‘El caso Yunior García’: un ‘somatón’ para la oposición cubana

Yunior García en conferencia de prensa. Captura de pantalla

Por Osmel Ramírez Alvarez

HAVANA TIMES – El tema de Archipiélago, como plataforma cívica aglutinadora, de Yunior García Aguilera como su impulsor y figura más visible, y de los sucesos del 15N, son ya archiconocidos. Entrar en detalles sería repetitivo.

El líder de Archipiélago decidió salir de Cuba y lo hizo el día 16 tras la fallida marcha debido a la militarización del país, el cerco por policías y actos de repudio de agentes oficialistas a los principales promotores. Y este es el evento que ha servido de excusa para el auto ataque entre opositores, el desencanto de algunos y por suerte, el buen juicio de otro tanto, que esperemos por el bien de la Patria que seamos más.

No debería ser pero así ha sido. La mayoría de los opositores al gobierno cubano viven en el exilio y se comprende muy bien el por qué. Pero con Yunior García ha habido un inusual ataque. Frustración legítima en algunos, que esperaban de él lo que él se ha cansado de decir que no es: un héroe; y una ofuscación ilegítima en otros, por razones nada virtuosas como celo político, rivalidad ideológica, resistencia generacional y hasta resistencia sicológica al cambio.

Parece algo loco, pero sucede a algunos opositores, (no agentes infiltrados, en los que es algo normal), que cuando ven algo con potencial de avance, y de éxito, reaccionan con una resistencia sicológica al cambio por el que, ¡increíblemente!, han luchado muchísimo y han sufrido demasiado. Pero la mente humana es así y también se enferma. El daño antropológico de vivir en dictadura no se anula automáticamente cuando ‘abres los ojos’ y te revelas, tiene lamentablemente varios matices y reacciones residuales.                  

Tras verse cercado en su propia casa, amenazado con la prisión y ser juzgado por varios delitos fácilmente fabricados en Cuba, entre ellos mercenarismo, que puede conllevar hasta la pena máxima; con los teléfonos y el internet cortado, apenas disminuyó el asedio, no lo pensó de veces para escapar de casa, tratar de refugiarse en otro lado y terminar de gestionar su salida, que había previsto solo en caso de prisión a través de una negociación.

¿Fue un acto heroico? –No.

¿Fue una reacción de supervivencia? -Sí.

Pero fue, primero que todo, una reacción legítima y honrada, y un derecho personal.

¡Y claro que se puede criticar y cuestionar! Yúnior García es ya una figura pública y un político, aunque todavía no se sienta identificado como tal. Debe acostumbrarse a recibir piedras y flores al mismo tiempo, como gajes del oficio. Pero hay una gran diferencia entre la crítica y el linchamiento. Y el acto de linchar enloda más a quien lo efectúa que a su víctima.

La crítica es el conjunto de opiniones y juicios que responden a un análisis, y que pueden resultar positivos o negativos. El linchamiento es un acto de ejecución pública sin juicio previo, en este caso la víctima es la imagen de Yúnior, su accionar político o ciudadano; y por qué no, su liderazgo.

Yúnior García Aguilera llegó a España y antes de bañarse o afeitarse siquiera, dio declaraciones y denuncias de la represión; al otro día una magistral conferencia de prensa como jamás hubo otra que dibujara con tanta exactitud y credibilidad la realidad que vive Cuba en materia de derechos civiles. Pudo tomarse su tiempo como hace la mayoría; pudo retirarse y vivir un exilio tranquilo; pero eligió seguir batallando en ese otro escenario. Y eso es loable. Y eso es lo único que importa.

A los voceros del sistema, como Humberto López, se les entiende el afán por linchar a Yúnior y cualquiera que levante cabeza por una Cuba democrática, porque a eso se dedican; a los agentes de la policía política disfrazados de disidentes y opositores, también; pero a los verdaderos opositores, no.

Serruchar el piso de otro cubano que lucha por una Cuba Mejor porque no hizo esto o aquello como lo esperabas, o porque cometió un error, o porque no es de tu tendencia ideológica, es emular a los agentes infiltrados y a la policía política, pero con la agravante de que se trata de ‘fuego amigo’, siempre más dañino y doloroso que el del enemigo. Y peor que eso, es torpeza política, inmadurez, falencia, pifia, y cualquier otro adjetivo que signifique actuar en contra de lo que dices que quieres lograr; fallar, errar.

