Neoliberalismo y los guagüeros cubanos

Por Repatriado

HAVANA TIMES – Son archiconocidas las maniobras antisindicales de Thatcher o Reagan; recuerdo personalmente el seguimiento televisivo que se le dio en Cuba a la huelga de los trabajadores de Telefónica, cuando Aznar privatizó la empresa, y solo hay que poner el Noticiero Nacional de Televisión para ser testigo de las diarias protestas sindicales o estudiantiles contra patronales o gobiernos, siempre en países que en ese momento no sean “amiguitos” de Cuba, claro.

Es ya un clásico de la historia económica castrista el caso de los obreros de la Construcción del hotel Manzana Kempinski, los cubanos tenían que laborar con trabajadores indios que ganaban 20 veces más que ellos, sin contar gastos de transporte y alojamiento, hombres indios traídos para evitar subir los salarios a los obreros cubanos. Cuando escuché esa noticia imaginé que Reagan estaba revolviéndose en su tumba, él, que se creía un tipo duro y azote de los sindicatos, bobo.

Hoy en los bajos de ese hotel de súper lujo se puede encontrar un bolígrafo Montblanc que cuesta lo que gana un cirujano cubano durante dos años. Para mí eso es ofensivo, después de tantas y tantas horas de discursos en transmisión simultánea por todos los canales de TV, impidiéndonos ver la telenovela o la pelota, hablando de igualdad.

Ahora hemos conocido que el problema del transporte en La Habana ya no es la falta de guaguas, sino que los choferes están abandonando la empresa, según dijo su director general. ¿La causa? ofertas más tentadoras en salarios y horarios laborales en otros lugares y, esta parte es importante, incremento de las exigencias de los Inspectores estatales del transporte

Según ese director faltan 86 choferes y ello representa dejar de transportar 700 000 pasajeros, de ingresar 600 000 pesos y que se dejen de dar 500 viajes, DIARIAMENTE.

Desglosemos, lo haré en CUC [el equivalente en USD] para poder tener una referencia internacional.

Lo que ingresa la empresa por chofer diariamente sería 290 CUC.

Si cada chofer le ingresa a la empresa 290 diarios x 24 días laborales serían 6960 CUC al mes. ¿De verdad no hay margen para hacerles más atractivo el puesto de trabajo a esos trabajadores?

No me he tomado el trabajo de averiguar cuánto gana un guagüero, pero supongamos que llega a los 100 CUC mensuales, cantidad que cuadruplicaría el salario medio cubano. A eso habría que agregarle, y por eso cobra importancia lo de los inspectores, lo que se “busquen por fuera” adueñándose de montos en efectivo como vía de mejorar su remuneración, que es baja cualquiera que este sea, pues si son trabajadores cubanos están mal pagados, es una regla tan real como la de la gravedad.

En vez de dialogar con el Sindicato del Transporte, la empresa, monopolio estatal del transporte público colectivo en La Habana, ha decidido traer choferes de otras provincias para sustituir a los que abandonan el puesto.

Es importante decir que en Cuba no hay huelgas, no existen, no son posibles, son ilegales, alienígenas, cancerosas, una fantasía efecto del LSD, lo más cercano a una manifestación es la desbandada en masa, como es el caso de los guagüeros.

Es imposible económicamente que sea más rentable traer personal de otras provincias asumiendo gastos de transportación, alojamiento, dietas, pagos extras por lejanía más el salario base, antes de adecuarles el salario a los choferes locales para que no se sigan yendo de la empresa.

Solo la mentalidad neoliberal y antisindical de un gobierno capitalista monopolista puede permitir esos tratos, y solo un periodismo regido por las palabras textuales de Fidel, “la misión primordial de la prensa es defender la Revolución” puede admitir que pasen esas cosas sin montar un verdadero escándalo.

Soy enemigo de hacer ese tipo de análisis parciales de la realidad cubana, pues me parecen siempre que se centran en algún que otro síntoma del problema sin llegar al origen. En este caso sería como si subirles los salarios a los choferes fuera lo que necesitamos para mejorar el infernal transporte capitalino. Pero no, ese no mejorará mientras vivamos bajo una dictadura totalitaria, restrictiva, monopolista, ideológicamente vacía y con una dirigencia solo preocupada en cómo morirse sin que los procese la justicia o les quiten la fortuna acumulada a sus familias, pero es solo opinión mía, los sindicatos piensan diferente, o quizás solo no piensan.