Bernardo Comas: el boxeo me llegó de forma inesperada

Por José A. Rodríguez

Bernardo Comas Aguilera. Foto: jit.cu

HAVANA TIMES – Bernardo Comas Aguilera marcó una época del boxeo amateur en el mundo, cuando se convirtió en un grande entre las 12 cuerdas, pero el nacido el 14 de noviembre de 1960, en la entonces provincia de Camagüey, a más de ocho horas de La Habana, nunca pensó en ser boxeador.

Este expugilista, quien llamó la atención desde temprano por su notable pegada, que le granjeó el respeto tanto a nivel nacional como internacional, confiesa a Havana Times sus primeros pasos en el deporte de los puños.

“El boxeo me llegó de forma inesperada. Yo nací en un lugar bien intrincado llamado Ligerito, entre los municipios (hoy tuneros) de Colombia y Amancio Rodríguez, donde estuve hasta los 11 años, y luego de mudarme a la ciudad de Camagüey lo que practicaba era béisbol, ni siquiera había visto el boxeo. Mi papá fue el primer administrador que tuvo la Universidad de Camagüey, y con él fuimos para allá.

Un día fui a la academia, vi lo que era boxear y dejé el guante de pelota. Allí me vio el entrenador Fermín Espinosa y habló con mi mamá para becarme en la EIDE (Escuela de Iniciación Deportiva Escolar). Yo iba a becarme para estudiar veterinaria, pero me llegó primero la EIDE.

En el primer curso, Espinosa me enseñó los elementos básicos del deporte y participé en los Juegos Escolares de 1976, en Guantánamo, en la división de 60 kilogramos, donde gané oro y fui seleccionado el mejor pugilista de la competencia.”

Por su edad juvenil no podía formar parte del equipo nacional, pero lo llevaban a la preselección a hacer sparrings, hasta que, una vez más de manera casual, da el salto al equipo grande.

“En una gira con la selección juvenil andaba por Bulgaria, ya en 67 kilos, y el entrenador principal, Alcides Sagarra, le dijo al preparador de los bisoños, Pedro Roque, “él se queda conmigo”. De ahí seguí para Hungría con el equipo grande, pero no competí por el tema de la edad, y al regreso me quedé en La Finca, el centro de entrenamientos del boxeo cubano. Lo primero que me dijo Alcides fue que no tenía división. Con la mejor alimentación allá y el crecimiento lógico de la edad subí hasta los 75 kilogramos.”

Tenía solamente 20 años cuando finalizó con la presea de plata en el Campeonato Nacional Playa Girón de 1981, tras caer en enero por puntos en la final de los 75 kilos ante Alejandro Montoya, y a inicios de marzo ganó el Memorial Strandja, tradicional certamen celebrado en Sofía, Bulgaria.

Tras alternar la titularidad de la división con José Gómez, entonces el rey de los medianos en Cuba gracias a sus oros olímpico (Moscú-1980) y mundial (Belgrado-1978), se convirtió en la primera figura para el Mundial de Munich-1982, cuando se coronó contra todo pronóstico, pues era apenas un debutante en la selección nacional. El título lo conquistó tras superar con un electrizante fuera de combate al finlandés Tarmo Uusivirta, submonarca planetario de la edición anterior.

“El único que pensó que le podía ganar a Uusivirta era yo mismo. Lo había visto competir y boxear contra Gómez, pero confiaba en mis condiciones, y Alcides cuando se acabó el primer asalto, donde le hice un conteo, me dijo “le puedes ganar porque estás bien preparado”, y eso me terminó de convencer. En el segundo lo dejé fuera de combate. Esa fue mi principal victoria, ese nocaut no se me olvida nunca. Era campeón del mundo sin haber cumplido 22 años.”

Bernardo Comas Aguilera

Al año siguiente Gómez le gana por RSC a en el Girón, pero luego se invierten los papeles en el Cardín.