En efecto, el caso de Yúnior García Aguilera le ha hecho un ‘somatón’ a la oposición cubana y el resultado no es tan halagüeño. Porque no se trata de defender a una persona, es lo que se demuestra con tales actos.  Todavía tenemos muchas “células malignas” en el accionar y en las reacciones.

Sería bueno que pudiésemos mostrar al mundo que somos la parte del pueblo de ‘vanguardia cívica’, con mayor preparación política e ideas democráticas de tolerancia por haber salido del influjo del despotismo; pero no, no es ese el mensaje que trasmitimos con lo que está pasando.

En este contexto, la victoria del gobierno del PCC no fue impedir la marcha del 15N, pues tanta la represión divulgada a tiempo la convirtió en una victoria pírrica. Demasiado costosa. Tampoco lo fue la salida de Yúnior por sí misma, porque en el extranjero es incluso más útil. La única victoria ‘de verdad’ fue empujar a que se destape ese mar de ataques, sospechas y descalificaciones tan horrible y denigrante; y así desviar un poco la atención hacia los errores y defectos de sus adversarios. Todavía son mejores estrategas.

Pero, aun así, cabe decir que se está avanzando. Los problemas de la oposición no son hoy mayores que antes, seguramente menos pero más visibles debido a las redes sociales. Lo novedoso es que el activismo cívico de los cubanos dentro y fuera ha crecido y es un proceso irreversible, que nos conducirá inevitablemente hacia una democracia política con libertad económica y derechos humanos plenos. En fin, a una Cuba Mejor. Y de eso no hay dudas.

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Osmel Ramirez

Soy de Mayarí, un pueblecito de Holguín. Nací el mismo día en que finalizó la guerra de Viet Nam, el 30 de abril de 1975. Un buen augurio, ya que me identifico como pacifista. Soy biólogo pero me apasionan la política, la historia y la filosofía política. Escribiendo sobre estos temas me inicié en las letras y llegué al periodismo, precisamente aquí en Havana Times. Me considero un socialista demócrata y mi única motivación comunicacional es tratar de ser útil al cambio positivo que Cuba necesita.

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3 thoughts on “‘El caso Yunior García’: un ‘somatón’ para la oposición cubana

  • A Yunior no le quedó otra opción que irse, e hizo bien, el gobierno al dejarlo ir reconoció que era más peligroso adentro que afuera, reconoció que era mentira todo de lo que le acusaba porque ningún gobierno deja escapar a un “mercenario” sin juzgarlo. Es gracioso ver como gente desde Miami le echa en cara haberse ido, cuando la mayoría se fue y no hizo nada dentro de Cuba. Nunca en 60 años nadie había llamado a una movilización dentro de Cuba, y lo hizo Yunior, y nunca la tiranía se vio tan asustada e invirtió tanto en militarizar el país. Otro tema, por qué el día 15 la gente no se paró frente a su casa vestido de blanco, no era necesario desfilar, Yunior fue abandonado, él sólo no puede tumbar la dictadura. La semilla sembrada ya está germinando, en los próximos años se verá el resultado.

  • Cuando las personas no encuentran nada que hacer, hablan. Hablar mal de los demas no da beneficios, pienso. Se critican o se muestran posiciones disidentes u opositoras sobre lo que dicen los que tienen el poder.
    Me llama la atencion que en este fervor patriotico que surgio en los cubanos con Fidel Castro, razon por la cual lo rechazo categoricamente, entre “Patria o muerte” y “Patria y vida”, no se utilice el termino legal de la accion de la guardia costera estadounidense :”repatriar”, que significa devolver a SU (de suya) Patria, me pregunto si como Fidel no quieren usar el termino “Patria” para estos por traidores? Patria como Revolucion se escriben con mayuscula, segun la ortografia.
    Hasta Silvio Rodriguez dijo que Cuba “es una dictadura porque ha sido obligado a serlo”, la UE dice que Venezuela y Nicaragua son dictaduras, pero que Cuba “no es una democracia”.
    Ahora, sin patriotismo alguno, hasta que los inversores UE no se acaben de largar de esa isla que es el pais de los cubanos, no de ellos, el Parlamento UE no dira que Cuba es una dictadura.
    Se siguen teniendo que ir los cubanos de su pais porque no se largan los inversores UE. Lo escribo sin patriotismo.

  • Totalmente de acuerdo con lo expuesto en este articulo. Desde Costa Rica juntos por Cuba.

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