María Matienzo Puerto
Ella misma me contó que cuando el “zapato apretó” en el no muy lejano período especial, ella que entonces era una maestra de un pre-universitario vocacional, se propuso hacer que su familia sobreviviera.
Exactamente desde 1992 la marca Zulu produce carteras de cuero. Claro, con los años se han ido perfeccionando y ahora están a la altura de cualquier producto de boutique.
Zulu son las primeras cuatro letras de apellido de una familia compuesta sobre todo por mujeres: Hilda Zulueta, Mady y Orasnis Letamendi Zulueta, y Pablo Machín, que también se muestra orgulloso de su trabajo.
Cada una de las carteras es una exclusividad. Las tintas y el cuero adquieren una personalidad única en cada objeto.
Cuando el 4 de marzo se publicó en el periódico Tribuna una nota promocionando la marca Zulu, ni ellos mismos se lo podían creer.
Ellos, solo con la calidad y la belleza de su trabajo, habían logrado abrir una brecha en la anquilosada prensa cubana. Y aunque no se ha vuelto a repetir ya Zulu puede decir que estuvo allí.
Mirando a Zulu me doy cuenta que ese pueblo de holgazanes y recostados que algunos quieren pintar en sus discursos, no es tal; que hay mucha gente creativa que solo necesita cambios reales, espacios concretos y, por supuesto, capital.
Me doy cuenta que la gente cuando logra curarse del desencanto y la frustración puede tener ideas geniales. Esta es una familia cubana que espera poder crecer desde su país y para su país.
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