Xiomara Palacios: actriz y titiritera

Helson Hernández

HAVANA TIMES — Xiomara Palacios, actriz y titiritera fue reconocida recientemente por la comunidad titiritera internacional, con el Premio Mariona Masgrau. “Es una magnífica idea para reconocer a las mujeres titiriteras del mundo…”

HT: ¿Quién la condujo al títere como especialidad teatral?

Xiomara Palacios: Los famosos Hermanos Camejos, fundadores del movimiento titiritero en Cuba, me escogieron cuando aún era una joven estudiante. Yo no quería en aquel entonces ser exactamente titiritera, mi meta era actriz dramática, pero tome este comienzo como un puente para llegar después a mi propósito. Me paso que me atrapó totalmente una vez que fui descubriendo su mundo, teníamos entonces 20 años de edad, éramos todos amigos, y Los Camejos nos enseñaban a convivir como una gran familia. Terminé quedándome con ellos, y definiendo mi desarrollo profesional finalmente como titiritera.

HT: ¿Algunas buenas memorias?

XP: Fuimos un grupo de vanguardia en los años 60, época de una explosión cultural muy grande en Cuba. Surgió el Guiñol Nacional, Teatro Estudio, Conjunto Folklórico, Ballet Nacional, o sea todas las grandes compañías culturales que hay en la isla, y nosotros éramos parte de todo aquel florecimiento.

HT: Luego devino una crisis para el movimiento titiritero de la isla.

XP: Principalmente por la devaluación que hubo en la isla, y todos lo conocen, fue en los años 70, para que hablar de aquel momento tan triste y gris. Los Camejos también dejaron de crear, Carucha se quedó en la casa, o mejor la dejaron en la casa, Pépe Camejo y Carril quienes eran los fundadores, igualmente se fueron para Estados Unidos y el Guiñol por supuesto se quedo muy desvalido. Pero afortunadamente todo en la vida pasa, y llegaron otros directores, después de aquella etapa gris, el que más recuerdo de importancia es Eddy Socorro, quien comenzó a traer nuevos creadores, y así fue floreciendo otra vez el teatro de títeres, especialmente el Guiñol.

Más adelante devino en otra etapa muy bonita en los 90, aunque transcurrían esos momentos terribles de los problemas económicos en el país, entro el director Raúl Martín con teatro de la Luna, y recuerdo que puso en la escena una obra bellísima, “Fabula del insomnio” de Joel Cano, y es así como resurge de nuevo todo aquel movimiento del teatro de títeres en Cuba.

HT: Recientemente le entregaron el Premio “Mariona Masgrau”, en España.

XP: Una gran satisfacción y orgullo. Este premio es una magnífica idea para reconocer a las mujeres titiriteras del mundo. Es una profesión que generalmente ha reconocido a los hombres, pues la mujer titiritera antes estaba como relegada, o en segundo plano, por ello es extraordinario que pongan en evidencia el trabajo de las féminas del teatro de títeres a nivel internacional.

Cuando supe quien era esa mujer que le da nombre al premio, Mariona Masgrau, me gusto muchísimo lo avanzada que era para su tiempo, ella fue más bien marionetista, y hacía sus propios muñecos, dándole importancia a los temas populares de su país, España. Esta ha sido la sétima edición del premio, y he sumado la número 14 entre las premiadas hasta el momento.

HT: ¿Qué opinión nos deja sobre el panorama titiritero actual en Cuba?

XP: Finalizando el año pasado vivimos la 2da Bacanal del Títere para adultos, donde pudimos apreciar cantidad de propuestas, pero para el público adulto, con trabajos sumamente interesantes por agrupaciones de casi todas las provincias del país. Como en todo, hay cosas de calidad, otras no tanto, lo más importante es que hay muchos jóvenes interesados y trabajando la especialidad, los ya consagrados continúan mostrando lo suyo, haciéndolo mejor cada vez, por ello creo que el panorama titiritero está muy bien actualmente.

HT: EL humor es otra zona de éxito en su trayectoria.

XP: Cuando se fundó el Centro Promotor del Humor, me llamaba su director en aquel momento, Osvaldo Doimeadios, cada vez que se hacia un Festival “Aquelarre” para que formara parte del jurado. En una ocasión me volvieron a llamar, pero esa vez para actuar en una obra llamada “La divina moneda”, y de ahí me incorporé al trabajo junto a los humoristas cubanos desde la escena.