Ceshia Ubau: Una voz nica que conquista desde Costa Rica
Estudió Psicología y halló su propósito en la composición de canciones que invitan a sanar y empoderar el alma
Por Katherine Estrada Téllez (Confidencial)
HAVANA TIMES – La niña que pasaba horas imitando a Shakira, Thalía y otras divas del pop latino de los 2000 hoy es una cantautora con voz propia que conquista públicos dentro y fuera de su patria Nicaragua. Ceshia Ubau Molina tuvo la fortuna de que sus padres tomaran en serio ese inocente juego y apostaran por desarrollar sus dones artísticos. Así comenzó la carrera de esta joven cantautora de 26 años, quien describe su música como una «poderosa herramienta para la sanación y el empoderamiento».
En entrevista con Nicas Migrantes de CONFIDENCIAL, Ceshia Ubau comparte sobre su trayectoria musical y su experiencia como migrante en Costa Rica, donde despegó su carrera. Desde sus comienzos, en Nicaragua, hasta su crecimiento como artista, revela los desafíos y oportunidades que ha encontrado en el país donde reside, Costa Rica.
«Me encantaba jugar a ser cantante y dar conciertos privados para mis peluches. Una vez, decidí llevar mi actuación al siguiente nivel. Organicé mi habitación como si fuera un escenario real: coloqué mesitas y sillas de niños para simular asientos para el público, e incluso improvisé una pequeña tarima para actuar», describe Ceshia. Al ver esa sensibilidad hacia la música, sus padres inscribieron a la niña en clases de piano, lo que marcó el inicio de su formación musical.
A medida que avanzaba en sus estudios de piano, su pasión por la música crecía y se expandía hacia distintos géneros musicales. Se sumergió en la música clásica y contemporánea, exploró los matices del jazz y entrelazó las raíces folclóricas de Nicaragua y Centroamérica con sonidos contemporáneos. «Fue durante mis años de estudio de jazz cuando comencé a experimentar con la composición», menciona.
A los 17 años empezó a escribir sus primeras canciones en diarios y libretas. Estaban inspiradas en las obras de trovadores clásicos como Silvio Rodríguez, y cantautores nicaragüenses como Salvador y Katia Cardenal, Elsa Basil, colombianas como Martha Gómez, mexicanas como Natalia Lafourcade, y otros más.
“La psicología es la base teórica de mis canciones”
Ceshia Ubau es psicóloga con una maestría en el tratamiento del abuso sexual. Además de ser cantautora, brinda intervenciones psicosociales y facilita procesos de desarrollo y bienestar en comunidades de la zona norte de Costa Rica.
Para Ceshia, la combinación de la psicología y la música representa una herramienta poderosa para sanar y empoderar. “En la psicología encontré una base teórica para lo que quería lograr con mis canciones, conectando con las emociones más profundas del ser”, reflexiona. “Descubrí mi propósito como compositora, lo cual me ayudó a definir mi proyecto de vida”.
Comenta que la música tiene múltiples herramientas terapéuticas y una de ellas, como compositora, es la palabra fusionada con el sonido.
«Sanar es la palabra que resume todo mi concepto y lo que yo busco con la música”, reflexiona. «Nos es mucho más sencillo poder identificar nuestras emociones a través de la música, poder nombrarlas, empezar a sanar nuestra historia personal y a transformar las cosas cuando les ponemos nombre».
Su misión va más allá de entretener; busca inspirar y empoderar a su audiencia, recordándoles que todos tienen una fuerza intrínseca en su interior a la cual pueden acceder a través de la música. Sus canciones presentan su perspectiva de las realidades sociales y personales, hablan del amor, la alegría de la vida, la autoestima y la migración.
Ceshia Ubau y los desafíos de la migración
El 28 de mayo de 2018, Ceshia llegó a Costa Rica con la intención de pasar un tiempo mientras la situación sociopolítica de Nicaragua mejoraba. Aunque no planeaba quedarse de forma permanente, al final decidió hacerlo para comenzar una nueva vida que le proporcionara seguridad.
En el vecino país, Ceshia Ubau ha encontrado inspiración y apoyo, tanto en la comunidad artística local como en otras diásporas migrantes. Su perspectiva de la vida y la música se ha ampliado gracias a estas interacciones, y ha aprendido valiosas lecciones sobre compartir y pertenecer a una comunidad de artistas. «Cuando llegué, muchos artistas costarricenses me brindaron su apoyo, abriéndome puertas, recomendándome y ofreciéndome oportunidades para tocar con ellos. Esto fue posible gracias a una red de apoyo que se fue construyendo de boca en boca», recuerda.
Como mujer migrante, Ceshia comenta que ha enfrentado xenofobia y sexismo en su vida diaria. Explica que existen numerosos mitos y estereotipos en torno a las mujeres nicaragüenses, alimentados por el sexismo y la percepción social de cómo debe ser una mujer nicaragüense. “Recuerdo cuando un chico me invitó a salir y me dijo que quería estar conmigo porque pensaba que las nicaragüenses éramos muy calientes (fogosas). Además, he recibido comentarios de personas que me dijeron que no parecía nicaragüense, e incluso algunas llegaron a decir que era demasiado bonita para serlo”, menciona.
