Las Krudas siguen siendo Cuba

Por Sandra Alvarez*

Krudas Cubansi. foto: Olivia Kruda Prendes.

HAVANA TIMES — Cuando en enero del 2012,  Las Krudas estuvieron, junto a June Fernández, en un panel acerca del cuerpo, escribí unas primeras líneas que nunca llegué a culminar.

En aquel entonces, creí inconveniente continuar con aquel post, mi rol  de organizadora de aquella sesión, que tuvo lugar en la sala Villena de UNEAC, me hacía sentir demasiado. Decidí hacer mutis, como si no hubiera acontecido nada, a pesar de creer que un abordaje tan arriesgado y certero de las otras variantes del feminismo, quizás no sea posible en nuestro país en buen rato.

Entre otras razones, porque somos pocas quienes privilegiemos discursos feministas radicales acerca de las políticas del cuerpo y el erotismo, construidas y establecidas por el patriarcado que deja fuera a lesbianas, gordas, negras, etc.

Acerca de lo que sucedió el pasado sábado 12, en la casa Gaia de Esther, situada en el corazón de la Habana de Eusebio, no perderé la oportunidad de reflexionar, no importa lo involucrada que estuve (o no) en la promoción del evento: Krudas Cubensi en vivo.

Krudas Cubensi siguen siendo nuestras, porque continúa el canto a la afrodescendencia y a las religiones afrocubanas; también a nuestras madres. Siguen siendo cubanas, sobre todo, por la posibilidad de regresar cada año a la Isla de sus vidas, a rapearnos desde sus Trompas de Falopio.

Como le dije a alguien hace unos pocos días “Las Krudas son tan revolucionaras que tuvieron que emigrar”. Luego, cada venida de Pelusa y Pasita nos trae varios temas cargados de la experiencia de ser dos raperas feministas lesbianas procedentes de “la isla musical” y sobrevivientes-disidentes de la machanguería del hip hop cubano.

Las suyas, son canciones donde la vivencia de ser mujeres que ¨gustan de papayas¨, la libertad física y de pensamiento, el amor, la emigración, etc., se mezclan con unas ganas irremediables de hacer gozar y bailar.

Hace mucho que Las Krudas dejaron atrás quejas, lamentos y rivalidades; aquella fue una etapa necesaria en un movimiento cubano de rap donde las mujeres eran (son) invisibilizadas y la misoginia hacía ola (hace aún, por cierto).

Ahora estas raperas, globales y cubanas a la vez, encontraron y construyen un camino positivo hacia el disfrute de sus propias existencias y de las nuestras. Como mismo ellas dicen: ¨No victimization¨; el resultado es entonces un discurso profundamente contestatario, inclusivo y progresista que, al menos en este país, no tiene parangón.

Rítmicamente, los bits que apoyan los textos de Las Krudas se destacan, en este momento, por la presencia de géneros latinoamericanos como la cumbia. La experiencia de girar por varias localidades de los EU, así como visitar México, por ejemplo, dejan huellas en sus actuales composiciones.

Sin embargo, Krudas Cubensi siguen siendo nuestras, porque continúa el canto a la afrodescendencia y a las religiones afrocubanas; también  a nuestras madres. Siguen siendo cubanas, sobre todo, por la posibilidad de regresar cada año a la Isla de sus vidas, a rapearnos desde sus Trompas de Falopio…
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(*) Leer el blog de Sandra Alvarez.