Se fue del país, entre la obstinación y el dolor

By Irina Pino

Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – El miedo a las carencias ahora es más fuerte. Eso incentiva a muchos a dejar su país natal para aventurarse a encontrar una mejor forma de vivir.

Es el caso de Marta, una amiga que hace un mes se fue a Brasil.

Aquí no vivía mal, tuvo diferentes ocupaciones. Integró una banda de rock, trabajó en instituciones culturales, además escribía cuentos y era modista. Llevaba tiempo sin un empleo, pero su esposo tiene buen salario y no le faltaba la comida.

Le encanta bailar, regularmente iba al Submarino Amarillo, a la Casa de la Amistad, y a todos los sitios donde se presentan bandas de rock. Reunirse con amigos en su casa para compartir una paella (hecha por sus manos), constituía otra de sus alegrías.

Vivía cerca del mar y lo disfrutaba. Le quedaba a pocos metros de su edificio.

Era protectora de animales, criaba gatos, que había recogido en la calle, gallinas y pollos, además de dos perros. Su mundo era de amor, tenía infinidad de gente que la quería.

Se podría decir que era feliz. Pero el encierro debido a la pandemia contribuyó a deprimirla. Odiaba las colas que tenía que hacer para conseguir ciertos productos.

El colofón de todo fue su madre. La señora cayó enferma los primeros meses de la epidemia y la hospitalizaron. Los síntomas fueron diarrea y problemas respiratorios.

La pusieron en el hospital Salvador Allende (antigua Covadonga). Se sospechaba de un posible contagio.

Ese hospital fue destinado a los casos de covid-19, por lo que no se permiten visitas de familiares. La comunicación era telefónica solamente. De esa manera se da el parte médico. Vale mencionar las precariedades de la comunicación, casi nunca podía conseguir información.

Marta no pudo verla más, su madre murió sola en Terapia Intensiva.

Todo estaba preparado para recibir el cuerpo en la funeraria, pero el cadáver nunca llegó. Se enteraron después de varias horas que lo habían enviado al crematorio de Santiago de las Vegas, junto a otros cadáveres.

El hospital entregaría las cenizas de su progenitora al día siguiente.

No quiso saber nada del asunto. Su hermana recibió las cenizas. Marta estaba triste, pero la rabia y la impotencia la dominaban, me decía que esas cenizas podrían ser de cualquiera.

Nunca recuperó las pertenencias con las que su madre ingresó en el centro asistencial de salud. A la anciana le robaron la mochila.

Tuvo deseos de denunciar aquellos hechos a la Fiscalía General, pero todo cayó en saco roto.

Pasaron meses, su hija hizo los arreglos para invitarla a Brasil. A todos nos sorprendió la noticia de su partida. Antes de irse, regaló muchas de sus cosas a sus amigos, quizás con la idea de no regresar.

Su idea posterior es vender su casa, y repartir el dinero entre los hijos.

Cuando hablamos por FB, le aconsejo siempre que no venda su apartamento, que piense bien en esa decisión.

Apenas llegó, comenzó a trabajar por la izquierda en una pizzería. Lo dejó en menos de una semana. El trabajo es muy fuerte y no pudo resistirlo.

Ahora le están gestionando para laborar en una casa cuidando a una señora mayor. Pienso que tampoco podrá aguantar, ella tiene cerca de 60 años y algunos problemas de salud.

No sé qué va a pasar con mi amiga. Su realidad ha dado un giro de 90 grados. Viviendo en uno de los países de más alto nivel de contagio y muertes.

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Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

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4 thoughts on “Se fue del país, entre la obstinación y el dolor

  • Le costará trabajo abrirse camino en Brasil por su edad, pero en Cuba la vida es muy dura, durísima. No es que se coma mal, es el trabajo que se pasa para comprar lo que se come. Y para que hablar de un hospital, pobre del que no goce de salud.

  • Que duro eso que escribes,conmovedor, ella es tan buena persona y que le pasara eso con su mama tan duro y desgarrador, tan triste…pero ella es muy optimista y una mujer fuerte y alegre,además no esta sola..esta con su hija,deseo que le valla bien y que no venda el apartamento,porque las cosas para todos nosotros,pueden girar para bien 90 grados,quien sabe???

  • Ojalá que su vida mejore, todos los que la conocemos lo deseamos. El tiempo dirá la última palabra.

  • La pobre,sufrio una cadena de horrores en un pais sin remedio. No se que podria hacer en Cuba. A la larga, puede que le vaya mejor en Brasil. Es que de momento, y a su edad, no tiene muchas opciones. Le deseo lo mejor.

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