Se aborta concurso financiado por EE.UU. en Cuba

Tracey Eaton  (onthemalecon.com)

Grabadora digital, auriculares y un micrófono

HAVANA TIMES – ​​Cuando Jeff Kline visitó Cuba ofreciendo enseñar a los jóvenes cómo realizar programas de radio, una habanera de 25 año se inscribió.

Kline era de otro país y de otra generación, pero según la mujer el estadounidense rápidamente se ganó su confianza. Él era una persona agradable, tenía pelo largo y “aspecto hippie,” dijo ella.

Kline le dijo que estaba dirigiendo un concurso internacional para jóvenes. Los que desarrollaran los mejores programas de radio recibirían “netbooks, grabadoras digitales, equipos de producción de radio y otros equipos para la realización de programas independientes.”

La mujer y otros participantes elaboraron sus segmentos de radio, pero el concurso se terminó abruptamente y nadie nunca recibió premio alguno o explicación de qué salió mal. La jóven comentó: “Me siento usada, trataron de manipularme”.

En ese momento la joven no lo sabía, pero el Gobierno de Estados Unidos estaba detrás del concurso llamado El Barrio en Directo, o El Barrio en vivo. Sus organizadores salieron de Cuba después que el agente estadounidense Alan Gross fuera arrestado en diciembre de 2009.

Al igual que Gross, Kline trabajaba bajo contrato.

En mayo, escribí que Kline viajó en una ocasión a Cuba para probar teléfonos celulares y otros dispositivos inalámbricos para un empresa que trabajaba para el Departamento de Estado. (Ver “El Otro Alan Gross“).

Anteriormente, en febrero, escribí sobre un proyecto cubano que él está llevando a cabo para la Junta de Radiodifusión de Gobernadores. (Ver “La increíble desaparición del contrato de los 450 mil dólares“).

La mujer, ahora de 30 años, dijo que Kline nunca mencionó ninguna conexión con el Gobierno estadounidense. Los organizadores le dieron un equipo de grabación, le explicaron las bases del concurso y las instrucciones y pensó que no había nada más que decir.

“Yo tenía 25 años, era muy joven, súper joven”.

Recordó que Kline mencionó a una de las más famosas activistas por la democracia en Cuba.

“Me preguntó si yo sabía quién era Yoani Sánchez. Le dije que no la conocía”.

Kline no lo podía creer.

Me dijo: “¿No sabes quién es Yoani Sánchez?”

Después de esa conversación, los organizadores le dieron un libro sobre Sánchez para que aprendiera más sobre la bloguera cubana.

Mirando hacia atrás, ella piensa que Kline estaba “tanteando” a los participantes, tratando de descubrir si tenían “tendencias anti-gubernamentales.”

El Barrio en Directo

Jeff Kline

En ese tiempo, Kline, de 68 años, y algunos de sus colegas trajeron a Cuba unos $ 50 mil dólares en equipos de comunicación, incluyendo, al menos, un teléfono satelital, dijo otra fuente, que también habló bajo condición de anonimato.

Las autoridades cubanas confiscaron algunos de los equipos y detuvieron brevemente a uno de los empleados, identificado por dos fuentes como Pablo Castro.

La habanera dijo haber conocido a Castro, quien promocionó el concurso de radio como un programa para jóvenes de América Latina y el Caribe.

En realidad, Cuba era el único blanco del programa, dijo una fuente que está familiarizado con la obra de Kline en la Isla y habló con la condición de guardar su anonimato.

Progreso Internacional

Progreso Internacional, un sitio web ya desaparecido, describió el tema del concurso como “soluciones básicas para los problemas de nuestra comunidad en América Latina y el Caribe.”

El sitio ya no está activo, pero versiones archivadas contienen instrucciones sobre el concurso y otras informaciones.

Sin embargo, permanecen aun las preguntas sobre la obra de Kline. ¿Cuánto costó el concurso a los contribuyentes estadounidenses? ¿Ayudó este a la causa pro-democracia cubana? ¿Era una tapadera para encubrir otras actividades? ¿Kline estaba más interesado en ​​probar los implementos de comunicación que en entrenar a los posibles disidentes? ¿O las dos tareas eran importantes?

Cualquiera que haya sido el caso, la mujer dijo sentirse traicionada. Declaró que realizó un programa de radio “por gusto” y los organizadores nunca le han pedido disculpas o explicado qué sucedió. Ella expresó:

“Les envié correos electrónicos, pero nunca respondieron. Lo que te venden es una mentira”.

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