Se rompió el televisor

Por Pedro Pablo Morejón

HAVANA TIMES – Mi televisor descansa demasiado. No suelo ver otros programas más allá de algún filme que considere interesante y algún que otro programa, pero recientemente una de esas series turcas que tienen a las mujeres delirando con los protagonistas masculinos me llamó la atención.

En realidad, no es la gran cosa ni tampoco el actor principal, lo que sucede es que si eres agraciado y te toca el papel de galán adquieres el estatus de sex simbol ipso facto. Es una de las manifestaciones de eso que los psicólogos denominan efecto halo y las mujeres suelen ser más emocionales y se montan sus propias películas.

Reconozco que tal vez, como soy un varón, no puedo percibir detalles que ellas sí. Por lo demás la serie posee buenos ingredientes para el entretenimiento. Melodrama, espionaje, acción y un argumento interesante, al menos para mí.

Pero esto ya no viene al caso, el tema es que cuando más entusiasmado me encontraba esperando el desenlace de los últimos capítulos, se rompió.

Quise ser prudente y averiguar el número telefónico del mecánico para no exponerme a un viaje en vano. Mi jugada profiláctica estuvo más que justificada, el hombre no va a diario al taller y coordinamos el día.

Me levanté esa mañana más temprano que nunca. Un vecino me había prestado su carretilla y lo llevé. Al llegar había siete televisores esperando y aún no eran las 8:00 de la mañana.

El mecánico se apareció a las 9;00 pero sin la llave. La administradora tampoco estaba, a la media hora se apareció. Entramos al taller y empezó la segunda espera. Calculé que para después del mediodía llegaría mi turno. En efecto, cerca de esa hora solo me quedaban dos televisores por delante.

Supuse que cerrarían para almorzar pero al parecer trabajan corrido. Cuando estaba listo para entregarle el mío el apagón inoportuno hizo su entrada y a esa hora el desánimo se apoderó de todos. Por suerte decidieron esperar y a la hora regresó la electricidad. Al fin llegó mi turno y pude entregarle el equipo.

El mecánico, que resultó ser un tipo conversador y sociable, me confesó que le encanta su oficio pero a veces se siente frustrado porque debe volverse mago para solucionar las roturas. No tiene casi nada ni buenas condiciones para trabajar, el ventilador, por ejemplo, lo trajo de su casa y casi todas las piezas las tiene que gestionar en el mercado ilícito.

Al final soldó alguna que otra pieza del equipo, sin embargo, el audio resultó imposible. Las bocinas estaban arruinadas. Por eso mi televisor quedó reparado a medias.

Me lo llevé y lo tengo descansando en casa, más de lo acostumbrado. Mientras tanto, deberé resolver alguna bocina por mi cuenta o que él me avise cuando las tenga. Solo hay que esperar y de momento decir adiós a la serie turca.

Lo otro sería lanzarlo en medio de la presa…

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Pedro Morejón

Soy un hombre que lucha por sus metas, que asume las consecuencias de sus actos, que no se detiene ante los obstáculos. Podría decir que la adversidad siempre ha sido una compañera inseparable, nunca he tenido nada fácil, pero en algún sentido ha beneficiado mi carácter. Valoro aquello que está en desuso, como la honestidad, la justicia, el honor. Durante mucho tiempo estuve atado a ideas y falsos paradigmas que me sofocaban, pero poco a poco logré liberarme y crecer por mí mismo. Hoy soy el que dicta mi moral, y defiendo mi libertad contra viento y marea. Y esa libertad también la construyo escribiendo, porque ser escritor me define.

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4 thoughts on “Se rompió el televisor

  • Te regalo una bocina, ven a buscarla a calle 21#955 vedado. No me escribas al correo anexo. No veo ni siquiera el opio turco ni leo ese correo.

  • Probaste de usar audífonos?

  • Ya tengo bocina, gracias .

  • Para lo que sirve la programación de la tv cubana, es casi preferible ni verla. Mejor buscar películas y otros materiales y ponerlos en la cajita. Cada día esa programación es lo peor. Hace años que deje de ver telenovelas, no aportan nada. Lee un buen libro y deja las tonterías esas.

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