El mundo hace cien años

Erasmo Calzadilla

“(…)porque la enseñanza científica y racional habrá disuelto la masa popular para hacer de cada mujer y de cada hombre un ser consciente, responsable y activo, que determinará su voluntad por su propio juicio, asesorado por su propio conocimiento, libres ya para siempre de la pasión sugerida por los explotadores del respeto a lo tradicional y de la charlatanería de los modernos forjadores de programas políticos.” –Francisco Ferrer Guardia, principios de siglo XX

HAVANA TIMES — Tengo una wikipedia portátil que es mi avión y mi máquina del tiempo. ¡Cómo la disfruto! El otro día busqué el año 1913 para saber qué estaba ocurriendo en el mundo hace cien años. Y de ahí me conecté a leer bulto de cosas interesantes. Les cuento.

A inicios del siglo XX la ciencia y la técnica ganaban presión. La física revolucionaba sus fundamentos epistemológicos y comprometía en la revolución a sus parientas cercanas.

Continuaba la electrificación de las ciudades, se afianzaba la industria automotriz, y despegaban los primeros aeroplanos más pesados que el aire. Muchos ponían sus esperanzas en que la parejita del momento acabara de una vez y por todas con el oscurantismo y la persistente costra medieval.

Unas décadas atrás (en 1889), diversos partidos socialistas habían creado la Segunda Internacional con el objetivo de coordinar y planear la Revolución, pero un año después (1914) los trabajadores de la Europa civilizada se destriparán mutuamente en defensa de las banderas y los intereses de sus explotadores. La carnicería será particularmente eficiente gracias a los nuevos aportes de la ciencia y la tecnología.

En 1913 la Revolución Mexicana está en plena efervescencia. Por esta época tuerce el rumbo durante la Decena Trágica, y lo hará varias veces más antes de caer definitivamente en manos de la burguesía nacional y transnacional. En los EEUU es el año de la fundación del Banco Federal; cohete impulsor del imperio de los banqueros.

Literatura, pensamiento y arte

El mundo de las letras, la filosofía y el arte no andaba a la zaga. Hacia 1913 están publicando unos cuántos pesos pesados (Marcel Proust, Frank Kafka, Tomas Mann, Miguel de Unamuno, Edmund Husserl, Sigmund Freud, Ernest Jung entre otros).

Época de grandes creadores, grandes guerras y no menos grandes esperanzas; incumplidas casi todas. Nada menciona la wiki (en el artículo dedicado a 1913) del movimiento literario que por esa fecha nace en América Latina. Par de añitos más tarde Alfonso Reyes escribirá su Visión de Anáhuac.

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Un siglo después las cosas lucen muy distintas. La ciencia y la tecnología siguen sorprendiéndonos con cada invento, pero ya no se espera de ellas que impulsen una revolución (ni siquiera una evolución) humanista.

Más bien al contrario, las señoritas C y T yacen al servicio de un empresario de apellido Capital, al que ayudan a engordar a expensas de todo lo demás (la gente, el medio ambiente, las instituciones democráticas, etc.)

Y en el campo de la filosofía ¿quiénes son los creadores de hoy? Hice una encuesta rápida a mi alrededor y nadie me supo decir el nombre de un solo filósofo contemporáneo.

En 1913 el mundo occidental era un hervidero de ideas sociales: positivistas enfrentados a vitalistas, marxistas ortodoxos batidos contra revisionistas y todos contra los anarquistas, el psicoanálisis royendo los cimientos de las ciencias humanas y en el éter, dando guerra todavía, el espíritu de Helena Blavatski.

Comparemos ¿Cuáles son las polémicas teórico-sociales de hoy?

No es que no las haya, conozco algunas ideas novedosas, interesantes, con potencial emancipador, el problema es la poca pegada que tienen sobre la cultura general y el sentido común. Salvo algunos puntos luminosos, el mundo Intelectual parece como apagado, romo, gris; y es presumible que empeore.

Resumiría diciendo que hace un siglo el mundo occidental vivía un fresco y luminoso amanecer, un renacer de ideales y expectativas maravillosas por las que valía la pena matar o morir. En comparación, esto de ahora viene siendo como el crepúsculo, y no precisamente de los ídolos.

Es cierto que fue una época super creativa, pero también muy convulsa; demasiados fanáticos para mi gusto. Si me dieran a escoger, elegiría vivir en estos tiempos, y visitar aquellos desde mi butaca preferida.

En otro post trataré de Cuba hace cien años.