Noticias sucias

Por Pedro Pablo Morejón

HAVANA TIMES – La calle se despertó en medio del barullo. Los curiosos rodeaban el tanque de basura mientras aguardaban la llegada de la policía. Al principio todo era confusión, después nos enteramos, por una vecina, que un bebé apareció muerto. Alguien lo dejó allí, quizás la madre.

Sentí una mezcla de dolor y angustia. Imaginé las horas de esa criatura muriendo por inanición, un verdadero infierno para un ser humano tan pequeño que ni siquiera puede razonar la causa de tanto sufrimiento.

Soy curioso pero no salí de casa, no comprendo el morbo de la gente que en el fondo, aparentando solidaridad se nutren con semejantes hechos.  

En el amanecer, un hombre que rebuscaba dentro de la basura lo había encontrado envuelto en una bolsa de plástico y tal fue su consternación que le costó tiempo abrir la boca para informar del hallazgo. Pronto llamaron a la policía y no supe más, salí rumbo a mi hija, como cada sábado.

Al siguiente día la misma vecina con vocación de periodista le aclaró a mi mujer lo acontecido. Una jovencita de Cortés, de solo 17 años, lo había abandonado. Presentaba señales de estrangulamiento, lo que hace presumir que lo asesinó previamente antes de deshacerse de su hijo.

Deshacerse de un hijo es algo tan brutal que uno solo puede concluir que se trata de una degenerada. Ni siquiera la edad, un problema mental o la terrible situación personal que tal vez estaría enfrentando justifica semejante barbarie. Hasta los perores asesinos aman a sus hijos, aunque no todos.

Pudo abandonarlo en maternidad, regalarlo a otra persona, dejarlo frente a un sitio público, cualquier atrocidad menor que atenuara tanta maldad antes de estrangularlo con sus propias manos y dejarlo tirado allí, como si fuese un órgano, un miembro amputado, o un tejido con necrosis que el cirujano deshecha en el quirófano tras concluir la operación.

También por este mes que acaba de terminar un acontecimiento conmocionó la ciudad pinareña y se volvió viral en algunos medios independientes. Una mujer que amputó los genitales de su esposo tras descubrir que este había abusado sexualmente de su hija de 6 años.

Tuvo suficiente frialdad como para drogarlo, posar en fotos junto al hombre dormido y después de la castración documentarlo todo, incluyendo fotos del pene y los testículos separados del cuerpo mediante una publicación en whatsapp.

Puedo mencionar más ejemplos de noviembre, que van desde un joven que perdió un brazo en un asalto para despojarlo de su celular hasta una mujer acuchillada por su ex marido frente a su centro de trabajo a plena luz del día.

Existen más, muchos más que no cabrían en el formato de un blog.

Y no es que quiera politizar hechos que suceden en cualquier parte del mundo, sin embargo, a pesar de mi anti-religiosidad no soy ateo, y tengo la sensación de que Cuba está envuelta en un agujero negro de malas energías.

Nada sale bien y todo son malas noticias, muchas de ellas tan sucias que bien podrían superar a las historias de Bukowski.

Lea más del diario de Pedro Pablo Morejón aquí.