Los retos de la Coalición Nacional en Nicaragua

Confianza, liderazgo, sumar partidos, y formas de lucha

Un ciudadano protesta de forma pacífica en las inmediaciones de la UCA. Carlos Herrera | Confidencial

Manuel Orozco: reformas electorales y “elecciones competitivas, aún bajo el Estado de sitio” de Ortega

Por Carlos F. Chamorro  (Confidencial)

HAVANA TIMES – El politólogo Manuel Orozco, investigador del Diálogo Interamericano en Washington, celebró el llamamiento de la Alianza Cívica y la Unidad Nacional para crear una Coalición Nacional por la democracia, para desalojar del poder a la dictadura Ortega-Murillo.

“La presión internacional es subsidiaria a esta estrategia de presión interna”, para que el gobierno cumpla con las reformas electorales, la liberación de los presos políticos, y la restauración de las libertades, precisa Orozco. No obstante, reconoce que este proceso se lleva a cabo bajo las reglas de la represión de la dictadura, y advierte que la oposición debe prepararse para ir a “elecciones competitivas, aún bajo el estado de sitio” de Ortega.

En una entrevista televisiva con Esta Semana, que se transmitió el domingo 19 de enero,: Orozco identifica cuatro grandes desafíos para el éxito de la Coalición: resolver la crisis de confianza política; incorporar al menos a tres partidos politicos; establecer un método de gobernanza, que permita elegir candidatos a través de primarias; y relanzar las formas de organización y lucha cívica. “El movimiento campesino también debe definir su posición ante la Coalición Nacional” agregó Orozco.

El año empieza con un incremento de la presión externa, sobre todo de Estados Unidos en contra del régimen. ¿Qué impacto puede tener la presión externa?

Las presiones van a seguir orientadas a puntos específicos de interés de la política exterior de Estados Unidos, pero también de los Estados miembros de la OEA, e incluso de la Unión Europea. Es decir, hay un concierto de organismos internacionales, de Estados, en la comunidad internacional que tiene claro ciertos puntos en los que hay que presionar, específicamente.

Manuel Orozco

¿Cuáles son esos puntos?

Todo lo referente al proceso político que lleve a las elecciones en el 2021, en particular, de la presión internacional en términos de crear un balance equitativo mediante la observación internacional. Estados Unidos ha expresado que en Nicaragua no se va a reconocer ningún proceso electoral si no hay reglas del juego claras, transparentes y competitivas, y un elemento primordial de eso es la observación internacional.

La Coalición y las elecciones primarias

¿Es suficiente la presión externa para lograr una reforma política o una reforma electoral en Nicaragua?

No, la presión internacional es subsidiaria a lo que está ocurriendo a lo interior del Nicaragua, el movimiento político que se está consolidando en lo que llaman la gran coalición, y ellos están diseñando una estrategia de presión interna hacia el Gobierno para que cumpla con las reformas al sistema electoral en Nicaragua; la restauración de los derechos constitucionales; y la liberación de los presos políticos. Esos tres elementos son parte de una estrategia política que se está diseñando, se está consolidando, y el 2020 es un año de lucha política bastante fuerte.

¿Qué impide que se avance con más determinación en la formación de esta coalición, y sobre todo en la presión? ¿Es un tema de métodos de lucha, métodos de selección de liderazgo, es un asunto de organización?

Son las tres cosas. El punto medular tal vez es la confianza mutua entre los diferentes miembros, estamos hablando del sector privado nicaragüense, al cual se le tilda de haber sido pactista, aunque en Nicaragua no hay un solo actor político y social que no haya pactado con el Gobierno de Daniel Ortega: la Iglesia católica, los evangélicos, el sector privado, los partidos políticos. Aquí todo el mundo ha hecho un pacto con el Gobierno de Daniel Ortega para tener una cuota de poder, entonces todos desconfían de todos.

