Isla de la Juventud casi sorprende

Por Ronal Quiñones

isla-13HAVANA TIMES — La calidad a la baja de la pelota cubana actual quedó al desnudo con la clasificación de la Isla de la Juventud a la final de la temporada 54. Un equipo con solamente un abridor decente y un bateador reconocido por su historial en Series Nacionales estuvo a un juego de coronarse en la pelota cubana, afrenta mayúscula para las nóminas mucho más profundas.

Prácticamente sin variantes ofensivas, y con abridores que no sobrepasaban el primer tercio de juego, además de notorios errores de dirección, los llamados Piratas pasaron por encima de dos históricos como Pinar del Río e Industriales en la fase preliminar, y luego en semifinales humillaron a Matanzas, el conjunto que mejor había jugado durante toda la temporada.

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Un juego alegre y sin presión, combinado con una dirección armónica que consultaba muchas de las decisiones tomadas a lo largo de cada desafío, fueron las principales bazas del triunfo isleño.

Para nada se intenta demeritar a este aguerrido plantel, que supo recuperarse de derrotas incluso por nocaut y siempre dio la cara, hasta conseguir su mejor resultado histórico y forzar un séptimo partido en la final, como visitantes, pero para ser justos, esto no hubiera sido posible si el béisbol cubano estuviera en mejor forma.

La ocasión anterior en que los isleños avanzaron a semifinales contaban con dos muy buenos abridores como Carlos Yanes y Gervasio Miguel, bateadores como Michel Enríquez (el único sobreviviente entre los regulares junto a Luis Felipe Rivera), Alexander Ramos, Vladimir García, Juan Carlos Moreno, Orlis Luis Díaz, Dioel Reyes y Luis Enrique Piloto, entre otros.

Lo que le faltaba a esa novena fue lo que exhibió ahora: excelente bullpen. En aquella recordada Serie el potente Industriales se las vio negras para poder superarlos, casi siempre esperando a los últimos episodios para remontar, pero ahora fue todo lo contrario, fueron los Piratas los que intentaron aguantar lo más posible con sus relevistas largos para cerrar de manera brillante con Danny Aguilera y Héctor Mendoza.

Los desafíos que perdieron fueron precisamente aquellos en los cuales no pudieron echar mano de sus dos cerradores de lujo porque los rivales hicieron demasiado daño en los dos primeros tercios de cada desafío.

ciego 3En cambio, Ciego de Ávila era un conjunto muy bien nivelado, con figuras estelares prácticamente en todas las posiciones, además de múltiples variantes tanto desde la lomita como en cuanto a emergentes, con una tanda hecha para zurdos y otra para derechos, sin que se afectara el resultado.

Acostumbrados a jugar finales por ser esta su tercera en los últimos seis años, los denominados Tigres no se dejaron impresionar por el estadio Cristóbal Labra de Nueva Gerona, donde los Piratas habían sido casi imbatibles, y de allí se marcharon con dos triunfos, a la postre claves para coronarse, pues obligaban a sus contrarios a ganarles los dos últimos encuentros en el José Ramón Cepero avileño.

Pero si algo destacó en esta serie fue el profesionalismo mostrado por ambas escuadras, la entrega sin límites, pero respetando todo el tiempo al contrario, algo que había sido escaso en certámenes anteriores, donde los ánimos se exaltaban al menor roce o equivocación arbitral. En esto último es de destacar que por primera vez se utilizaron las repeticiones de video para apelar, y fueron todo un éxito, evitando más de una injusticia, aunque a veces los tiros de cámara no fueran los mejores.

Sobre estos temas nos hablaron los aficionados en una visita a La Pelota, la cafetería capitalina ubicada en la intersección de las calles 23 y 12, donde se habla mucho del deporte nacional de los cubanos.

Daniel, empleado de la instalación, era uno de los millones de cubanos que querían el triunfo de la Isla, para premiar el esfuerzo de un equipo considerado menor. “Se merecían ganar, porque con tantas dificultades, siendo el territorio con menos gente, con un manager novato, con los viajes esos insoportables en catamarán, jugando siempre por la tarde porque su estadio no tiene iluminación, nunca se dieron por vencidos. Ganarle a Ciego hubiera sido una sorpresa, pero igual se dijo de Matanzas y lo hicieron, por eso creí que podían completar la hombrada”.

“Sí, dice Pablo, pero Ciego no es Matanzas, que juega con miedo. Víctor Mesa es especialista en meterle presión a sus equipos, y ya una semifinal es bastante presión para ponerle todavía más. La Isla hizo errores, Ciego también, pero los de Matanzas se veía que la mayoría eran por presión. En estos juegos todo el mundo pifia, pero cada vez que le pasó a Matanzas fue en momentos cruciales y les costaron carreras, la mayoría de los de Ciego y la Isla no costaron.”

“Los errores están en el juego caballeros, comenta Abel, pero lo importante era que se reponían y salían a hacer carreras luego, no como Matanzas, que se derrumbaba. Estos dos equipos se fajaron en todos los juegos.”

“Sí, pero sin fajarse, interviene Yoandry. Esa es la gran diferencia con Víctor y otros de años anteriores. Se veía que se llevaban bien, aunque se pidieran la cabeza mientras estaban jugando, se notaba cuando los entrevistaban y siempre reconocían a los rivales. Me gustó mucho que en las conferencias de prensa hablaran con tanta ética, sin molestarse por ninguna pregunta, así debe ser. Al desagradable de Víctor nada más se le pueden hacer preguntas tontas, cuando se le cuestiona por una decisión polémica explota y la coge con los periodistas; lo mismo pasaba con Moré, el de Villa Clara, son unos desagradables. Este de la Isla sabe que le falta mucho como director, pero tiene lo principal, que es ética.”

“Oíganme, ¿se fijaron en las grúas que estaba todo el tiempo en los estadios con banderas?”, dice Marcos para relajar el ambiente. “En esos días no podía haber ni un derrumbe en ningún lado, porque las grúas estaban en la pelota, son las locuras que pasan aquí. De los árbitros, ni hablar, siguen cometiendo demasiadas equivocaciones, y eso que no se pueden reclamar los strikes, porque si no el juego duraría ocho horas. Otra cosa, la televisión cuando reclaman repite una o dos veces nada más, y luego se pone a tomar al árbitro esperando que lo llamen por teléfono. A veces ni estaban bien ubicadas como en el roletazo que fue foul, el árbitro lo decreta, y luego dan para atrás sin que se viera bien porque la cámara no estaba sobre la línea. Para colmo declaran out al jugador, que dejó de correr porque el árbitro había cantado foul, eso es increíble.”

“Pero bueno”, dice Leonardo a modo de resumen, “nadie puede negar que fue tremenda final, de las mejores de los últimos años, con tremenda emotividad. Ojalá siempre se jugara con esa garra y ese respeto.”

One thought on “Isla de la Juventud casi sorprende

  • Buen artículo, sólo que no creo en la supuesta “calidad a la baja” de la pelota cubana, ni mucho menos que este hecho lo demuestre.

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