Cineastas cubanos: peligrosos intelectuales
Por Javier Herrera
HAVANA TIMES – Las dictaduras no le temen a una sublevación de los oprimidos, acumulan la fuerza y métodos represivos suficientes como para aplastar a unos cuantos descontentos. Tampoco le temen a una invasión, están seguros de poder usar a los oprimidos en la defensa del mismo régimen que los aplasta. Mucho menos le temen a las divisiones internas de la nomenclatura, basta con dar un par de ejemplos con las cabezas descollantes, destruirles la vida e incluso quitársela y todo vuelve a la normalidad.
El verdadero terror de las dictaduras son las ideas. Les temen porque mediante sus estudios históricos y sociológicos han descubierto que no son las armas, ni los movimientos ni las personas quienes cambian la historia, son las ideas.
Las ideas nacen, crecen, evolucionan, se multiplican, inspiran. Las ideas se expanden en el seno de la sociedad y calan en el alma del ciudadano como individuo primero y como colectivo después y terminan siendo la raíz de toda sublevación.
La ideas suelen nacer entre los intelectuales y hacia ellos se dirige con toda su fuerza el aparato propagandístico y represivo de los regímenes. Los primeros perseguidos y exiliados en cualquier régimen totalitario suelen ser intelectuales que no comulgan con la dictadura que se intenta imponer, mentes adelantadas que pueden ver hacia dónde se dirige la nación.
En el contexto del régimen cubano el gremio de los cineastas ha sido históricamente uno de los más críticos dentro de la isla. Siendo el gran primer conflicto cultural que enfrentó a los intelectuales con el proceso revolucionario la censura en 1961 del cortometraje PM.
El naciente enfrentamiento surgido llevó al conocido encuentro de Fidel Castro con un grupo de prominentes intelectuales en la Biblioteca Nacional, los días 16, 23 y 30 de junio. En dicho encuentro el dictador en ciernes, mediante lapidarias frases, dejó en claro cuál sería la política cultural del régimen al expresar “… Y frente a los derechos de todo un pueblo, los derechos de los enemigos de ese pueblo no cuentan. … dentro de la Revolución todo; contra la Revolución nada”. Dejando en claro que la cultura debía subordinarse a los designios de la revolución so pena de considerarse ‘enemigos del pueblo’, y por supuesto el propio dictador es quien define qué es pueblo, o patria o nación. Discurso que hizo que el eminente escritor y dramaturgo Virgilio Piñeira respondiera al ser interpelado por el mismo Fidel: “Yo quiero decir que tengo mucho miedo. No sé por qué tengo ese miedo, pero es eso todo lo que tengo que decir”.
El enfrentamiento entre régimen e intelectuales, unas veces abierto y otras más solapado, perdura hasta el día de hoy. Los intelectuales que han cometido la osadía de levantar su voz, aun de forma muy delicada y hasta subliminal, han sufrido la pesada mano del aparato represor siendo condenados al ostracismo, la cárcel y hasta al destierro.
Ejemplo de ello son Guillermo Cabrera Infante, quien fuera director del Consejo Nacional de Cultura y subdirector del diario Revolución (actualmente Granma ), quien luego de ser detenido por más de dos meses en la sede de la policía política no tuvo más remedio que exiliarse, o Virgilio Piñeira quien terminó vegetando y mal viviendo en medio del más atroz ostracismo. Más recientemente el artista plástico Luis Manuel Otero Alcántara quien mediante causas penales fabricadas purga actualmente una pena de siete años en prisión. La lista podría ser interminable, espero basten estos ejemplos.
La cara pública, en estos momentos, de dicho enfrentamiento es el gremio de los cineastas, quienes durante el presente año han tenido varios encontronazos con los órganos culturales, políticos y represivos del régimen al intentar establecer un dialogo abierto con los organismos.
Desde el mes de junio vienen acaeciendo sucesos que van escalando el conflicto. El gremio decidió unirse y buscar de conjunto soluciones y para ello convocó a una reunión de cineastas y documentalistas el pasado día 3 de julio en el cine 23 y 12, con el fin de debatir y trazar senderos en torno a diversas cuestiones entre las que se encuentran:
– La política cultural cubana.
– Las acciones que llevarán a cabo a raíz de la respuesta del Ministerio de Cultura en la reunión del pasado 23 de junio convocada por el MINCULT, el ICAIC y con representantes de otras organizaciones, en relación a la declaración que hizo esta asamblea el pasado 15 de junio.
– La Ley de Cine.
– El cine cubano actual fuera del ICAIC.
– La desaparición de la Muestra Joven, evento indispensable para las nuevas generaciones de cineastas, y para los que hemos sido parte de ella en sus dos décadas de historia.
– Las películas cubanas que no se han permitido ver. La justicia hacia ellas y la urgencia de ser proyectadas en nuestro país.
– El patrimonio fílmico del cine independiente cubano, su conservación y recopilación.
