Mazorcas de maíz compiten con Hamburguesas y Pizzas en La Habana

Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES — Si no fuera por las pizzas y las torticas de morón, el cementerio de Colón llegaría hasta Artemisa. Tal recuerdo viene de mi juventud, refleja la popularidad de dos ofertas básicas diarias dentro de la necesaria alimentación de una gran ciudad. Luego vinieron las Hamburguesas, nunca faltaron los bocaditos y acaban de llegar las mazorcas de maíz.

Se trata del grano tierno, hervido en su continente, con la opción de un embarre que puede ser mantequilla o mayonesa, aunque las mazorcas son igualmente aceptadas sin “pintura” alguna. Valen cinco pesos moneda nacional y es posible encontrarlas en ventorrillos únicos, pero algunos comerciantes las colocan junto a otras ofertas tradicionales, sin que por tal razón pierdan su competitividad.

La foto fue tomada en la Cooperativa de Créditos y Servicios Nguyen Van Troi de la calle Reina, entre Campanario y Manrique. Calzada de gran concurrencia, la vendedora consigue ofertar más de cien unidades cada día.

Resalta el interés empresarial por aprovechar al máximo las opciones económicas: el centro vende maíz molido tierno, el mismo producto desgranado en bolsitas de nylon y las mazorcas crudas que pueden costarle al cliente 2.50 o 3 pesos cada una. Un simple razonamiento apunta al éxito porque la cooperativa las adquiere por cantidad, lo cual significa un costo inicial aún menor.

Por supuesto, la nueva modalidad se apoya en los ejemplares de mayor tamaño, excelente presencia y grano suave. La aceptación está garantizada si comparamos la singular oferta con otras de similar precio, como los panes con jamón, casi siempre a partir de un pan cuyos 80 gramos oficiales nunca llegan a materializarse, agregando la pésima elaboración y la delgadez de la hojuela del cárnico.

Además de la mencionada cooperativa de la calle Reina, pueden adquirirse las mazorcas hervidas en el Boulevard de San Rafael y en una cafetería de cuenta propistas de la calzada de Monte, también existen vendedores ambulantes que ofrecen el vistoso alimento en carritos, sobre todo dentro del perímetro de Centro Habana.

En todos los casos se trata de un éxito del comercio independiente, una invención de particulares o cooperativistas, lejos de la acostumbrada modorra a que nos tiene acostumbrados la gastronomía estatal.
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Vicente Morín Aguado: morfamily@correodecuba.cu