Además, señala el sexismo presente en la industria musical de Centroamérica y Costa Rica. “En la industria musical, a menudo se espera que acepte salidas personales, o que me conforme con ser vista sólo como una musa, en lugar de reconocer mi verdadero rol como creadora. Este estereotipo de la mujer en la música me reduce a ser simplemente ‘la chica que baila en la tarima’, en vez de valorar mi talento y contribución como artista”, relata.
Pero también ha encontrado bondad, apertura y respeto. Ceshia agradece haberse rodeado de personas conscientes y solidarias que la han ayudado a superar estos obstáculos. Es en esta red donde ha encontrado un espacio seguro para expresarse y perseguir sus sueños.
Desde 2022 conformó su banda en Costa Rica que está integrada por Eddie Monge, un nicaragüense de Jinotepe, Carazo, que reside en Costa Rica desde hace tiempo; Fiorella Hidalgo, percusionista costarricense; y Javier Alvarado en el contrabajo. “Son un grupo talentoso y diverso que refleja la riqueza cultural y musical de la región”, expresa.
Reconocimientos a la música de una voz migrante
El talento de Ceshia Ubau ha sido reconocido con premios y distinciones que resaltan su talento en la escena musical centroamericana.
En 2021 obtuvo el tercer lugar en un concurso mundial de composición con su canción Mayahuabá. Este tema aborda la realidad de las personas migrantes en Centroamérica, y fue creada en colaboración con Said Palacios, un cantautor garífuna de Guatemala, y Daris Hernández, cantautor nicaragüense.
Un galardón otorgado por Ibermúsicas, programa de Fomento de las Músicas Iberoamericanas, le permitió grabar su segundo álbum, Luz, que más tarde sería reconocido como Mejor Álbum de Producción y Mejor Productor en los premios de la Asociación de Compositores y Autores Costarricenses. Además, la canción Para mí fue premiada en la misma ceremonia en la categoría de Nueva Canción.
Ganó, además, un concurso de artivismo, hidración del arte y del activismo, realizado por el Fondo Centroamericano de Mujeres, FCAM, con la canción Declaración, lo cual fue un gran impulso para el lanzamiento de esa canción en 2020.
Uno de los momentos más especiales en la carrera de Ceshia ocurrió cuando su álbum Luz fue preseleccionado para los Latin Grammy en la categoría de Mejor Álbum de Cantautor y Álbum del Año. Este reconocimiento a nivel internacional marcó un hito en su carrera y le brindó la oportunidad de convertirse en miembro votante de la Academia de los Latin Grammy.
Aunque esto no fue un premio en sí mismo, significó mucho para Ceshia. «El hecho de que Luz fuera preseleccionado para las nominaciones de los Latin Grammy en 2022 fue un reconocimiento, después de tanto esfuerzo y trabajo dedicado. Me emocionó poder acercarme a la Academia gracias a este logro».
Hasta el momento Ceshia ha creado dos álbumes musicales: Con los ojos del alma (2017) y Luz (2022).
Para la artista el reconocimiento más importante es el de su público. «Una niña me escribió después de un concierto, diciendo que soy la mejor cantante del mundo», comparte Ceshia con una sonrisa. «Para mí, eso es lo más hermoso y significativo».
Melodía Sagrada
En febrero de 2024, Ceshia Ubau estrenó Melodía sagrada, una canción trascendental para ella, ya que refleja su experiencia como mujer migrante y su conexión con su familia, marcada por la migración. Su abuela paterna es costarricense y su abuelo nicaragüense. Este último emigró a Costa Rica desde la Isla de Ometepe a principios del siglo XX, estableciéndose en el cantón de Upala, en la provincia de Alajuela y fronterizo con Nicaragua. Sus abuelos tuvieron 12 hijos que crecieron en ambos países, como muchas familias binacionales de la zona.
La migración es esencial en la historia y la identidad de Ceshia. Ha experimentado los desafíos, las oportunidades y las experiencias inherentes al proceso migratorio. Esta herencia ha dejado una huella transgeneracional en su vida y en su identidad, inspirando su música y su arte.
Para Ceshia, esta canción es un llamado a la unidad y a la aceptación de la diversidad, promueve la integración y la construcción de comunidad. La realizó en colaboración con el grupo de percusión femenino Tocar el Tambor, liderado por Anyul Arévalo y Javier Alvarado, quienes incorporaron el bullerengue, elementos del folklore del Caribe de Colombia, lo que enriqueció la composición de la canción.
Como parte de la campaña para este tema musical, Ceshia Ubau y su equipo llevaron a cabo una iniciativa llamada Anhelos Migrantes, que consistió en entrevistar a migrantes de manera anónima en las calles de San José, a quienes les pidieron que escribieran sus sueños. A los costarricenses les solicitaron que expresaran sus deseos para los migrantes. Los sueños compartidos trataban sobre la reunión con la familia, hacer amigos y encontrar un sentido de pertenencia en el país de acogida.
Nueva canción musical: marzo 2020
El 20 de marzo de 2024 Ceshia lanzará su sencillo Marzo 2020, el cual será grabado en colaboración con la disquera costarricense We could be music. Esta canción cuenta una historia de amor a distancia que llega a su fin debido al cierre de fronteras, durante la pandemia, pero que termina en un reencuentro emocionante.
Además, planea realizar conciertos en toda Centroamérica. “Estoy enfocada en expandir mi proyecto y regionalizarlo –afirma–, porque creo firmemente en la importancia de sentirnos parte de la identidad centroamericana”.