El ingenio del cubano

Por Paula Henríquez

Viviendas de Centro Habana. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – Vivo en una casa que tiene más de 70 años y, como podrán imaginar, los accidentes o fracturas estructurales ya empiezan a notarse. La plomería y la carpintería tampoco quedan fuera de mi preocupación. Es como un cuerpo humano cuando pasan, inevitablemente, los años. A decir verdad, no cabe esperar menos que eso. 

Cuidarla es también lo menos que puedo hacer por ella, que tan buen cobijo nos ha proporcionado a mi familia y a mí; pero no basta solo con querer hacerlo, claro está. La realidad actual es bien complicada, como ya sabemos, y el tema de la reparación se convierte en algo más que eso: un problema.

Como la vida va moldeando lo que somos, los problemas y las situaciones eventuales que se te presentan diariamente no dejan de darnos forma.

Es así como el cubano se ha visto obligado a convertirse en artesano. Recuerdo las consignas que nos llegaban por todas partes: no existen tareas imposibles, “sino hombres incapaces”. No sé si es que hemos terminado creyéndolo o es que “el hombre se crece ante las dificultades”.

En cualquier caso, “la necesidad agudiza el ingenio” y como podrán imaginar el cubano se ha visto obligado a desarrollar habilidades que lo sacan de los apuros más insospechados y eso es algo muy eventual. Lo cierto es que cualquier tarea doméstica puede convertirse en una verdadera tesis de ingeniería mecánica, hidráulica o hasta eléctrica.

Claro que eso no nació de la noche a la mañana. El proceso evolutivo toma años en desarrollarlo. Solo hace falta que se unan algunos de los ingredientes para que eche a andar. La falta de piezas de repuesto, los escasos/inexistentes y necesarios materiales para los arreglos, los precios que rondan lo absurdo.

Un ejemplo muy común es el momento en que hace falta cambiar una llave de paso para una instalación hidráulica. La nueva vale un salario entero y la persona que puede realizar el trabajo te cobra la nómina del mes siguiente. Ahí es cuando aflora ese ingenio del que venimos hablando. Semejante estímulo neuronal no es posible con ningún tratamiento médico de avanzada. 

Como cubano nos hemos vuelto tremendamente creativos. Ya no pagamos por poner la llave de paso, ni por reparar mi techo, sino que, en casa, la improvisación o la invención se han convertido en un arte. Dicho sea de paso, cada vez más perfeccionado y fino. Aunque el proceso evolutivo nunca se detiene, seguros estamos de que siempre habrá un reto mayor que ponga a prueba nuestro ingenio.

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Paula Henriquez

Paula Henríquez: Desde pequeña me han dicho que debo tener cuidado con lo que digo en público. “Piensa antes de hablar, sobre todo delante de los demás”, me decía mi mamá y, entonces, resultaba más un ruego que un regaño. Aún hoy la escucho… y la cumplo, solo que no hablo… escribo. Las letras, las palabras son mi escape, mi salida y las catarsis diarias, las que imprimo en el papel, me reavivan. Y esta foto… me refugia.

One thought on “El ingenio del cubano

  • Sobre todo en La Habana, los materiales y cualquier cosa que tenga relación con la construcción, hace un tiempo lo dije en un comentario tantos hoteles en la capital seria la destrucción de las casas particulares, el futuro será la capital con lindos hoteles y una ciudad destruida por el paso del tiempo

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