Ciber-ataques en Cuba

Por Alexánder Londres

Punto Wifi por pago.

HAVANA TIMES — El cubano es “bicho malo”. Desde niños lo escuchamos y lo repetimos tanto, que ya estamos convencidos de ello. Pero nos decimos malos en lenguaje figurado, no por la perversidad de nuestra estirpe o algo parecido. Con la frase nos referimos, sobre todo, al ingenio en la búsqueda de solución a los problemas cotidianos, de alternativas para salir de los aprietos, porque no nos damos por vencidos y resultamos “duros de matar”.

Que nadie ponga en duda que somos “inteligencia pura”. La precariedad habitual y  las necesidades diarias nos han transformado en científicos autodidactas, innovadores por excelencia. De inventar para vivir, hemos pasado a vivir del invento.

El día a día en Cuba es muestra fehaciente de ello. Es una prueba irrefutable de nuestro aguante o, lo que es lo mismo, capacidad creativa de resistencia -así se oye más bonito-. Si una condición indispensable para la sobrevivencia del hombre prehistórico fue aprender a adaptarse, creo que los cubanos debemos ser descendientes directos de los individuos más sobresalientes en dicha materia. ¡Pues mire Ud. que nos adaptamos rápido!

Y más allá del proceso de adaptación, incluso nos especializamos en sacarle ventajas al asunto, cualquiera que este sea.

Hace unos añitos todavía soñábamos con la red de redes. Ahora que, con la apertura de numerosas zonas públicas para la conectividad WIFI a lo largo del país, se ha popularizado el acceso a Internet, y de ciber-analfabetos estamos pasando a ser ciber-expertos, algunos de nosotros -los más inteligentes, claro está- se han propuesto sacarle provecho también a las andanzas por el ciberespacio.

Foto: Juan Suárez

Es así, precisamente por las ganancias que deseamos sacar de todo, que ha surgido una nueva figura del cuentapropismo no declarado o ilegal, según lo calificarían los detractores del trabajo extra. Institucionado  “detrás del telón”: el conectador/compartidor de conexión, que por un precio menor que el instituido oficialmente por el proveedor (Etecsa), facilita a los interesados la navegación a través de su cuenta en la plataforma Nauta -la única puerta de enlace disponible en Cuba para tales fines, fuera de algunas entidades estatales y centros del sistema educacional-.

¿Cómo funciona esto? Pues el susodicho sujeto facilitador activa su cuenta, por la que paga 1.50 CUC la hora, para luego crear y compartir, desde su dispositivo, un nuevo punto WIFI mediante el cual conecta a varios internautas, previamente contactados por sus ayudantes, a quienes cobra solo 1 CUC por el mismo lapso de tiempo. De esa forma, al final de su jornada laboral ha ganado mucho más del 100% de la inversión inicial. Entretanto, sus clientes se han ahorrado 0.50 CUC por cada 60 minutos de conexión, en comparación con lo que habrían gastado a través de la vía “oficial”.

Ese acceso “más fácil”, entiéndase más barato, ha permitido una mayor proliferación de “ataques”, asedios premeditados a conocidos, amigos, familiares o tan solo contactos de redes sociales como Facebook, para lograr una recarga on line del saldo en la cuenta del teléfono móvil.

Pero nos estamos convirtiendo en terroristas.

Una vez al mes, cuando Etecsa abre la posibilidad de la recarga bonificada con origen internacional -hábil modo de captar moneda dura extranjera- nos entregamos con dedicación -sustantivo nunca mejor empleado- y con la mediación profesional de nuestro conectador favorito, a la tarea de lanzar “la bomba”, y esperar a que explote en una especie de emboscada estratégica, aderezada con súbitas declaraciones de amor o inclusive con lamentaciones plañideras, hasta lograr que la víctima acepte hacernos una simple recarguita (siempre a partir de 20 CUC).

Solo basta que el consorcio -jamás monopolio- de las telecomunicaciones en Cuba haga el anuncio a sus usuarios vía SMS, en su página web o en sus perfiles de redes sociales y ya está:

¡Al macheteee! (gritamos, así como lo haría Elpidio Valdés, un popular personaje de animados cubanos)

Y de inmediato comienza la maratón de pedidos a diestra y siniestra en una campaña ofensiva de mensajes intencionados o al azar, hasta ver que alguno, del otro lado de la Internet, se compadezca de la escasez de crédito telefónico y, de paso, contribuya a la disponibilidad crediticia de la referida empresa de telefonía que, por cierto, por ese concepto debe percibir mensualmente un considerable engrosamiento de sus arcas.

