Crítica de arte europea atraída por la danza cubana

Por Helson Hernández

Elisa 1HAVANA TIMES — Elisa Guzzo escribe para importantes publicaciones europeas y se ha especializado en el tema de la danza y el ballet. Su interés por la Isla despierta criterios interesantes. “Cuba no puede faltar en el camino de los grandes viajeros del arte”, opinó en su entrevista con HT.

HT: ¿Por qué la danza para definirse un perfil en su profesión?

Elisa Guzzo: La danza siempre me ha gustado. Rudolf Nureyev fue quien primeramente me fascinó. Después, admirando también la belleza y elegancia de los bailarines, pues soy del signo Libra, quise tomar clases de ballet, disfrutándolas mucho. Otra experiencia cercana en los años de la escuela secundaria y de la universidad, fue tomar clases de danza moderna, jazz y afro.

Nunca pensé ser bailarina profesional, sino vivir la música en el cuerpo y contrarrestar el sedentarismo de los estudios, desde mi forma favorita de moverme. Ahora sigo bailando y enseñando, pero el tango argentino.

Después de graduarme de Filosofía en la Universidad de Torino y siendo buena en la escritura, comencé a pensar en el periodismo sobre espectáculo, pero no sabía cómo empezar. La danza ha resuelto mi problema.

HT: ¿El primer acercamiento periodístico a la danza?

EG: Después de la graduación, cuando empecé a imaginar que me dedicaría al periodismo. Era una época de grandes novedades para la danza en Europa. Aparecieron en la escena Carolyn Carlson, la nueva Isadora Duncan; Pina Bausch, la reina del Tanztheater; la nouvelle danse francesa con Maguy Marin; Angelin Preljocaj; El Butoh, es decir la danza moderna japonesa con Kazuo Ohno; Ariadone, la danza contemporánea dura y muy física de Bélgica en Rosas; Jan Fabre; Wim Vandekeybus.

En ese momento en los periódicos se hacían cargo del tema los críticos de teatro o de música. Un amigo, crítico de teatro por el diario “L’ Unità”, me pidió que escribiera sobre esta “danza nueva”, y también sobre ballet, porque él no entendía nada del tema y estaba bastante ocupado con el teatro y con demasiados espectáculos a seguir.

Escribí una primera pieza como prueba, y de pronto me convertí en periodista especializada de las páginas de cultura y espectáculos, siempre combinando la preparación cultural y danzaria.

HT: ¿Qué despertó su interés por Cuba?

Elisa 2EG: Mi generación, la rebelde del 68 europeo, tenía en su corazón el mito de Cuba. Encima de eso, en los festivales italianos de verano pude ver a Alicia Alonso actuando y bailando como Callas, también al Ballet Nacional de Cuba y al Ballet Folklórico Nacional, en un espectáculo sobre las raíces de la música y de la danza caribeña. Posteriormente, en los años 80, tuve el privilegio de ser invitada al Festival Internacional de Ballet de La Habana, en mi condición de periodista y crítica.

HT: ¿Para cuáles usted tributa?

EG: Soy colaboradora de “Ballet2000”, publicación mensual en italiano, inglés y francés y adelanto que próximamente saldrá en español, y de “Tanz”, mensual en alemán. Escribo para el diario italiano “Quotidiano Nazionale, QN”, además hago programas de radio y televisión para la RAI.

HT: Usted ha visto la evolución del ballet y la danza en las grandes plazas de Europa, ¿qué pudiera comentarnos sobre el desarrollo de Cuba ante esta actualidad?

EG: El Festival de Ballet, cada dos años, es un momento precioso para descubrir, con las piezas que presentan los bailarines invitados en los programas de gala. Se aprecia la obra de los coreógrafos más destacados del mundo, como Kylián, Forsythe, Béjart, Ashton, que el público cubano, muy conocedor, saluda con su calor extraordinario.

Sobre la danza cubana actual hay algunos ejemplos que me gusta mencionar, como las creaciones del cubano George Céspedes, del holandés Jan Linkens y de la coreógrafa belga-colombiana Annabelle López Ochoa con Danza Contemporánea de Cuba.

He visto también con interés el trabajo de la compañía Retazos, de Isabel Bustos, con piezas de su hijo que vive en Suecia y los grupos ubicados en el Centro de Danza, de La Habana, en Prado, como Combinatoria, de Rosario Cárdenas, DanzAbierta, de Marianela Boán, con Susana Pous de España, la Compañía Santiago Alfonso y muchas otras agrupaciones. En varios centros culturales de esta capital se aprecia desde flamenco, hasta tango con el grupo Neo Tango y la novedosa Danza Voluminosa.

HT: ¿Y Cuba mirada como país, en una especie de destino preferencial para usted?

Elisa 3EG: Para mí Cuba tiene una belleza e historia únicas, un amor exclusivo por la música y la danza, también un estilo de vida único, como si el tiempo fuera parado, que logra ser alegre y positivo, a pesar de todos los problemas cotidianos que sabemos. Cuba es América, distinta de la vieja Europa donde yo vivo. Este país me atrae por su gente y por su cultura, la popular y la alta.

HT: ¿Su filosofía sobre el ejercicio de la crítica?

EG: El crítico tiene que ser un puente entre los artistas y el público, sobre todo, en relación con los espectáculos más nuevos, experimentales, más difíciles de entender y apreciar. Y tiene que ocasionar siempre nuevas miradas actuales, incluso sobre los clásicos.

HT: ¿Proyecciones profesionales importantes para un futuro inmediato?

EG: Acabo de publicar un libro, La danza d’ arte sobre tres de los más grandes coreógrafos y maestros, George Balanchine, Merce Cunningham y William Forsythe.

Pienso presentarlo en varios festivales italianos. En verano voy a traducir por primera vez, en italiano, textos de y sobre Isadora Duncan, que viajó a Cuba como hicieron Fanny Elssler, Enrico Caruso, Sarah Bernhardt, Eleonora Duse, Tamara De Lempicka. Cuba no puede faltar en el camino de los grandes viajeros del arte.