Espíritu navideño
Por Irina Pino
HAVANA TIMES – He puesto en Facebook unas postales navideñas vintage, para desearles cosas buenas a mi familia y amigos. Practicar el amor universal sería la mejor máxima, para tener un planeta saludable.
Esta noche buena no será tan precaria como las anteriores, una sobrina mía, que vive en Naples, nos envió una cesta de regalo con botellas de vino, turrones y otras golosinas, también alimentos, por lo que estaremos agradecidos y felices, aunque no del todo, porque casi todos los míos viven exiliados en USA. Comunicarnos por WatsApp nos ayuda a sentirnos menos solos.
Rememoro una imagen de juventud, nos veo a mi hermana y a mí, buscando ramas secas en los parterres para armar un arbolito de navidad. Le poníamos algodón, bolas de colores, cajitas de regalo, bombillas, el rabo de gato, y una estrella dorada en la punta. Había alegría, pues toda la familia se juntaba.
Desde la década del 60, celebrar la navidad era mal visto en nuestro país, se alegaba que era una festividad burguesa. Muchas personas lo hacían en sus casas, pero tratando de que el CDR no se enterara, porque podían buscarse problemas. Cuando alguien dio el chivatazo que nosotros la celebrábamos, nos preguntaron si nos íbamos del país.
Durante la visita del papa Juan Pablo II, en 1998, se volvió a restablecer la conmemoración, hubo más fieles asistiendo a las iglesias, y significó una apertura. Por cierto, yo estuve en esos cordones callejeros para verlo pasar en el papamóvil. Lo vi muy cerca.
Si tenemos ideas creativas, podemos hacer nuestra propia navidad, poniendo alegorías en el hogar, escuchando villancicos, pero lo más importante es atrapar el espíritu navideño, sentirnos en armonía.
Pero mi deseo va más allá, quisiera un país libre de exclusiones, donde predomine la equidad entre los cubanos, no haya maltrato animal, ni criaturas abandonadas en las calles.
Vivir en un ambiente de tolerancia, donde se respeten las diferencias, sin la fragmentación de la familia por problemas económicos.
Y lo más importante: que se construyan puentes, puentes para el diálogo, como hacía Cristo, que hablaba con todos y los escuchaba también.
Buenas Irina es triste lo que cuentas en tu diario y tiene mucha nostalgia, muy lindo eso que recogían ramas y montabas con tu hermana el arbolito de navidad, verdad que con la familia unida todo es posible en este mundo. Deseo que puedas celebrar la navidad con tu familia algún día.
Antes de poder hacer el primer puente, es necesario un dron sobre el Comite Central. Mientras, siga disfrutando de lo q mande su sobrina.
Gracias por comentar. Si tuviera una varita mágica transformaría todo lo malo en bondad y equidad. Lo necesitamos.