Wifi en la Avenida Malecón. Foto: Juan Suárez

¡Oh, Santa Etecsa! Que por un lado la queremos canonizar, debido a su afortunada ocurrencia de implementar la recarga, y por el alivio que ello significa para el bolsillo de los beneficiados; mientras por otro, no dudamos en entregarla a la Inquisición Pública, por la desactualización del equipamiento, la precariedad de la red y sus aún limitadas prestaciones.

Pero ya es sabido que aquí, en esta isla, no acostumbramos a rendirnos. Y menos cuando en ello nos va la economía -el saldo, en este caso-. La nueva ciber-mafia asentada en los parques y sitios WIFI -a la que circunstancial y eventualmente todos los clientes de la telefonía móvil cubana nos vemos compelidos a pertenecer para “gestionar” la recarga- mantiene intacto el espíritu de lucha de los taínos, cultivado luego por los mambises y legado después a nosotros, de generación en generación.

Entonces, por pura cuestión de apego a la herencia histórica, resulta casi imposible que nos detengamos ante alguna barrera, ante algún bloqueo -interno o externo-.

Somos un país de luchadores.

Hasta que la vida y Etecsa nos concedan una realidad distinta -servicios de telecomunicación más asequibles y accesibles-, los más desposeídos, que no podemos mantener activo el servicio móvil con el salario, tendremos en el ciber-ataque la mejor táctica para combatir el alto costo de la telefonía celular. Seguiremos entonces buscando la manera de que alguien más pague -de ahí viene lo de ciber-mafia- por un servicio que es básico en el resto del mundo, pero que, por acá, todavía sigue siendo comparable a un acto de inmolación, de auto infligido terrorismo.

En otras palabras, tenemos el más contundente pretexto para enrolarnos, unos días cada mes, por los derroteros de una acometida cibernética.

6 thoughts on “Ciber-ataques en Cuba

  • Perdón, pero no entendí bien el artículo. No me queda claro qué se critica, si la “reventa” del acceso a Internet o el hecho de que, una vez que consiguen ese acceso, los conectados pidan por favor una recarguita a sus conocidos en el exterior. ¿O las dos cosas? Considerando cómo está la situación internaútica, en Cuba, ambas resultan justificables, al fin es que no están hakeando ni haciendo daño a nadie…

  • Álex…Chapó .
    Si me lo permites .. creo que eres un radiólogo del día a día de la realidad de hoy en Cuba.
    Y ciertamente está radiografía muestra la dura realidad .. dónde muchos .. sin conocerte de nada .. te solicitan amistad en Facebook .. y antes de saludarte te dan la bienvenida con … POR FA… NECESITO QUE ME HAGAS UNA RECARGA .. QUE HAY OFERTA ..
    En fin..
    Enhorabuena por tan excelente escrito
    ..Por lo que ASHE PA TI.

  • como diria el autor en el pricipio del texto, los cubanos somo bichos malos y siempre le buscamos una solucion a cualquier tipo de difultad que se nos presente en la vida. Y si es cierto que la realidad economica de nosotros los que vivimos en la isla nos ha obligado a pedir recargas desde el exterior y a pagar a quines por un precio más bajo nos ofrecen mas tiempo de conexion al internet. para mi el articulo es muy bueno, no es necesariament una critica, sino una pincelada de la realidad actual cubana con el nuevo fenómeno social que se llama Wifi.

  • El post, para describir el panorama actual en Cuba con referencia a los modos que emplea el pueblo para conectarse y tener crédito, está muy bien.

    Pero el término “ciber-ataque” tiene otro significado muy diferente de lo que se habla en el post.

    No confundir, por favor.

  • En lugar de pedir libertad piden recargas. Patético.

  • Yo soy española y tengo muy buenos amigos cubanos aunque no los conozca personalmente, pero la realidad es la que se ve y se lee, es verdad que a pesar de la dura vida de los cubanos, siempre tienen una sonrisa en la cara y salen adelante día a día y te dan ánimos a pesar de que están peor que uno mismo y sobre las recargas, yo he tenido experiencias y sigo teniendo, pero unas han sido muy malas y otras muy buenas, lo que más importa es la amistad, no lo material, pero en mi caso si puedo ayudar a un buen amigo lo hago y cuando no puedo, pues nada en otro momento, pero siempre sin abusar, no se puede confiar en todo el mundo y no lo digo sólo por los cubanos, sino en general, porque no sólo son ellos los que te piden, también hay de otros lugares que también lo hacen, porque hoy la vida solo se mueve por el dinero, el interés y el egoísmo. Felicidades bb,Te quiero!!

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