¿Estafa la SINA a los cubanos que solicitan visas?

Por Christopher P. Baker

La Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana.  Photo: Christopher P. Baker

HAVANA TIMES – ​​Como muchos otros cubanos, Luis Enrique González quedó muy contento cuando en enero de 2013 el Gobierno de su país eliminó las odiadas restricciones que limitaban los viajes al extranjero.

Él soñaba con visitar a su padre en La Florida, quizás incluso hasta montar una Harley-Davidson por todo Estados Unidos.

Luis me dijo: “Mi padre abandonó a mi mamá cuando ella estaba embarazada”. “Lo vi solamente una vez, hace dos años, cuando, sin avisar, se presentó en la puerta de mi casa aquí en La Habana”, añadió el hombre de 42 años, cuyo padre pagará el viaje para visitar EE.UU.

Sus ojos se iluminaron cuando hablamos de la nueva ley que permitiría a cualquier cubano obtener pasaporte y viajar por libre voluntad sin tener que solicitar permiso al Gobierno o pagar por la detestada visa de salida conocida como “carta blanca” y que costaba alrededor de 300 dólares en un país donde el salario promedio es menos de 20 dólares al mes.

“Quiero pasear a lo largo y ancho de Estados Unidos con mi papá. Él también es un fanático de las Harley”, añadió Luis, dueño de doce Harleys pre-revolucionarias y presidente de los harlistas cubanos; también es mi compañero y guía en los viajes turísticos en motocicleta que dirijo en Cuba.

Por desgracia, recientemente el tío Sam negó la visa a Luis.

“Me dijeron que no tenía suficientes lazos familiares en Cuba “, contó Luis. “Coño! tengo dos niños, además de mi esposa y madre a quienes mantengo. ¿Ellos no cuentan?” Eso es sin mencionar sus preciosas Harleys.

El funcionario estadounidense que lo entrevistó en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA) le preguntó si pensaba quedarse en ese país. “Les dije que amo a Cuba y quiero permanecer en mi Isla”.

Quizás si hubiera dicho que quería salir de Cuba para siempre, le hubieran otorgado el visado. La entrevista duró apenas un par de minutos. A Luis le costó 160 dólares el privilegio de ser negado.

Durante mucho tiempo Estados Unidos ha criticado al Gobierno comunista de Cuba por controlar quién podía irse y quién no, dándole el título de “isla prisión”. La nueva ley migratoria socava la carga de los derechos humanos y hace que Estados Unidos quede como un hipócrita.

Ahora los cubanos pueden viajar libremente (incluso a EE.UU.) justo igual que un ciudadano estadounidense… A menos, por supuesto, que usted sea un ciudadano estadounidense y quiera visitar Cuba. El Tío Sam mantiene un control estricto sobre quién puede visitar la Isla, y viajar sin una licencia expedida por él puede costar grandes multas a los estadounidenses.

La SINA, que dio la bienvenida al fin de las restricciones de viaje de Cuba, parece haber caído en su propia trampa.

Tras la liberalización de Cuba, la antigua embajada -un bloque de hormigón y una torre de cristal en Calzada y L- de pronto se inundó de solicitudes de visas de turista para visitar a familiares y amigos en la Yuma.

Los cubanos vitorearon cuando en octubre de 2013 la Oficina de Intereses duplicó su capacidad para procesar las solicitudes de visa de no inmigrantes y cambió la política de visados para otorgar visas de cinco años que permiten realizar múltiples viajes de ida y vuelta. Ya en la Isla no se necesitaría solicitar y pagar una cuota de 160 dólares por una visa de seis meses y solamente para una sola entrada.

Sin embargo, muchos solicitantes cubanos dicen que el panorama no es tan de color de rosa.

“Es una estafa”, afirma mi amigo Jorge Coyula Cocina, a cuya esposa, Rosita, se la negaron recientemente por segunda ocasión. “Las nuevas visas de cinco años y el llamado aumento de estas son solo trucos para estimular a los cubanos a aplicar a visitar Estados Unidos y poder robarles la cuota de la entrevista al negarles la entrada. Cuando a Rosita le negaron el visado, le entregaron un papel que explicaba que ella podía solicitarlo nuevamente pagando otros 160 dólares. Ellos alegan que esos 160 dólares son para pagar los costos de la entrevista, sin embargo, no existe entrevista alguna.

“Me entristece ver cómo nos hemos acostumbrado a ser humillados una y otra vez,” Jorge resopla. “Yo había escuchado las historias, pero no lo creía. Rosita y yo ahora vemos que el proceso es solo un negocio millonario para Estados Unidos”.

