Cuba estrena subsidios para viviendas

Fernando Ravsberg

Los ciclones han destruido cientos de miles de viviendas de la población más humilde, la que no tiene recursos para comprar materiales de construcción. Foto: Raquel Pérez

HAVANA TIMES, 18 ene — Los cubanos de bajos recursos podrán recibir una subvención municipal para la compra de los materiales de construcción y el pago de la mano de obra de cara a reparar o construir su casa, según una resolución del Consejo de Ministros.

Apenas 24 horas después de entrar en vigor se habían presentado 4900 solicitudes de ayuda y las autoridades aprobaron ya 1340. El alto número de negativas se debe, según la prensa, a que muchos solicitantes “no reúnen los requisitos para ser protegidos por este tipo de subsidios”.

Se benefician las personas “sin solvencia económica que vivan en condiciones habitacionales vulnerables, carezcan de vivienda o estén necesitados de construir, ampliar, reparar o conservar esta, siempre y cuando sea por esfuerzo propio”.

Los subsidios se inician el día 15 y el trámite es relativamente sencillo, los interesados deberán solicitar la subvención en las direcciones municipales de la vivienda y estos organismos tendrán que darles una respuesta en un plazo máximo de 45 días.

La medida complementa otras que se desarrollan con el fin de resolver el grave déficit habitacional que enfrenta el país. Antes se habían autorizado la venta libre de materiales de construcción y la apertura del mercado inmobiliario.

Estática milagrosa

La resolución gubernamental explica que “las prioridades a la hora de seleccionar a los necesitados serán las familias afectadas por catástrofes y los casos sociales críticos” pero aclara que no se trata solo de personas que reciben ayuda social.

Alrededor de un 20% de la población cubana está sostenida por la seguridad social para impedir que caigan en la pobreza extrema, pero el por ciento de personas sin recursos suficientes para solucionar su problema habitacional es mucho mayor.

Cientos de edificios de La Habana Vieja y Centro Habana están en pie de milagro, según los arquitectos cubanos. Foto: Raquel Pérez

Según fuentes oficiales cubanas más del 40% de las viviendas se encuentran en regular o mal estado, mientras otras versiones consideran que faltan medio millón de casas para saldar las necesidades inmediatas de la población.

El deterioro es tal que los derrumbes son pan de cada día en barrios como La Habana Vieja y Centro Habana. Los arquitectos acuñaron el término “estática milagrosa” para explicar por qué algunos edificios aún no se han caído.

Ciclones y prohibiciones

Entre las causas del déficit se encuentran los ciclones que frecuentemente atraviesan la isla destruyendo cientos de miles de viviendas, sobre todo las más precarias que son propiedad de las personas con menos recursos para poder volver a levantarlas.

Solo en el 2008 3 ciclones recorrieron la isla desde una punta a la otra provocando pérdidas materiales cercanas a los U$D 10 000 millones y la desaparición de barrios enteros en algunas de las comunidades por donde pasaron.

La política inmobiliaria que rigió Cuba durante medio siglo tampoco ayudó mucho, subvencionaba los materiales de construcción pero para poder comprarlos hacían falta permisos oficiales que se entregaban de forma muy limitada.

El peso fundamental de la construcción de viviendas estuvo en manos de brigadas estatales que levantaron edificios de apartamentos a lo largo de toda la isla. Sin embargo, nunca estuvieron a la altura de las necesidades ni en cantidad ni en calidad.

La venta liberada de materiales de la construcción permitió a muchos cubanos reparar, ampliar y construir sus casas. Foto: Raquel Pérez

Por otra parte la compraventa inmobiliaria estaba prohibida por lo que mucha gente vivía en casas a las que no podían dar mantenimiento mientras que otros con más recursos tenían que realizar miles de trampas legales para poder ampliarse.

La redistribución

Se pueden pedir varios subsidios pero para objetos de obra diferentes. Serán de un monto máximo de $ 80 mil (unos U$D 3500), lo cual calculan que sería suficiente para construir, con esfuerzo propio, una habitación grande con cocina y baño.

El gobierno de Raúl Castro se plantea cambiar la política de subsidios a los productos por la de subsidiar a las personas necesitadas, un mecanismo que se propone extender también a los alimentos, eliminando la libreta de racionamiento.

En el caso de las viviendas, el dinero para estas subvenciones saldrá de los impuestos que pone el Estado a la venta de materiales de la construcción a precios de mercado. Así los cubanos con mayores recursos financiarán a los de más bajos ingresos.

En general se trata de una medida aceptada por todos, a los que tienen una situación económica más holgada les permite construir sin temor mientras que a los más pobres se les abre el acceso a mejorar sustancialmente sus viviendas.

La actividad constructiva privada es enorme desde que se venden materiales libremente, en todos los barrios se ven obras de ampliación, reparación y construcción de casas. Tan es así que, a pesar de sus altos precios, siempre escasean los materiales.

Publicado originalmente en Cartas desde Cuba.

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