Samuel Feijóo
Yanelys Nuñez Leyva
HAVANA TIMES — Por estos días me enfrento por primera vez a algunos textos del escritor cubano Samuel Feijóo (1914-1992), y no puedo entender porqué no me había llegado antes.
No recuerdo que lo hubiesen abordado en profundidad en ninguno de mis niveles de enseñanza, aunque es natural, si pensamos en la cantidad de vacíos y lagunas que presentan los programas de estudio.
Feijóo llega a mí a través de una investigación que estoy tratando de realizar desde hace un tiempo sobre art brut; expresión artística de gran interés para él.
De este modo, buscando información sobre su vida, sus inquietudes, me topé con Beth-el, un poemario de 1949 con imágenes preciosas e ilustraciones del propio Feijóo.
Y paralelamente, acudo a una autobiografía incompleta del propio escritor, titulada El sensible zarapico, que fuese publicada por la editorial Letras Cubanas el pasado año.
Dicha autobiografía, narrada a través de cartas, reflexiones, documentos, artículos y notas, que él mismo compiló, nos habla del carácter apasionado, voluptuoso y delicado de este creador.
El autor de Juan Quinquín en Pueblo Mocho, nos lleva en este voluminoso libro de casi 600 páginas, por los vericuetos de sus romances, relaciones de amistad… pero también nos conduce a su pensamiento crítico, cultural, que tanto motivó a jóvenes entusiastas del quehacer literario.
Y quizás, otro de los atractivos que muestra esta autobiografía, y que acota en el prólogo Virgilio López Lemus, sea “la visión sexual de la vida que tenía Feijóo, que, junto con la temática del amor, es la menos explorada en su obra, porque él mismo a penas se refirió en su obra global a asuntos eróticos”.[1]
Aun no termino de leer estos libros de Feijóo y ya me siento cautivada por su espíritu, su dedicación, y su eterno amor a la naturaleza.
El hombre que escribiese:
¡Que mi palabra, aún la más pálida, se cargue siempre
de la pura sustancia de alguna vida mía,
de radiosos nudos desatada, y diamante sea
de mi mina o carbón de ella, o simple
guijarruelo o polvillo de ella, para que mi Verba
pese y no se vuele con el viento del Tiempo![2]
Se desnuda en estos textos para nosotros. Acercarnos a su intelecto quizás sea nuestra mejor forma de agradecimiento.
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[1] López Lemus, Virgilio. “Un sensible zarapico inabarcable”, en Samuel Feijóo, El sensible zarapico. La Habana. Editorial Letras Cubanas, 2013, p. 15
[2] Feijóo, Samuel. Diario de viajes montañeses y llaneros (1939-1946) “Poeta en el paisaje”, Universidad Central de las Villas, 1958, p. 184. (Exergo tomado del prólogo de El sensible zarapico)
Busca y leete “Mitologías Cubanas”,es una verdadera joya.
Yo la encontré de casualidad en el año 1986 y hasta el dia de hoy la tengo conmigo
Tiene una magnifica compilacion de decimas y cuartetas.
Al general Valeriano
Cuando se vaya de aquí
Le llamarán Valerí
Porque habrá perdido el ano.
……
Su libro sobre Wampapiro Timbereta y sus fantasticas aventuras por los campos y ciudades de Cuba fue una de mis lecturas favoritas sobre el guajiro cubano, junto con La Odilea de Francisco Chofre.