Cara y Cruz: la misma moneda

Por Martín Guevara

HAVANA TIMES – La alegría y la tristeza son circunstanciales, caprichosas, químicas, alternativas. Pero hoy ocurrió algo que consiguió entristecerme.

Una persona conocida de las redes sociales, con la cual simpaticé al entrar en contacto con su historia y ella conmigo al saber sobre la mía y nuestros puntos de vista coincidentes acerca de la dictadura cubana, hoy me escribió para decirme que me borraría de su lista de amigos, porque no quiere que en su muro aparezcan historias de amigos suyos que aprecian al expresidente Barack Obama.

Me entristeció por partida doble, primero porque ella me conoció personalmente en la Casa Bacaradí nada menos, presentando un libro con un amigo íntimo, expreso político cubano, con el afecto de muchos luchadores por la libertad de Cuba, y conversamos, se llevó mi libro, y hasta donde yo creía, ingenuo eterno al fin y al cabo, habíamos simpatizado personalmente.

Pero más aún lo lamento, porque pensé que incluso estábamos en un mismo barco en contra de cualquier intolerancia, en aquel instante representado en la Revolución cubana; está pasándome últimamente con mucha personas, descubro que no están a favor de la democracia y del civismo, y en contra del autoritarismo y el pensamiento monolítico como decían, sino que son exactamente iguales, idénticos a los que disfrazaron su intransigencia con la palabra “comunista” en la Isla hace ya sesenta años, albergan el mismo tipo de odio, solo que desde la acera opuesta, sin darse cuenta que hacer eso precisamente perpetúa el juego. 

Pero no es ya que odien a los comandantes, cosa que podría entenderse, sino a un presidente del país que los acogió, que los albergó y les dio posibilidades que nadie les proporcionó, y que consideren enemigo todo aquel que simpatice con ese presidente, los cuales, siento anunciarles, son la mayoría de los estadounidenses.

Desde que asumió el actual mandatario de EE.UU. he tenido la desdicha de constatar que este no es un caso aislado, que Fidel Castro inoculó el odio entre cubanos, o la necesidad de construirse en torno y en base al odio al prójimo, en la imposibilidad de la convivencia, en la perpetuación de la intolerancia y en la guerra a la concordia.

No diré el nombre de la persona, porque no es mi estilo en primera, además la considero alguien valiosa, me decepcionó profundamente, pero la verdad no empieza ni termina donde yo dictamino, así que respeto su punto de vista, aunque ella no hago lo mismo con el mío.

Pero sí quiero apuntar una cosa, desde muy temprana edad tuve inconvenientes con la familia y con las autoridades cubanas que me atendían, por mi inclinación a admirar aspectos progresistas de los EE.UU., Inglaterra y Francia, como el rock, el hipismo, los blue jeans, la libertad individual, el arte, el jazz, el blues, el derecho de expresión, la convivencia; desde los dieciséis años llevaba una mancha en el Expediente Escolar Acumulativo: “Diversionismo Ideológico”, por esa devoción a la Libertad , y me sorprende que son esos precisamente los valores que esos individuos, a la sazón convertidos en una masa informe, detestan de los Estados Unidos de América.

El cubano se ha mostrado inmune a la democracia, ya sea en diez, veinte, treinta incluso medio siglo viviendo en su sistema. 

Se ha aprendido poco acerca de convivir con la diversidad necesaria para construir una nueva sociedad.

¿Nueva?… mejor dicho a retornar a nuestro sempiterno círculo vicioso.

PD: Lo más fácil para mí sería pedirle a todo aquel que se sienta identificado con esa persona que me borre de sus contactos, y de ese modo yo podría construirme también basándome en el antagonismo, pero en su lugar les pido que intenten reponerse a sus propios prejuicios, como yo hago cada día con los míos, que son extensos y antiguos, pero ni infinitos, ni eternos.

2 thoughts on “Cara y Cruz: la misma moneda

  • Gracias por una lección de civismo, es lo más importante, lo más necesario y lo más urgente que como Nación necesitamos, la intolerancia y el extremismo, el creer que se tiene una verdad absoluta solo conduce a la confrontación y al anquilosamiento.

    En mi anterior publicación sobre el matrimonio gay me pasó esto precisamente, personas a las que admiro por su trabajo abogaron por vetar mis ideas, en vez de contestarlas con otras ideas, atacan mi persona, como si yo fuese “malo” o estúpido, (eso puede que lo sea) cuando lo atacable es mi perspectiva.

    NO hay democracia sin tolerancia, pero la tolerancia ha de educarse, no creo que sea un instinto innato, al contrario, el cubano no es inmune a la democracia, solo que no la hemos vivido nunca más allá de los que han emigrado, los cuales, lamentablemente, muchas veces llevan un equipaje ideológico impermeable a la tolerancia, algunos son directamente estúpidos.

    Yo estoy más de acuerdo con la política de trump que con la de Obama con respecto a cuba, aun así lamento la mismísima existencia de trump y el mal que está haciendo al mundo, mientras creo q Obama ha sido un gran presidente y es una persona maravillosa.

  • Muy lindo este post. Cuando llegue a ” mayami” procedente de otro país en el que viví más de dos décadas mi hijo que ya vivía aquí lo primero que me advirtió fue: mami no hables de tú admiración por Obama que te van a colgar el cartel de ” comunista” y te van a ladrar . No estuve de acuerdo con la política de Obama hacia Cuba pero es imposible que el presidente de un país como EU pueda cubrir todas mis preferencias y mis aspiraciones pero eso no es razón para no simpatizar con sus posturas en general, a pesar de todo para mi el balance del proceso de relaciones entre Cuba y USA puso más al descubierto la hipocresía el oportunismo y el cálculo cínico de la dictadura cubana al final no todo fue malo

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