– La creación de una Asociación de Cineastas Cubanos fuera y dentro de la isla que vele y defienda los intereses de todo nuestro cine, y por ende, de nuestra cultura.
Así como trabajar en pos de varias iniciativas surgidas durante el debate entre las que destacan:
– La relatoría de los sucesos que provocaron el encuentro del 15 de junio y días posteriores hasta el próximo 3 de julio.
– El diseño de acciones referentes a los temas que consideramos medulares.
– La propuesta y definición del equipo o junta de la asamblea, que representará a la misma de cara a las acciones futuras.
La asamblea contará paralelamente con un soporte online para garantizar que todos los cineastas que no puedan acudir de manera presencial, tengan la oportunidad de estar y compartir sus opiniones.
Luego de una tensa reunión salpicada de represión por parte de la policía política, los cineastas se dieron cita nuevamente, en el mismo cine, el pasado 22 de septiembre. La reunión de la Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC) que tuvo lugar a partir de las 9.00 de la mañana se sostuvo en un tenso ambiente donde incluso se les cortó el acceso a internet a todos los participantes de la misma y el acceso a internet por datos se vio ralentizada en toda Ciudad Habana, dejando sin acceso a los participantes que optaron por asistir vía online por no vivir en la provincia o por radicar en el extranjero, según denuncian varios participantes.
Los participantes denuncian también que asistió en calidad de oyentes un pequeño grupo de estudiantes de FAMCA (Facultad de Cine perteneciente al Instituto Superior de Arte), que por voluntad propia e interés profesional decidieron ir. Estando allí, fueron advertidos por vía telefónica de que debían ‘cuidar sus intervenciones’. Desde el ISA, el secretario general de la UJC intimidaba a los jóvenes para que no intervinieran en el debate.
Los actos de represión no terminaron con la reunión. La ACC decidió rendir homenaje al fallecido cineasta y pintor Nicolás Guillen Landrián, quien en su momento también fue reprimido, censurado, encarcelado y finalmente exiliado en la ciudad de Miami, cuyos resto reposan en el cementerio de Colon desde el año 2003.
Presionados por las autoridades, representadas por el intendente del municipio Plaza de la Revolución y Tatiana Viera, coordinadora de Objetivos y Programas del Gobierno en La Habana, los cineastas se vieron obligados a reducir el número de los que realizarían dicho homenaje a solo 15 participantes. Desde el día 18, cuando ya era pública la intención de realizar el homenaje, comenzaron a llegarle a los implicados sutiles amenazas disfrazadas de advertencias, por diversas vías, de abandonar la intención, amenazas que alcanzaron incluso a la viuda del destacado artista.
Durante el corto trayecto al cementerio fueron hostigados por agentes de la policía política, que los filmaban y fotografiaban constantemente, a modo de amenaza de usar esas filmaciones para fabricarles alguna causa penal.
A la entrada del cementerio los esperaban el intendente del municipio Plaza de la Revolución, Tatiana Viera y el Director de dicho camposanto, quienes intentaron una vez más hacerlos desistir de sus intenciones, mientras dos carros patrulleros los vigilaban expectantes. Luego de desbaratar los argumentos de las autoridades pudieron acceder a la tumba y realizar el sencillo homenaje de depositar algunas flores y dedicarle unos minutos de silencio. Una vez dentro del cementerio el hostigamiento no cesó y continuaron filmándolos, incluso con un agente disfrazado de sepulturero pero que lo delataba la tenencia de una cámara de uso profesional.
Una vez más el régimen muestra su intolerancia a las ideas y al libre pensamiento. Una vez más el régimen reprime a personas por el único delito de pensar por sí mismos y tener opinión propia. Mientras, aún suenan los ecos de la intervención del Presidente Designado de la República de Cuba Señor Miguel Díaz-Canel Bermúdez, donde reclama por un orden mundial diferente y se atreve a criticar países y gobiernos acusándolos de falta de libertades y de democracia.
La mala noticia para el gobierno de La Habana es que estos encuentros son apenas escaramuzas de una guerra intelectual de larga data y ahora es que va cogiendo intensidad. Le es mala noticia al régimen igual el saber que una vez que el hombre se cansa de agachar la frente y expresa su verdad abiertamente ya jamás volverá a doblegarse. Otra mala noticia es que ya sus métodos represivos y de intimidación no están surtiendo el efecto que se proponen. La peor de las noticias es que ya las ideas de los intelectuales cubanos, en especial de los cineastas, están volando libres y no han de tardar en enraizar en la mente del pueblo que a su vez perderá el miedo a la represión.
Lo que pueden ser oportunidades de comenzar un diálogo nacional, tan necesario en estos momentos en que la nación colapsa, el régimen las está pisoteando inmisericorde con métodos caducados que solo los deja sin opciones a ellos: un pueblo indignado puede ser letal para los receptores de dicha indignación.