Francisco Castro
De existir un espacio en la televisión cubana que reflejara el verdadero sentir de estas personas, que usualmente no forman parte de los medios masivos de comunicación, ahora mismo se podría estar produciendo y transmitiendo una interesante serie sobre este tema.
No cabe duda de que un capítulo muy candente podría ser el acceso a internet. Todo esto me viene a la cabeza ahora que se ha hecho público un anuncio de Netflix, un canal estadounidense de distribución de series y películas por internet, en el que se dice que Cuba se podría convertir en el octavo país latinoamericano con acceso a este servicio… de tener una infraestructura de banda ancha mejor establecida.
Así llego al problema que anuncié en el cabezal: ¿Esta oportunidad de primer mundo (la suscripción a Netflix) afectaría a la persona que se encarga de confeccionar las ofertas de nuestro canal de distribución (El Pakete)? ¿O afectaría a sus usuarios habituales, que hasta ahora pagan solo 2 CUC (1.80 USD) por 1 tb de información semanal?
Es una cuestión de matemáticas. Atención: los siguientes párrafos contienen los datos para que usted, en su tiempo libre, resuelva el problema.
La oferta más barata de Netflix sería de 7.99 USD mensuales. Lo mismo que se paga en Estados Unidos. Esta suscripción, por supuesto, se pagaría a través de una cuenta en algún banco norteamericano que logre operar en Cuba. A eso se le sumaría el precio de la conexión. A falta de una visión de futuro en este aspecto, me limito a utilizar el precio actual de conexión que ofrece ETECSA: 4.50 CUC (5.05 USD) por hora…
Entonces, en este supuesto capítulo de la serie de debate público que se está perdiendo la televisión cubana, se ofrecerían también las estadísticas relacionadas con la cantidad de personas que en Cuba poseen computadoras (en el menor de los casos, no hablemos ya de televisores inteligentes), conexión telefónica, y trabajos extraordinariamente bien remunerados que permitirían el lujo de poseer este servicio de entretenimiento.
Planteado esto, los participantes en el debate entrarían en una seria discusión, que pondría final al capítulo, no sin antes anunciar que en el próximo, luego de conocer la opinión de la oficialidad, se podría llegar a una conclusión sobre tema.
Mientras tanto, o sea, mientras todo lo antes expuesto siga siendo pura especulación, siguen flotando en las cabezas de muchos cubanos las burbujas de las ilusiones, que seguirán siendo eso, la distorsión de una percepción sensorial, que alguna vez fuera esperanza.
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