Erasmo Calzadilla
HAVANA TIMES — BBC Mundo consultó a varios especialistas en el tema de la energía para comprender cómo afectará la crisis de Venezuela a la economía cubana. Desde mi punto de vista el reportaje confunde más de lo que aclara; la primera duda que me surge al leerlo es:
¿Hay o no hay un recorte drástico y de última hora en el envío de combustible de Venezuela a Cuba?
Jorge Piñón es un analista del Centro Internacional para la Política Energética y Ambiental (Universidad de Texas); su equipo monitorea los tanqueros que traen el petróleo de Venezuela a Cuba. El flujo ha decaído en los últimos años de 110 a unos 85 mil barriles diarios, pero desde varios meses -afirma- NO se observa ningún cambio.
Los ajustes emprendidos por el gobierno de la Isla no están relacionados –concluye- con un recorte de última hora. Podría ser una medida de precaución o un problema generado por el aumento del consumo energético a raíz del auge turístico.
Sin embargo, el mismísimo Raúl Castro expresó públicamente que “pese a los esfuerzos de Maduro”, SÍ ha disminuido el envío de petróleo, y confirmó sus palabras con acciones de emergencia. Hasta la refinería de Cienfuegos, la más moderna del país, fue cerrada “temporalmente”.
En respaldo al SÍ tenemos, un trabajo de la US Energy Information Administration, según el cual el despacho diario a Cuba rondó en 2014 los 50 mil barriles-casi la mitad de lo reportado por el analista-, y cayó más aún a principios de 2015. Coinciden estas cifras con las mencionadas por Carmelo Mesa Lago. ¿A quién creerle?
Echemos ahora un vistazo a otra arista del asunto. Según Piñón, Cuba consume unos 140 mil barriles diarios; de ellos, 50 mil (38% del total) son extraídos del suelo cubano. Si Venezuela interrumpe el envío –calcula el especialista- tendríamos un déficit de 90 mil barriles diarios.
Pero esa cuenta dista de ser exacta. Piñón olvida mencionar que el petróleo cubano, por pesado y contaminado, apenas puede ser utilizado como portador energético. En el Periodo Especial se intentó y fue un desastre, tengo entendido.
Para emplearlo con ese fin debe ser refinado con equipos que en Cuba no existen, y en caso de lograrlo el excedente energético es más bien magro. [1]. En la página de energía, de la Oficina Nacional de Estadísticas podemos apreciar que la cantidad de petróleo importado como fuente de energía primaria (4.976 Mt) es muy similar a la que se consume (5.145 Mt). Solo un 3% del mix utilizado para este fin es de origen nacional[2].
O sea, la situación es mucho más grave de lo que el analista considera, porque no podremos contar con nuestro chapapote ácido cuando la cosa se ponga fea. Si Venezuela deja de enviarnos crudo, el déficit energético será casi total. En un caso así todo el peso caerá sobre el gas made in Cuba, que en la actualidad aporta el 14% de la energía eléctrica.
Optimista,J. Piñón asegura que el turismo es una “póliza de seguro contra el Periodo Especial”. Por estas y las mencionadas razones concluye que Cuba está mejor preparada que en los 90´ para un recorte drástico en el suministro de combustibles. Aquí deberíamos acotar:
Respecto a la segunda idea: “Cuba está mejor preparada”, considero que la situación es más complicada ahora que hace dos décadas, por las siguientes razones:
El artículo de BBC se concentra en el petróleo, pero el problema tiene raíces más profundas. Las ganancias de Cuba a través de los convenios con Venezuela rondan los 9 mil millones de dólares anuales, suma que dobla los ingresos por exportaciones. Si el hermano país “nos falla” no solo escaseará el combustible, faltará, también, el capital para adquirirlo en el mercado internacional. ¿Nos estamos preparando para semejante tormenta?
Sobre la actual situación energética y económica en Cuba se ha escrito un montón. Abundan los textos alarmistas que gozan de pintar un caos inexistente; otros -como el que tenemos en mirilla-transmiten un infundado optimismo.
Las conclusiones concretas que extraigo de esta revisión son:
La mayoría de los artículos que he podido revisar sobre el tema de la crisis energética en Cuba pasan por alto el trasfondo geológico-energético del problema, y es muy raro que intenten vincular el fenómeno micro con la crisis civilizatoria capitalista. De ellos podríamos decir lo mismo que decimos acá de los periodistas oficiales: juegan con la cadena, pero dejan tranquilo al mono.
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