Desmochadores de palmas: ¿Una solución económica al país?
Danae Súarez

El pasado 24 de septiembre el periódico oficial de la nación dio a conocer la resolución adoptada por la asamblea nacional con relación al asunto de los “nuevos” trabajos por cuenta propia, que serían acogidos como una alternativa mas de empleo para los trabajadores que quedaran disponibles luego del proceso de reducción de plantillas que deberá asumir el país, y como una alternativa para el incremento de las fuentes de ingreso del mismo.
El tema ha sido mas que discutido, sin embargo no me gustaría pasarlo por alto sin dar mi punto de vista.
Cuando llegó la noticia me revolví en mi asiento. Por fin el país daba un paso importante hacia la apertura de la iniciativa privada en la producción de bienes y servicios, sector que por mucho tiempo estuvo acaparado por una política centralizadora que lejos de resolver con eficiencia los problemas básicos del pueblo, obstaculizó el desarrollo del país (bien dice el periódico que esta alternativa contribuirá a que el estado “se sacuda” de una buena parte de subsidios que, digo yo, asumía ineficientemente).
Sin embargo, a medida en que avancé en mi lectura de la lista de “nuevos empleos” que se legalizaban, repito, “con el objetivo de incrementar las fuentes de ingreso al presupuesto del estado” me di cuenta de una vez mas jugábamos al autoengaño

Mi asombro pasó por alto el hecho de que los “empleos nuevos” ya existían hacia tiempo “por la izquierda” y mi interrogante fue mas hondo. ¿ Realmente cree el estado que los ingresos de una sociedad por lo demás abarrotada de profesionales competentes, puede descansar en “desmochadores de palmas” “forradores de botones” o “cuidadores de baños públicos”?
¿Una alternativa mas ecuánime, aunque también mas temida, no sería la apertura a la inversión extranjera para la creación de pequeñas y medianas empresas (PYME)? ¿No ha pensado el estado que de este modo podría dar una solución efectiva tanto para generación de ingresos al país como para la creación de fuentes de empleos para un millón y medio de personas que quedarán en la calle?
No propongo poner en manos extranjeras aquellas actividades que comprometan la soberanía del país pero pienso que no se debe limitar la esperanza del pueblo al cuentapropismo barato y que viene siendo hora de buscar soluciones efectivas al delicado estado de la economía del país, por la salud de todos los cubanos.