La amiga de mi hijo

HAVANA TIMES – No sé si es porque nunca tuve una hija, o porque mi propio hijo, ya mayor, me reclamó no haberle dado un hermano. Lo que sucede es que, con frecuencia, él trae una chica a casa, que me cae muy bien, y se quedan juntos hasta el otro día. Lo cual es un buen acontecimiento, y me da mucha alegría.

No es del montón esta jovencita, sino que es encantadora, y se comporta naturalmente. Su nombre es Melissa, como el personaje de la película de Woody Allen. Pero a diferencia de aquella, tiene el cabello y los ojos oscuros. Es muy delgadita, pero como a menudo lleva un jeans holgado, no se nota mucho.

Cuando está de visita me movilizo, me complace atenderlos. Lo primero que hago es prepararles té con tostadas. Un gesto, que siempre agradece con un gracias y una sonrisa luminosa.

Tampoco es problema hacerles comida, o ayudarlos en lo que necesiten. Lo único que me interesa es que la joven se sienta cómoda.

Guardo en mi memoria, lo mal que la pasé con las suegras que tuve a través del tiempo. Ninguna se hizo amiga mía.

En mi juventud, hubo una que era terrible, apenas me dejaba tener intimidad con su hijo. Diariamente, cuando yo regresaba del trabajo, casi me obligaba a hacer algunas tareas domésticas en su apartamento. A él lo controlaba totalmente, y al final hasta lo puso en contra mía. Fue una relación desastrosa, que nunca funcionó.

Extraño a Melissa cuando pasan varios días, pregunto por qué no ha venido. Entonces me molesta que mi hijo me dé evasivas. Responde que no es su novia, sino una amiga. Pues él no desea comprometerse con nadie por el momento. Su libertad es más importante. No obstante, observo que desde que la conoce, no trae otra joven, solo a ella.

Entre los dos hay una conexión, eso es evidente. Pasan horas encerrados en la habitación, conversando, viendo películas y videos. Ambos son amantes de las series Mangas japonesas; también de los cuartetos coreanos, como BTS. A ella le encanta el idioma coreano, incluso, estuvo estudiándolo.

A veces, desde afuera, la escucho cantar. Había olvidado decirles que Melissa estudia canto. Lo inunda todo con su hermosa voz de soprano. Aunque del mismo modo, puede cambiarla a un tono más grave.

La última vez que estuvo aquí, nos hicimos más cercanas. Dialogamos sobre música, y de cómo su madre marcó, desde pequeña, su gusto musical. Eso fue después que la oí cantando Total Eclipse of the Heart, de Bonnie Tyler. Igual salió a colación cómo se prepara para hacer los exámenes que convoca el Instituto Superior de Arte (ISA). Es raro que haya elegido un repertorio de música medieval.

No paramos de charlar. Todo giró alrededor de la música, incluyendo a las divas del Bel canto, María Callas y Cecilia Bartoli. La preferida por mí, y la de ella.

La voz de Melissa me remonta a la magnífica Loreena McKennitt. Por lo que tuve a bien recomendarle sus temas. Precisamente, usé la música de esta dama, en mi video Morir, dormir, tal vez soñar, del Cementerio de Colón. Publicado aquí en HT.

No es nada tonta esta muchacha, se ve que es ambiciosa en sus proyectos. Publica fotos en Instagram, y ha colocado sus videos musicales en YouTube. He terminado de ver uno de ellos y me ha gustado mucho. Además, escribe las letras de sus canciones, pero en inglés. La mayoría de las armonías son rock-pop. Otras poseen una clara influencia de rock gótico. Al principio tenía un arreglista, que le componía digitalmente. Hasta que hace poco armó una banda. Este mes tendrá su debut en el Bar Fellini.

Es evidente que, como le encanta escribir, también necesita nutrirse de poesía. Por eso me pone feliz que le motive leer poemas. Entonces le regalé dos de mis libros. Espero que le sirvan para algo. Al menos, para conocer el universo intimo con que fueron creados.

Lea más del diario de Irina Pino aquí.

Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

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One thought on “La amiga de mi hijo

  • Me resulta grato leer a Irina Pino vibrando en esta cuerda de tibia humedad espiritual, de natural lirismo. Aunque podamos estar ya acostumbrados a su sinceridad, sin remilgos para quedarse con detalles que otras personas se guardan por prejuicios, esta vez abre su corazón a su sentires filiales y exhala una fragancia buena que reconforta, aproxima y convida desde el ejemplo, sin abandonar sus pinceladas distintivas a otros haceres del arte como siguen siendo el cine, las artes plásticas y la siempre la música como leimotiv.
    Este texto, Irina, te desnuda y deja una visión preciosa de ti como persona.

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