Pobrecitos los cubanos (II)

Fernando Ravsberg*

TAXI - Foto: Claire Villuame

HAVANA TIMES, 26 feb. – Reconozco que me gusta emprenderla contra los tópicos y las generalidades pueriles, además me apasiona el debate.

Éstas deben ser las dos razones que me llevan a volver a escribir sobre uno de los temas que más polémica generó.  (Vea la primera parte)

En realidad no voy a escribir yo, me limitaré a reproducir lo que algunas personas contaron en uno de los blogs que publicaron mi nota. Se trata de una página tan ajena al comunismo que su consigna es “la derecha construye, la izquierda destruye”.

Lo más interesante está en que muchos de los que escriben hablan de sus experiencias personales respecto al tema. “Placeta” -un chileno de 50 años- nos relata que hace un tiempo viajó a la isla y visitó a la mamá de dos cubanas que viven en Concepción.

Cuenta el sorprendido “Placeta” que en Cuba la señora le entregó un sobre para sus hijas y le dijo: “por favor yo sé que ellas están pasando trabajo (en Chile) y aún no logran establecerse bien, acá hay 1000 dólares ¿se los puedes entregar?”.

Al regresar a su país les preguntó a las dos jóvenes cubanas cómo era posible que su mamá manejara tanto dinero en Cuba. Ellas le respondieron con toda naturalidad que trabaja como camarera en una cafetería en La Habana.

“MLMatanzas”, quien al parecer escribe desde Miami, dice conocer personas que han sacado grandes sumas de dinero de la isla y cuenta de “otro que el padre le envió dinero (desde Cuba) para (pagar) la entrada de un apartamento, no muy lujoso, pero en tremenda localización”.

Eso sí, “MLMatanzas” cuestiona que un cubano haya podido reunir US$ 3 millones en un banco de la isla. Si se tomara el trabajo de releer mi nota con más calma y menos apasionamiento, se daría cuenta de que nunca dije que el banco estuviera en Cuba.

“PPP357” afirma que conoció a cubanos en la isla que ganaban “cientos de dólares diarios y vivían con tanto lujo como cualquiera en el extranjero, y no hablo de hijos de papá, aunque sí con conexiones, sin ellas es imposible hacer dinero en Cuba”.

“Omivale”, una cubana que vive en España y se proclama anticastrista, tenía “una amiga que trabajaba en el Hotel Comodoro y era “mileurista” (gana 1000 euros al mes), con los refrescos, bocaditos, etc. Los llevan de la casa y se venden antes que los del hotel”.

“Glezbo” pone en duda que el dueño de un restaurante privado pueda enviar a su esposa a parir a Miami. Enseguida le responde “Prietopicudo” diciéndole que “es verdad porque yo sé quién es y no sólo hicieron eso, cuando fueron a tener el segundo se fueron a España”.

“Deleste” cuestiona mi objetividad pero curiosamente después reconoce que antes de emigrar trabajó “en el turismo y esto me dio muchas posibilidades de sobrevivir en aquel tiempo, por dos vías: la legal, por los pagos que recibía en cuc de parte de la empresa en que trabajé, y por la ilegal: por todos los negocios, o bisnes, que hacía”.

Creo que estas historias resultan muy interesantes sobre todo porque se trata de vivencias personales, escritas además en un blog en el que casi todos los foristas atacan a Fernando Ravsberg sin la más mínima compasión.

Pero no es todo, el 15 de agosto, un cable de Reuters informaba que “Cuba está recurriendo por primera vez en medio siglo a los cubanos con divisas, que ocupan este verano un 10% de la capacidad de los hoteles de lujo de la isla”.

En un “Todo Incluido”, la agencia entrevista a “Alexis”, simple trabajador de una tienda del Estado. El joven, que estaba hospedado junto con su novia, declaró que, aunque tenían que ahorrar mucho, vale la pena porque “esto está de lo más sabroso”.

El 19 de septiembre, la agencia española EFE entrevistó a José, un taxista particular sin licencia que confesó ganar “15.000 pesos al mes (unos US$600)”, y yo agrego que hay personas que poseen varios taxis trabajando en la calle.

Me quedo más tranquilo, ya no soy el único que conoce en Cuba a taxistas con buenos ingresos, a personas que ganan “cientos de dólares diarios”, a otros que envían dinero a sus familiares en el extranjero y a los que pasan sus vacaciones en “hoteles de lujo”.

Publicado por HT con autorizacion de BBC Mundo.