Salvados por el desfile

Yusimi Rodríguez

Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 19 abril — Leticia es una niña de ocho años que cursa el tercer grado. Este viernes debía tener examen de inglés, una asignatura que no le gusta mucho y con la que tiene dificultades. Estuvo nerviosa por el examen toda la semana, hasta el jueves para ser exactos.

Ese día la maestra les informó que no habría clases el viernes por los ensayos del Desfile y la Revista militar que tendrían lugar el sábado, teniendo en cuenta que habría afectaciones en el transporte a partir de la una de la tarde, y que algunos maestros y alumnos viven lejos.

Leticia respiró aliviada, la próxima semana será de vacaciones, así es que tampoco realizarán el examen de inglés, no tiene idea de cuando lo harán, ni le interesa.

En algunas secundarias básicas de El Vedado, muchos niños han estado ensayando desde muy temprano durante varias semanas, para el desfile y la revista. Están encantados. Cuando terminan los ensayos, a media mañana, van para sus casas. No tienen que dar clases.

Yo no tuve tanta suerte cuando estaba en primaria. Tuvimos que practicar en las tardes después de las clases de la mañana.

Durante seis cursos participé en la Revista Militar. Era una actividad que se realizaba todos los años. En primer grado, éramos los mambises y algunos muchachos, los más blancos y rubios, interpretaban a los españoles. En segundo grado éramos deportistas; en tercero, alfabetizadores (lo que hicimos en cuarto grado, realmente no lo recuerdo, han pasado veinticinco años). En quinto, éramos el bloque de países latinoamericanos con trajes típicos y danzas, y en sexto, el bloque del MININT (Ministerio del Interior) y de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), con uniformes, silbatos, perros policías, trajes de guardafronteras y hasta carros de bomberos.

Los niños mayores hacían simulaciones de maniobras con guardafronteras y soldados de verdad. Me daban envidia. Estaba loca por llegar pronto a sexto grado para que me tocara estar por lo menos cerca de algún perro, pero nunca ocurrió.

A lo largo de un mes practicábamos para el gran día en que competiríamos con otras escuelas del municipio, en un estadio, ante un público que nos aplaudiría, y un jurado encargado de evaluarnos. Al final quemábamos un muñeco de trapo que representaba al imperialismo yankee.

Photo: Dariela Aquique

Las prácticas consistían fundamentalmente en marchar, marchar durante horas hasta lograr un paso marcial y uniforme, digno de soldados. Quienes mejor lo hacían iban al frente. Yo nunca lo logré. Nunca supe en qué consistía el premio del bloque ganador en la competencia, ni me lo pregunté; nos bastaba ganar. Tampoco dejamos de dar clases un solo día por los ensayos. Por la mañana teníamos clases y por las tardes practicábamos.

Estudiar y marchar. Esas eran nuestras misiones durante aquellas semanas. Creo que mi generación fue de las últimas en participar en esas revistas militares. El último año, cuando estaba en sexto grado, decían que no había gasolina para llevar a todas las escuelas al estadio. Y aún no estábamos en el período especial, era apenas el año 1987.

Recursos siempre disponibles

Pero la falta de recursos nunca ha sido obstáculo para llevar a cabo las tareas verdaderamente importantes. Nuestra revista militar se realizó en el patio de la escuela, con los perros policías, los tiros de salva y la quema del imperialismo, o sea, del muñeco.

Ahora tampoco la escasez nos ha detenido. Hay problemas con el transporte debido al alza de los precios del petróleo a nivel mundial; todos los días nos llaman a ahorrar electricidad y combustible; no podemos despilfarrar. Somos un país bloqueado y sufrimos los efectos de la crisis económica capitalista.

Los problemas que provoca la falta de combustible, no solo afectan el transporte público, sino el traslado de muchas cosechas que se pierden en los campos. Pero hemos tenido nuestro desfile y nuestra revista militar, hemos marchado y volveremos a hacerlo seguramente el primero de mayo.

Conozco a un joven que ha estado más de un mes movilizado por la cuestión del desfile. En ese tiempo apenas ha ido a trabajar. Sin embargo, hace unos en una asamblea de su centro laboral, resultó destacado. Le dio vergüenza. “La verdad es que yo no he venido a trabajar, he estado movilizado.” dijo. “Pero es que esa actividad que tú estás realizando es muy importante.” fue la respuesta que recibió.

De la vergüenza pasó enseguida a ver la parte positiva del asunto, uno no sabe cuando tendrá que competir con los demás trabajadores por un televisor, una casa en la playa, algo. Ser un trabajador destacado siempre es un punto a tu favor.

Los cansados un cuentan

Muchos aprovechan los días de marchas y actos políticos para dormir; las mujeres que trabajan, lavan y planchan las ropas de la semana. Los que tienen carro van a la playa. Otros se enorgullecen de no haber faltado a un solo desfile o acto político en su vida, de haber cumplido siempre su compromiso con la Revolución.

Foto: Caridad

A otros ya la fuerza no les acompaña, pero darán su apoyo desde el sillón de sus casas, frente al televisor. Joaquín considera que ya fue a muchas marchas en su vida, “total para qué.” dice.

El retiro no le alcanza para vivir después de cuarenta años de trabajo y tiene que hacerle los mandados a algunos vecinos para ir tirando. Y rezar porque no le digan que debe sacar licencia para eso. “Ya yo hice bastante, ahora que vayan otros.” dice. Como muchos, se ha agotado por el camino y ha llegado a olvidar cuál era la meta.

Pero esos que se cansaron no cuentan, no son ellos los que han aparecido hoy en las pantallas de Cuba y el mundo, sino aquellos que aún confían a pesar de los errores cometidos por la dirección del país.

Prefieren permanecer unidos frente al enemigo común que representa el imperialismo yankee, los que están atrapados por la inercia y aunque no confíen tampoco creen que haya otra alternativa, los que tienen miedo de señalarse en la escuela, el centro de trabajo o el CDR (Comité de Defensa de la Revolución). Todos ellos han llenado la Plaza de la Revolución.

2 thoughts on “Salvados por el desfile

  • Ahhhhhhhhhhhhh ( esto es un bostezo ) me dio sueno leyendo este articulo
    La Sra o Srta Yusimi me parece que se equivoco de sitio, esto no es Cubadebate y en cuanto al desfile los unicos que se salvaron fueron los vendedores de alimentos

  • No lagiraldilla,tambien tiene su “trasfondo”,otro “mensaje”(lo que escribe Yusimi(dependiendo como se “interpreta”)creo yo,lo mismo hacia Hitler,y Mussolini en Italia,en la epoca del Fascismo,marchas,banderas,los Colores,desfiles!,y siempre con la mano “levantada”,por supuesto con “banderitas””caras sonrientes “de que no pasa nada”,el examen de Ingles? no vale la pena! es el Idioma del “enemigo”,las cosechas se “pudren”,no hay “combustible para el transporte publico..hay “apagones” que afectan a la poblacion! pero no importa!? hay que “salvar” A Cuba?hablando de cubadebate,hace unos dias escribi sobre los “musulamanes” y como tratan a la mujeres(por el anuncio del presidente Frances de prohibir el Kopftuch(el pañuelo que llevan en la cabeza)..no lo publicaron( mi correo era falso)! segun argumentaron! saludos!

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