Lo que no enseñan los millonarios

Kabir Vega

Foto: entreprenuer.com

HAVANA TIMES – Un hábito curioso de jóvenes cubanos a punto de emigrar o que recién empiezan un negocio, es el de husmear algunos de esos tentadores libros de “cómo llegar a ser millonario”.

La mayoría, al haber vivido toda la vida en una clase infrabaja, propia del socialismo, descienden velozmente sus expectativas de vida, y abandonan la lectura.

Otros más “seguros”, recogen en su mente las enseñanzas del autor y se las llevan al exterior, esperando la oportunidad de aplicarlas, hasta que, con el paso del tiempo, se dan cuenta que no es tan sencillo.

Tristemente casi todos los libros de ese tipo ignoran u omiten las reglas primordiales que rigen las sociedades de cualquier rincón del planeta. Desde un principio son más fórmulas de autoengaño bañadas en arrogancia, que consejos aplicables.

Para los lectores puedo parecer muy pretencioso o frustrado, al criticar desde Cuba títulos muy consumidos que resumen experiencias y organizados sistemas de pensamiento. Sin embargo, los autores y promotores de esas teorías olvidan mencionar ciertos fundamentos básicos.

Cualquiera puede ser millonario, pero no todos.

La civilización desde sus formas más antiguas no permite que todos sean ganadores al mismo tiempo. Para ser uno tiene que derrotar a tus contiguos, cargar con el sufrimiento que les produzcas y estar preparado para perder también en cualquier momento.

Somos seres con libre albedrío, pero no omnipotentes.

Si hay algo en lo que mienten todos esos libros, es cuando dictan que uno define su propia vida en todos los aspectos y detalles. Por más avanzada que la tecnología esté y sin importar cuán elevado coeficiente intelectual llegue un humano a tener, somos incapaces de predecir o ver el futuro, y estamos muy lejos de controlar todos los acontecimientos: seguimos atrapados en el azar.

Tenemos virtudes y defectos, porque somos humanos, podemos mejorar, pero lograr un cambio permanente, es un logro excepcional.

Otra enseñanza muy en boga, es la creencia de cambiar tu propia mente, usando métodos de reprogramación, como si la mente no fuera la morada de los sentimientos, emociones, apegos…. precisamente lo que constituye la identidad.

Cambios sustanciales de conducta requieren una voluntad privilegiada o se establecen como consecuencia de grandes sufrimientos. El ser humano tiene la capacidad de aprender y mejorar infinitamente, pero se necesitaron milenios para llegar a donde estamos. Cualquiera que alardee de poder controlar su mente no está siendo honesto.

No pretendo ofender a quienes han encontrado esperanza en consumir y poner a prueba los pensamientos de los millonarios. Esos autores tienen la experiencia para contar lo que es capaz de lograr el poder del dinero: grandes beneficios y enormes riesgos. Solo cuestiono esos métodos que pretenden simplificar la realidad y pueden desarrollar obsesiones y peligrosos fracasos con los que no se responsabiliza nadie.

Kabir Vega

Soy un joven cuyo desarrollo en la vida no ha sido lo que consideramos normal o apropiado, pero no me arrepiento. Aunque soy muy reservado, disiento de muchas cosas de forma implacable. Considero que la sociedad, y no solo de Cuba, está errada y necesita cambiar. Amo a los animales en ocasiones incluso más que a mi persona ya que ellos carecen de maldad. También soy fan de la tecnología y del mundo Otaku. Empecé en Havana Times porque me permitía contar algunas vivencias y quizás incentivar algún cambio en mi país. Puedo ser ingenuo en mis argumentos, pero soy fiel a mis principios.

Kabir Vega has 83 posts and counting. See all posts by Kabir Vega

2 thoughts on “Lo que no enseñan los millonarios

  • Kabir, me gusta leer tus post. Y me gusta comentar de vez en cuando aunque no puedas contestar.
    Pues este tipo de libros son muy simpáticos, porque la mayoría de sus autores no son millonarios.
    Pero las religiones y todos sus libros tampoco se hacen responsables de las desilusiones de las que sean víctimas muchos de sus seguidores cuando comienzan a preguntarse cosas que están más allá de sus dogmas.
    Dices que “como si la mente no fuera la morada de los sentimientos, emociones, apegos…. precisamente lo que constituye la identidad.” Te cuento que podrías repensar esto. Sí podemos cambiar muchas cosas de nuestra mente, el sistema siempre nos programa desde que somos niños, y cuando digo sistema me refiero no solo al cubano y su régimen, me refiero también al capitalista, a los estados laicos y no laicos y, sobre todo, a la familia. No se trata de reprogramar la mente para volvernos millonarios, se trata de intentar desaprender lo que nos impone la sociedad para intentar ser un poco más libres, de encontrarnos a nosotros mismos. Y aunque al inicio dé miedo, el desapego es uno de esos pasos, y muchas de nuestras “emociones” no son más que cargas pesadas que nos hacen sentirnos víctimas casi toda nuestra vida. La libertad personal va más allá de un poco de dinero.
    Un abrazo.

  • Kabir, la buena noticia es que si es posible llegar a ser ese millonario que mencionas (por cierto para entrar en ese selecto grupo ya hay que tener varios millones). La no tan buena es que los libros que he leido dan recetas generales, pero no existe “one size fits all”. Al final, hay que ser constante, disciplinado y tener olfato para las buenas oportunidades, con un poquito de suerte.

Comentarios cerrados.