Jorge no está solo en su reclamo. La mayoría de las solicitudes son negadas. Y el costo -una fortuna para el cubano promedio- y el trato arrogante están dejando un sabor amargo.

“Quedé reducida al llanto”, expresa Alicia Alonso Rodríguez –a quien recientemente le negaron la autorización para visitar a un buen amigo en Texas, quien escribió una carta de apoyo expresando su voluntad de asumir todos los costos. “Yo no lloré porque me dijeran que no, sino porque me trataran tan groseramente durante mi entrevista.”

Alicia es una guía con quien trabajo en la expedición turística “pueblo a pueblo” de la National Geographic que dirijo en Cuba. Sé por experiencia que ella es una de las personas con más elevado salario en Cuba. Tiene un hijo de cinco años, a quien adora. Sus padres y su abuela viven con ella y dependen de sus ingresos. Sin embargo, el funcionario estadounidense que entrevistó a Alicia le dijo burlonamente que ella no tenía dinero suficiente y, sorprendentemente, igual que a Luis, le indicó que no tenía suficientes lazos familiares en Cuba.

“El personal de la Oficina nos maltrata y nos humilla como si fuéramos seres inferiores. Si usted va a negar una visa, por lo menos tenga la cortesía de decir la verdad, ¡pero no mienta! Eso es humillante”, alega Alicia.

“Yo fui una ingenua y confié en las instrucciones del sitio web de la SINA”, añade con desprecio”. Se dice aquellos solicitantes pueden mostrar documentos para argumentar sus casos durante la entrevista. Pero él que atendió mi caso no lo permitió. No quiso ver mis cartas de apoyo. Solo me hizo un par preguntas y luego me negó la visa. No me dio oportunidad de explicarnada. Apenas me miró a la cara. La entrevista duró menos de dos minutos”.

¿Es así como se supone que debemos estar ganando más los corazones y las mentes de los cubanos?

Rosita y Jorge viajaron a La Habana desde la ciudad colonial de Trinidad -todo un día de viaje- llenos de grandes esperanzas. De la misma forma que Alicia y Luis, Rosita fue despedida de su “entrevista” en menos de dos minutos. La gira dejó a la pareja muy disgustada.

“Esta fue una experiencia amarga para nosotros y nos ha hecho cambiar la visión que teníamos del Gobierno estadounidense”, dice Jorge. “Por supuesto que todavía amamos al pueblo estadounidense, pero a ese Gobierno no le preocupa el pueblo cubano. Rosita pasó cerca de dos minutos con la vieja. Ella tiene la reputación de ser terrible. Todo el mundo en la cola tenía miedo de que le tocara con ella. Ni siquiera permitió que Rosita mostrara su carta de apoyo.

“Y lo que es peor, la SINA nos quita el poco dinero que tenemos”, añade Jorge.

Abre una mano y comienza a realizar un cálculo, utilizando los dedos como un ábaco.

“Rosita era el número 400, y detrás de ella quedaban aproximadamente otras 500 personas. Así que creo que están atendiendo, al menos, 900 personas al día”, arguye Jorge. Sus dedos vuelan mientras realiza los cálculos matemáticos. “! Eso es alrededor de 144 mil dólares!”

La Oficina dice que ahora pueden atender 500 personas diariamente, contra los 150 diarios que atendían hace un año. La espera para la entrevista se ha reducido significativamente. Y según la SINA, ellos emitieron a los cubanos 33 mil 254 visas de visitantes en 2013, comparado con los 15 mil 983 del año anterior, mientras las cifras para el 2014 alcanzan un 27 por ciento durante el primer semestre.

El periodista cubano Néstor García Iturbide afirmó (en un trabajo publicado el 28 de junio de 2013 en el diario del partido Comunista, el periódico Granma) que los funcionarios consulares estadounidenses por un lado aceptaban sobornos para emitir visas, mientras por el otro las negaban para inspirar a los desilusionados y desesperados a ir hacia Estados Unidos en balsas. (La política estadounidense conocida como “pies mojados, pies secos” asegura que los cubanos que llegan a suelo americano no puedan ser regresados a Cuba). Iturbide nunca justificó su reclamo.

Teorías de conspiración aparte, solo una parte de los solicitantes tiene éxito. Parece que quien obtiene o no una visa corre la misma suerte de la lotería o de un lanzamiento de dados.

Mientras tanto, la mayoría de los cubanos solo puede soñar con los viajes. Es demasiado caro. Y al parecer, también la cuota de 160 dólares cada vez que se solicita una visa. Esos son seis meses de salario para un cubano promedio.

No es de extrañar que muchos isleños sientan que la Sección de Intereses de Estados Unidos está jugando a la política y realmente no les interesa de corazón.

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