Tocando jazz con el corazón

Por Irina Echarry

HAVANA TIMES — Entrar a la sala-teatro El ciervo encantado es siempre un privilegio, pero desde la mañana del jueves 17 de noviembre el deleite es doble, pues allí sesiona la competencia del JoJazz 2016.

Carlos Javier Alcántara Díaz tiene solo dieciocho años y ya encontró un amor que le durará para toda la vida: la música. Luego de escuchar a estos muchachos tocar estándares del jazz y temas libres, una se llena de esperanza. Ver a los jóvenes dedicarse con tesón a algo que enriquece el espíritu, es muy reconfortante. Carlos Javier es uno de los participantes en el concurso junto a la agrupación Okan Jazz.

HT: ¿De dónde viene el nombre?

Carlos Javier Alcántara: Okan es una palabra de la religión yoruba, significa corazón, así q el nombre viene siendo Jazz de corazón o algo así. Es un proyecto que hicimos en la escuela.

HT: ¿Dónde estudian?

CJA: En el Conservatorio Esteban Salas, de Santiago de Cuba.

HT: ¿Con qué números se presentan en este JoJazz?

CJA: Bueno, nos hemos presentado dos veces: primero yo como solista, al piano, tocando un estándar que se llama Cantaloupe Island de Herbie Hancock, y un segundo tema, Me fui pa´l monte, que es de mi autoría.

Luego volvimos a escena como agrupación de pequeño formato tocando un tema de Chick Corea: España; y el tema libre que escogimos fue El hombre cuerdo, de un artista santiaguero, Iván Acosta.

HT: ¿Todavía en la academia no les enseñan jazz?

CJA: No, pura música clásica. Sí nos dan talleres de música popular, pero se basan más en la armonía, la orquestación a la hora de escribir…

HT: Y entonces ¿cómo es el acercamiento al jazz?

CJA: Con nuestro propio interés, estudiando, buscando libros. Aprovechando toda la información que nos puede llegar; alimentándonos de todo, escuchando música de otros lugares. Sin dejar atrás la música cubana que también la estudiamos.

HT: ¿Te piensas dedicar al jazz?

CJA: Sí, claro, de hecho ya lo hago, allá en Santiago trabajo en un grupo de jazz que se llama Influencia.

Influencia, como Carlos Javier y tantos otros estudiantes de música, se presentó en otra edición anterior del JoJazz; en esa ocasión ellos se llevaron el premio. Esperemos que Alcántara también tenga su oportunidad, aunque participar en un evento tan valioso, donde se respira buena energía y los que conforman el jurado son amigos de los concursantes, es ya un premio. Y para el público también lo es, sobre todo porque los jazzistas tocan con el corazón.