Frente a esa desconfianza, depositar algún tipo de cuota de poder hacia esta coalición, se vuelve más difícil; segundo, es una cuestión de métodos de lucha, algunas de las organizaciones quieren presionar al Gobierno de Nicaragua mediante un paro, por ejemplo, sin entender que hay un desencuentro, un destiempo de tener un paro nacional debido a la situación en la que se encuentra el país; las condiciones en estos momentos no te permiten trabajar eso.

Entonces es una cuestión de liderazgo, de métodos, de confianza. El liderazgo, en particular, en este momento se encuentra definido en términos de unas cuatro o cinco personas que están tratando de perfilarse dentro de la dirección en que tienen que ir llevando esta coalición política.

¿Hay una aceptación en Nicaragua de que cualquier liderazgo que pueda confrontar a la dictadura debería surgir de alguna suerte de mecanismo participativo, democrático, transparente? ¿o todavía prevalece la política del dedazo, la política de las élites, que pueden decidir el candidato, o el partido?

Hay dos liderazgos que distinguir: uno es el que surge a partir del movimiento social que se vuelve un movimiento político de la Unidad Nacional y la Alianza, estos dos movimientos se han ganado el respeto y apoyo de la población nicaragüense. Por lo menos el treinta por ciento de los nicaragüenses cree (según las encuestas) que estas dos organizaciones, como una coalición política, son un vehículo electoral muy importante, ese liderazgo ya está definido, lo que hay que hacer es formalizarlo;  segundo, dentro del proceso político de esta coalición que se está formando, uno de los elementos importantes es la gobernanza, y el proceso de elección de un candidato, de un líder que vaya a representar la gran coalición; se les llaman primarias, esas elecciones que se van a desarrollar para elegir al candidato, se están definiendo y van a formalizarse.

La dinámica en este momento que define la formalización de esta coalición es si se incluye o no a los partidos políticos, y si estos partidos políticos realmente son tóxicos, que le van a restar en vez de agregar apoyo y legitimidad de la población nicaragüense. Entonces ahí se está tratando de definir el futuro de esta coalición en función de eso.

El movimiento campesino forma parte de la Alianza Cívica, pero al mismo tiempo se presenta como una fuerza autónoma. ¿Existe el riesgo de que se divida esta coalición antes de nacer?

Yo creo que el movimiento campesino nunca ha sido parte de la Alianza, en términos prácticos. Ellos se integraron a la Alianza Cívica en la primera etapa, cuando se inicia el dialogo. Medardo es apresado, va a la cárcel.  Al salir de la cárcel Medardo entra con una perspectiva política diferente, en donde ellos se mantienen al margen prácticamente de la Alianza Cívica, ellos se han autoconstituido en una tercera fuerza, pero no una tercera fuerza política, sino en un movimiento autónomo que se define como un movimiento campesino.

Su base es importante, sin embargo, en términos prácticos les falta todavía definir cuál es su posición en términos nacionales, y de alguna manera no son transparentes en lo que quieren definir, en términos de cuál es el interés nacional que ellos quieren defender, y eso representa un problema. Yo creo que el costo político va a ser mayor para ellos, en no definirse y mantenerse al margen de toda esta gran coalición.

La reforma electoral 2020

¿Cuál es el plazo político para la formación de esta unidad opositora o de esta gran coalición?

La fecha que ellos definieron es el 25 de febrero, ese es el plazo calendario, el plazo real. Es una fecha simbólica…

De la elección de 1990.

Exactamente, y en términos prácticos, pues, ellos pueden anunciar eso, en términos reales el plazo político de ellos empezó este mes, porque para formalizarse de coalición política a un partido político, ellos ya tienen que haber empezado el proceso de inscripción como tal.

¿Estas partiendo de que cualquier proceso es con las reglas actuales de la dictadura? ¿Descartas que se vaya a producir una verdadera reforma electoral?

