Aprendiendo video periodismo en Praga

Luis Rondón Paz

HAVANA TIMES — Para un cubano de a pie, estudiar en La República Checa creo que es todo un privilegio, pienso en el alto nivel en desarrollo de ese país, su historia y la estrecha relación que tuvo con Cuba antes del derrumbe del bloque socialista en Europa. Relaciones que en la actualidad son menos íntimas, supongo que debido a que las dos naciones ya no comparten las mismas ideologías y modos de producción.

En Praga, el aula para las clases fue en la Agencia de Noticias Checa “CTK”, ubicada en el centro de la ciudad, a unos 22 kilómetros de la residencia estudiantil.

Si yo estuviera en Cuba demoraría en llegar una hora y media, pero en Praga el transporte es rápido y eficiente, solo bastaba salir a las 8:00 am de la residencia, subir al tranvía o el ómnibus, esperar unas 12 paradas o menos, según la ruta, abordar el metro de la línea verde y quedarse en la estación del museo nacional para llegar 10 minutos antes de las 9:00 am, cuando comienzan las clases.

El primer día, a cada estudiante se les asignó un módulo de multimedios: ordenador portátil, cámara de mano de alta definición, micrófono y trípode, herramientas fundamentales para llevar adelante todos los conocimientos adquiridos durante la semana y media que duraría el taller intensivo.

Las clases sí que fueron intensas, el nivel de presión impresionante. Desde las 9:00 am hasta el mediodía teoría, y desde las 2:00 pm hasta las 6 ejercicios prácticos, en el aula o en la calle, intercambiando-entrevistando con la población de Praga.

Cabe destacar que, por lo complicado de los ejercicios, en varias ocasiones había que continuarlos en la residencia. Por suerte, todo el tiempo teníamos Internet banda ancha para enviar los trabajos por correo al profesor. Ya que cada trabajo (vídeo reportaje) debía ser publicado en YouTube y reportado para su análisis al día siguiente en el aula.

A mediados de semana tuve la sensación de que estaba entrenando para comenzar a trabajar en una agencia de noticias en vivo, para la cual en menos de 12 horas debe tener en sus manos una noticia no mayor de dos minutos lista para publicar en el menor tiempo posible.

Hubo momentos en los que sentía gran frustración, porque no lograba el ejercicio en tiempo, lo que me impulsaba a seguir adelante era el ánimo que me daba el profesor, quien con paciencia en varias ocasiones me indicó cómo salir de los enredos en los que me metía a la hora de editar los materiales.

Como parte del programa visitamos los estudios de la Televisión Checa. Me impresionó su modo de producir calidad en imagen usando las nuevas tecnologías, y la capacidad de recrear varias locaciones con un solo estudio.

Esto me recordó la gestión de los recursos de la Televisión de mi país, pues a mí ver, invierte no mucho en tecnología y sí en utilería y mano de obra, creo que si hiciera lo contrario a largo plazo podría ahorrar recursos y obtener un producto audiovisual de mejor calidad.

En los últimos días visitamos la Facultad de Periodismo de la Universidad de Praga en el casco histórico de la ciudad. Allí llevamos a la práctica varios conocimientos adquiridos durante el taller. Es importante destacar que los conocimientos facilitados por el profesor y director de la Academia CTK, Jiri Chrast, fueron fundamentales para el ejercicio de roles entrevistados y entrevistador en el estudio de televisión universitario.

Allí se puso a prueba el conocimiento cultural de cada estudiante, la capacidad para ejercer periodismo objetivo en cualquier tema, y velocidad de respuesta en exteriores, desde donde hipotéticamente se estaría transmitiendo en vivo y respondiendo preguntas al estudio de televisión en algún país o en la localidad.

El último día no hubo clases teóricas, todo el tiempo se dedicó al trabajo final. El cual tendría que ver con el perfeccionamiento y aprobado del guión final, editar las entrevistas hechas en la calle el día anterior o rehacerlas si no quedaron bien, ajustar los niveles de sonido y seleccionar las imágenes que conformarían la noticia o historia a reportar. La cual no debería exceder el minuto y medio.

Al final, todo el colectivo aprobó, y se nos dejó el equipamiento para que en Cuba continuemos produciendo noticias a partir de los conocimientos adquiridos. Los cuales, según la dirección del curso, serían seleccionados para un segundo taller intensivo.

Para mí, en la parte académica fue un privilegio y una experiencia excepcional que tributará a un mejor desempeño como comunicador social en mi país. Y en cuanto al modo de ver la realidad cubana ha confirmado con muchos argumentos lo que yo sabía desde que me dediqué al activismo civil.

De ese último tema abundaré en otro texto.