“Yo estaba muy confiado en el Girón, pero me ganó, y luego en el Cardín Alcides nos llamó y dijo que el que ganara iba a los Panamericanos. Yo pienso que en ese momento estaba mejor y por eso gané después de tumbarlo tres veces, como me había hecho él en enero. Vale decir que pese a la rivalidad siempre tuvimos buenas relaciones, antes, y ahora.”

El de 1984 pudo haber sido otro año grande para Comas, pero Cuba no asistió a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, y el camagüeyano se quedó con las ganas de saborear la gloria estival.

“Yo tenía muchas ganas de competir allí. Los cuatro medallistas habían peleado conmigo. Al coreano le había ganado dos veces en el Match de Retadores, al americano en el tope contra Estados Unidos, al puertorriqueño lo había noqueado en los Panamericanos, y también por fuera de combate al otro que ganó bronce. En La Habana se dieron los Juegos de la Amistad con los atletas del campo socialista al mismo tiempo y yo me coroné.

“Al año siguiente ya mis condiciones no eran las mejores. Fui campeón en el Girón y el Cardín, y también el Girón de 1986, pero perdí el Cardín en Camagüey ese año y no quise pelear más.”

Así cerró el reinado de Comas nacional e internacionalmente, apenas con 26 años, acelerado por el ascenso de 71 a 75 kilogramos de Ángel Espinosa, quien tomaría su relevo exitosamente. Él resume así sus condiciones.

“Tenía técnica y pegada, pero hay que tener otros conocimientos, y dominio de los elementos básicos tácticos para tener buenos resultados. Por muy duro que pegues, tienes que darle al contrario, para eso hay que tener preparación física, conocer en qué distancia es mejor trabajar a cada rival, cuándo usar el contragolpe, etc., todo eso te convierte en un gran boxeador.”

Bernardo Comas Aguilera. Foto: jit.cu

Sobre la poca cantidad de noqueadores en el boxeo actual opina:

“Primero cambiaron los guantes, antes eran más livianos y los golpes se sentían más. También cambió el reglamento y en una época los boxeadores sabían que estaban en ventaja y evitaban el combate para mantener la diferencia y ganar sin arriesgarse, eso le quitó dramatismo al espectáculo. Yo recuerdo que en mi tiempo aunque yo ganara antes de tiempo, tenía que continuar el trabajo de los otros asaltos con los entrenadores y correr. Por eso estaba preparado para boxear los tres asaltos si hacía falta.”

¿Cómo ves el boxeo cubano?

“En mi tiempo había varias figuras en cada peso, hoy no se ve porque nada más compite internacionalmente uno. Ni siquiera a nivel nacional se compite mucho, y las segundas figuras a veces pasan meses y no tiene un combate. El boxeador se desarrolla encima del ring, y yo en mi tiempo estaba todo el año combatiendo, fuera y aquí, porque todas las provincias tenían por lo menos una competencia oficial.”

¿Qué hace Comas en la actualidad?

“Tras retirarme terminé la licenciatura en Deportes y me quedé a trabajar en la Academia camagüeyana hasta el día de hoy. Estuve de colaboración en Venezuela dos veces, y una en el Salvador, y también entrené por más de un mes en 2011 en Azerbaiyán, invitado por la AIBA para preparar a 10 boxeadores de habla española en la Academia Mundial que hay allá.

Tengo tres hijos, el varón boxeó un poco, pero lo dejó. Cuando puedo voy a las competencias o las veo por televisión. Actualmente el de más resultados es (Julio César) La Cruz, pero veo muy bien a (Andy) Cruz. No obstante, el boxeador que más me impresionó en toda mi vida fue Sugar Ray Robinson, porque lo vi enfrentarse a los cubanos Víctor Corona y Andrés Aldama, al panameño Mano de Piedra Durán y era excepcional, era un disfrute siempre, tanto en el mundo amateur como luego en el profesionalismo.”