Es que las reformas electorales que se van a producir en este momento están cocinándose en la Asamblea Legislativa, y van a ser cosméticas. Entonces, desde un punto de vista estratégico vos tenés que empezar a trabajar con lo que hay, y si tu capital político está potencialmente fortaleciéndose, tenés que tener una estrategia paralela, que es empezar, integrarte dentro de las reglas del sistema actual.

¿Qué capacidad de presión tiene ese movimiento, ya sea, unido en esa coalición o como está ahora, realmente para demandar un cambio en las reglas del juego?

Sí tienen capacidad. Ellos lo que necesitan confirmar, porque tienen un mandato popular, es esa fuerza de presión con el respaldo de la población. La influencia que ellos ejerzan a través de los partidos en la oposición puede permitirles influir sobre un cambio en la reforma electoral.

Ahora, Daniel Ortega tiene técnicamente todo el poder legal de hacer reformas a su antojo, entonces en términos prácticos, aquí es donde viene el rol de la comunidad internacional que va a exigir es que se presente una reforma electoral que permita la formación de coaliciones y la observación internacional.

¿Elecciones competitivas bajo estado de sitio?

¿Cómo ves las tendencias políticas de este año? ¿puede Ortega recuperar la iniciativa y dividir a la oposición en distintos bloques? ¿puede, la oposición, configurarse como un bloque nacional? 

Ortega sabe que en Nicaragua la política es de mucha división, y su estrategia es, precisamente, hacer reformas cosméticas, para permitir que se formen cuantos partidos haya, asumiendo que, entre más partidos se formen y vayan a las elecciones, más votos va a ganar el Frente Sandinista; esa es la premisa de él, al lado de un crecimiento económico mínimo.

Entonces, la coalición tiene como reto configurar un bloque político en donde, por lo menos tres partidos políticos se comprometan a entrar en un proceso electoral en una sola fuerza. Ahora, si va a ocurrir esto, depende prácticamente de CxL, del partido de (Restauración Democrática) de Saturnino (Cerrato), y del PLC

El balance de poder puede cambiar en la medida en que esta coalición política incluya el compromiso de los partidos políticos que asisten a ser parte, y de estar subordinados de alguna manera al concepto de coalición definido por la Alianza Cívica y la Unidad Nacional.

¿La suspensión del estado de sitio de facto, la recuperación del derecho a la libertad de movilización, y las libertades democráticas plenas, ¿qué espacio tienen en esta crisis?

Hay que aprovechar ese momento esas libertades que te están dando parcialmente, en donde la Policía aparece y desaparece, en donde tu vida está semicontrolada, hay que capitalizarla de alguna forma. Y la forma en capitalizarla es básicamente asegurándose que la coalición política logre tener el apoyo de la población, aunque sea para ir a un proceso electoral en el 2021.

Pero la gente dice: -aquí no puede haber elecciones con presos políticos, sin recuperar las calles, sin libertad de movilización…

Yo creo que, si esta coalición política entra de lleno este año, ellos pueden hacer más presión para que salgan los presos políticos. Esa es la premisa más importante.

¿Te imaginas una elección bajo estado de sitio?

Sí. Yo creo que en Nicaragua no se puede esperar de que Daniel Ortega va a levantar el estado de sitio. La verdad es que aquí vas a pelear en una situación de desventaja, por eso la presión internacional es importante.

El nicaragüense tiene claro que esto no es una democracia, tiene claro que la salida política tiene que ser electoral y no violenta; ellos saben cuáles son los costos políticos  que se tienen que recuperar; pero también saben que dentro de ese costo político está una vida, en los próximos 22  meses,  en un contexto de estado policial, y eso es con lo que van a vivir.

¿Se puede lograr confianza para que la gente vaya a votar en una elección bajo esos términos?

Sí, claro que se puede lograr, siempre y cuando esta coalición refleje el interés del nicaragüense que quiere votar por un candidato diferente a Daniel Ortega, esa confianza va a existir. Y eso es lo que tiene que tener claro la coalición opositora, que ellos necesitan para ganar, realmente gozar del apoyo del nicaragüense.