Rocco en el país sin futuro
Por Pedro Pablo Morejón
HAVANA TIMES – Rocco evoca su infancia y las palabras de su tío, quien le enseñó a jugar al ajedrez y tras meses de lograr vencerlo le escuchó decir: “Tienes un gran talento, lucha por ser el mejor. Los grandes jugadores viajan por el mundo y viven como ricos”.
Desde entonces solo le apasionaba un tablero de 32 trebejos y 64 escaques, donde se proyectaban estrategias, jugadas tácticas, combinaciones de jaque mate y así jugaba, competía y ganaba torneos, como aquel provincial escolar de 1989.
Pero Rocco era un niño de campo sin conexiones, sin un mapa que le condujera al éxito y el sueño se fue truncando hasta la juventud, cuando decidió adoptar otra meta; convertirse en un gran abogado y tras una accidentada trayectoria consiguió graduarse de Derecho, ya cerca de los 30.
Ingresó en un bufete y se categorizó para impartir Derecho en la Universidad. Apasionado como siempre devoraba cuanto libro de la materia caía en sus manos. Se convirtió en una especie de enciclopedia ambulante.
Construía su reputación caso a caso, sin embargo, no tenía nada en su país de miseria y, para peor, Rocco siempre fue un tipo testarudo, desobediente. Es como un gen que le controla desde su nacimiento.
Recuerda con media sonrisa sus primeros años de estudiante. En sus libretas escolares, debajo de cada orden de tarea para hacer en casa, la maestra, al día siguiente, subrayaba “brilla por su ausencia”, pues quedaban en blanco. También recuerda las fugas de las becas, del servicio militar…
Rocco es irreverente, libertario, disidente de todo poder que atente contra su autonomía y por eso sus expresiones le costaron la expulsión del bufete y de la Universidad.
Nunca volvió a ser igual para él, debió ahogar ese sueño dentro del corazón, o al menos adormecerlo en la espera de un futuro mejor que no se vislumbra.
Luego llegó la epifanía de aquella mañana de enero del 2016 cuando sintió que por fin se vería las caras con la Literatura, esa dama fina y elegante que le persiguió desde la adolescencia pero de la que siempre huyó por no sentirse a la altura.
La cita se había fijado años atrás cuando la profesora guía del preuniversitario consignó en su expediente escolar una nota que rezaba: “Aspira a ser escritor y tiene posibilidades de llegar a serlo”.
Al atardecer se vio escribiendo las primeras letras de lo que sería su ópera prima. Se sentía poseído por una fuerza sobrenatural que le hizo creer que sí, que uno de los sueños de siempre podría ser realidad a pesar de hallarse en Cuba.
Vivir de la Literatura, del mismo modo que un chulo puede sustentarse de una prostituta de lujo. La analogía no es descabellada. Le agrada la fantasía de vivir en un burdel rodeado de sus amantes: Relato, Novela, Crónica, Ensayo y Poesía, aunque la última le suele ser más esquiva o quizás le teme.
Pero la Literatura no mantiene chulos y menos en Cuba, el país de las quimeras. Es que Rocco vino al mundo en un tiempo y un país equivocados.
Por eso se ha construido una burbuja protectora a través del fitness y la misma escritura, mientras aguarda el momento de reiniciar los sueños que jamás le van a faltar, porque no soñar es como morir en vida.
Rocco ya quiere largarse. En verdad nunca pensó hacerlo, mantenía la esperanza de un país mejor. Ahora todo parece casi imposible y espera la aprobación de un parole hacia el país de las oportunidades.
Sabe que si lo aprueban las cosas no serán tan fáciles, es soñador pero no un iluso. Los primeros años serán de trabajo duro sin apenas tiempo para sí mismo pero es el único modo de salir adelante y ayudar a su hijita.
Es muy difícil lograrlo en Cuba, país hundido, destrozado, oprimido, hambreado, empobrecido y secuestrado (valgan los participios y las rimas) por una mafia que asesinó el futuro y recluyó a la esperanza detrás de una mazmorra.
Pues le deseo a «Rocco» que pueda llegar a un país donde la libertad podrá no ser «perfecta» pero existe. Un país en el cual, generalmente, quien se esfuerza y lucha puede ver realizado uno, algunos o, incluso, todos sus sueños.
Uno de los crímenes más atroces de la dictadura castrista: haberle aniquilado los sueños a millones de cubanos.
Pues para Rocco el inmenso deseo que se cumplan su sueño, porque la realidad es que en éste país no hay futuro para nadie excepto para la diaspora pegada al poder, casi medio millón emigró y otro casi medio millón más tiene esperanza de poder lograrlo.Queremos libertad….
no es dificil de lograrlo en cuba, Rocco, es sencillamente IMPOSIBLE.
el bandolero lo destruyo todo, absolutamente todo. Es lo unico que sabia hacer.