Love in celebró su cuarto festival

Isbel Díaz Torres

Se va convirtiendo en tradición la celebración cada año del festival “Love in”. Cada vez con una temática diferente, en esta ocasión el grupo celebrará un “Festival por el Medio Ambiente”, según expresa una nota de prensa que circularon.

Los muchachos y muchachas de “Love in” recuerdan de algún modo la estética de los hippies que a finales de los 60 conmocionaron a la sociedad estadounidense. Aquellos hippies eran anarquistas antibelicistas, rechazaban el materialismo pujante que producía el capitalismo en su camino hacia la globalización, defendían el medioambiente, y tenían al arte en el centro de sus vidas. Todo ello conformó una contracultura inquietante para las élites de poder.

Según he podido comprobar ese no es el caso de nuestros hippies tropicales contemporáneos. He tenido la fortuna de estar cerca e incluso colaborar con ellos, y esta nueva encarnación es quizás un poco más light. La onda retro de ellos es más Beatles que Pink Floyd, por decirlo de algún modo.

Se ven a sí mismos como “un grupo de jóvenes profesionales que tienen como objetivo fomentar el cuidado medioambiental, el desarrollo cultural y la cultura de paz”. En realidad no todos son profesionales, pero eso en realidad no es tan importante (para lo que vale ser profesional en la actualidad…).

Entre sus objetivos están:

– Favorecer la reflexión y el diálogo acorde con sus ejes temáticos de trabajo.

– Estimular el respeto de las personas por el medioambiente.

– Abogar por una conciencia de paz de manera educativa e interpersonal.

– Beneficiar a la sociedad trabajando por el desarrollo sociocultural.

La realidad es que verlos trabajar llena el espíritu de entusiasmo y ganas de colaborar. Ponen su carpa y arman la fiesta de la pintura y la diversión en un segundo. Este año el festival incluye exposiciones de artes plásticas, conversatorios, y puestas de teatro.

Según la promoción, en los Jardines de La Tropical habría un planetario móvil, un área para el arte japonés del bonsái, ikebana y origami, y decoración corporal con tatuajes, dreadlocks, piercing, estilos (moda verde), pintura corporal.

Cada noche de este fin de semana tuvieron un gran concierto con agrupaciones de reggae, rock, blues, hip-hop, música electrónica, músicos gaiteros, flamenco, tango. Es de destacar la inclusión de la legendaria orquesta de música popular bailable La Aragón.

Aún cuando para los lectores no cubanos pueda parecer un sinsentido, me parece oportuno publicar el listado de instituciones estatales, privadas, comunitarias, o diplomáticas, que los muchachos y muchachas de “Love in” lograron aglutinar para su festival:

El Gran Parque Metropolitano, la Asociación Cubana del Audiovisual, la Embajada Británica, el Comité Internacional por el Desarrollo de los Pueblos, el Proyecto Espacios Abiertos, la Farmacéuticas Bayer S.A Sanidad Animal, la Sociedad Civil Patrimonio, Comunidad y Medio ambiente (PCM), el Taller Experimental del Papel, La Quinta de los Molinos, La Cruz Roja Provincial, Adiestramiento Canino, Pronaturaleza (ONG), Techos Verdes, Pioneros Exploradores, el Circo infantil de Marianao, el Bosque Martiano de Ariguanabo, la escuela Paulita Concepción, el Grupo Ecológico Saltamontes, Osmel Francis y sus Guayaberas, Plan C arte y diseño, y Mi Programa Verde (Servicio Estatal Forestal)

Este intento por integrar el arte y el trabajo comunitario en pro de la educación ambiental es muy loable. No obstante, aún no he logrado comprender cómo una empresa como la Bayer puede ser invitada a este tipo de emprendimiento.

La Bayer produjo hasta la 1ra Guerra Mundial la droga adictiva Heroína (que es una marca registrada de Bayer). Colaboró con crímenes del nazismo, y hasta la actualidad no ha indemnizado adecuadamente a las víctimas. Son de su atribución la creación de agentes químicos como el “gas mostaza” (arma química), o el “tabún” (gas nervioso).

Más recientemente, en la década de los 90, financió ensayos clínicos no éticos sobre humanos. En el 2001 demandó al gobierno sudafricano, por poner en vigor una ley que permitía tratar a los enfermos de SIDA con medicinas baratas.

Por otra parte, según demostraron expertos ante la ONU, la Bayer compraba minerales para la producción y comercialización de polvos metálicos y cerámicos, claves en la fabricación de celulares y computadoras, los cuales se obtienen en el Congo en condiciones inhumanas; de ese modo ha contribuido a mantener una guerra que desde 1998 ha costado la vida a 2,5 millones de personas.

Además, la Bayer produce herbicidas altamente peligrosos, que han causado daño a personas y animales. La empresa hizo pública, a principios del 2011, la venta de los pesticidas Nemacur y Mocap calificados por la OMS como “extremadamente peligrosos”.

Actualmente tiene 120 000 empleados a nivel mundial, y su negocio se basa en la industria química y la biomedicina.

Esta información no requirió de una investigación exhaustiva, con teclear BAYER en la wikipedia podrá encontrarse eso y más.

De tal modo, me parece un contrasentido tal inclusión entre los colaboradores del Festival. Sería bueno que las amigas y amigos de Love in, que nada tienen que ver con estas atrocidades de la Bayer, puedan seguir ampliando el alcance de sus actividades sin la necesidad de recurrir a tales “amistades peligrosas”.

Es una lástima no haber podido participar y aprender en las jornadas de este año. El pasado tampoco pude estar, aunque colaboré donando una ceiba del proyecto EL GUARDABOSQUES para que fuera sembrada, y junto a un piquete superchévere armamos cajitas la noche anterior a la inauguración del festival.

Son gente joven, linda, inteligente, talentosa que viene trabajando desde el 2009. Ojalá puedan escoger con sabiduría entre las muchas opciones que les ofrecerán de todas partes.

 

Isbel Diaz

Isbel Díaz Torres: Pinar del Río y La Habana son mis ciudades. En una nací, el 1º de marzo de 1976, y en la otra he vivido desde siempre. Soy biólogo y poeta, aunque eventualmente he sido músico, traductor, profesor, informático, diseñador, fotógrafo, o editor. Soy un gran inconforme y defensor de las diferencias, quizás por haber sido desde siempre un “niño modelo” muy reprimido. Nada me subyuga más que lo desconocido, la naturaleza y el arte me funcionan como fuentes de misterio y desarrollo. Un sorprendente activismo ha nacido en mí en los últimos tiempos. Aunque no estoy muy seguro de cómo utilizarlo, siento que es una energía noble y legítima. Ojalá tenga discernimiento para manejarla.

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