rodeo 1, para sofocar un motín por guerra entre bandas internas que dejó 22 presos muertos el 13 de junio, según las autoridades.

Al sofocar ese motín y ocupar El Rodeo 1, la Guardia Nacional perdió a dos efectivos, más de 20 resultaron heridos, y un recluso murió.

Luego las autoridades mostraron fusiles automáticos, rifles, escopetas, pistolas, revólveres y granadas que tenían en su poder decenas de reclusos en El Rodeo 1.

Un armamento similar, o quizás superior, así como abundante munición, tendrían grupos de presos en El Rodeo 2, quienes decidieron negarse a que los guardias ocupasen el penal para desarmarlos, pues alegaron que los militares dieron muerte a más reclusos en la cárcel vecina y temían que se repitiese con ellos la misma operación.

“Sólo peleábamos por nuestros derechos. Perdimos nosotros, perdieron ellos (las autoridades) también”, dijo fugazmente a las cámaras Yoifre Ruiz, alias “el Yoifre”, de 20 años, uno de los dos jefes del grupo armado que dirigió la rebelión tras los muros.

Durante casi un mes, el gobierno estableció un cerco en torno de El Rodeo 2, cortó el suministro de agua, electricidad y alimentos a la prisión, y sólo cuando los presos accedieron a negociar, hace 10 días, autorizó el ingreso de algunas provisiones.

Los equipos de medios de comunicación no gubernamentales debieron mantenerse a un kilómetro de la prisión, los portavoces oficiales se rehusaban a entregarles información, y se indicó a los familiares que si hablaban con la prensa no habría negociación.

“Teníamos que actuar con absoluto respeto por los derechos humanos, pero con firmeza, para evitar un derramamiento de sangre y que lo que ocurría en El Rodeo 2 ocurriera en todas las cárceles, pues tendríamos un conflicto nacional”, dijo el diputado oficialista y mediador, Diosdado Cabello.

El presidente Hugo Chávez, quien convalece de un tratamiento contra el cáncer, escribió en su cuenta de la red social Twitter: “Felicito a todos por el éxito de la operación de El Rodeo, ejemplo de respeto supremo a los derechos humanos. Pero se impone una gran autocrítica”.

Los presos que se rindieron recibieron hidratación, útiles de aseo personal, una revisión médica, y fueron enviados a otras cárceles del país, mientras la Guardia Nacional se aprestaba a ingresar para confiscar el armamento de los rendidos.

Antes de entregarse, los presos prendieron fuego a parte de sus pertenencias.

“Menos mal que terminó el conflicto en paz, sin males mayores. Pero no hay más que celebrar, porque este no es el fin de la crisis carcelaria, ya que lo que ocurrió en El Rodeo 1 y 2 puede repetirse en cualquiera de las 34 prisiones del país”, dijo a IPS el activista Carlos Nieto, de la organización humanitaria Una Ventana a la Libertad.

Casi todas las cárceles venezolanas están en manos de los presos, recordó Nieto, mientras que tejidos corruptos de guardias nacionales y funcionarios civiles, que hacen de custodios a uno y otro lado de los muros, permiten el paso de armas, drogas, licores, teléfonos móviles y otros objetos teóricamente prohibidos.

“Ojalá que el gobierno reflexione y aproveche esta oportunidad para desarrollar planes que acaben con el hacinamiento, el ocio y el tráfico de armas en las cárceles, en consulta con los presos y sus familiares, pues el plan quinquenal de humanización que comenzaron en 2006 ha sido un completo fracaso”, añadió.

Las 34 prisiones, con capacidad teórica para 14.500 presos, según el no gubernamental Observatorio Venezolano de Prisiones, albergan más de 45.000 detenidos en la actualidad, y dos tercios de ellos son procesados sin sentencia.

En las cárceles de este país que abolió la pena de muerte hace siglo y medio perecieron 476 presos el año pasado, y 121 en el primer trimestre de 2011, la mayoría por hechos de violencia entre detenidos con armas de fuego.

El gobierno decidió crear en junio un ministerio exclusivamente dedicado al control penitenciario, pero aún no se ha decretado su organización ni se ha designado a nadie como titular de esa cartera.

Una sombra sobre la operación en El Rodeo 2 es que al final de la jornada seguía sin aparecer el principal “pran” o líder de los presos rebeldes, Yorvis López, alias “Oriente”, de 26 años.

Circulaban versiones extraoficiales acerca de que se habría fugado con algunos cómplices, llevándose 1,8 millones de bolívares (más de 400.000 dólares al cambio oficial) que los presos guardaban en efectivo.

Aunque su lugarteniente “Yoifre” apareció unos segundos ante las cámaras, no se entregó información sobre la detención de “Oriente”.

“Si el llamado Oriente se fugó no puede haber sido una fuga convencional en medio del cerco militar y policial. Debió tratarse de un acuerdo, y sería una grave falta de las autoridades si permitieron el escape como parte de la negociación”, opinó Nieto.