La Paz en Colombia y la ausencia de paz en Cuba

Las causas principales

Por Pedro Campos 

HAVANA TIMES — Con el beneplácito de la comunidad internacional, acaban de firmarse en Cartagena, Colombia, los acuerdos de Paz entre el gobierno  de Juan Manuel Santos y las guerrillas de las FARC. En virtud del cual los guerrilleros se convertirán en un partido político y pasarán a participar en el sistema democrático de ese país.

¿Qué lo ha hecho posible, cuáles son las razones, las causas principales que lo ha facilitado?

Se habla de los liderazgos de Santos y de Timochenko, como elementos fundamentales, y no es menos cierto que ambos líderes han jugado importantes papeles en lo interno de sus instituciones, han perseverado, han negociado con paciencia, se han hecho concesiones y han actuado con inteligencia y astucia para conseguir este acuerdo de paz.

Muy importante ha sido el rechazo de la mayoría de la población colombiana a la continuación del conflicto armado que lleva más de 60 años, por tantos muertos, heridos e inseguridades que ha generado, aun cuando no hay pocos colombianos que no confían en las virtudes de este acuerdo.

El referendo próximo dirá la última palabra sobre el apoyo mayoritario o no del pueblo colombiano al entendimiento alcanzado.

También las condiciones internacionales han favorecido el acuerdo. Ya pasó la Guerra Fría, el gobierno fidelista abandonó la política de exportar “su revolución” por medios violentos y hay un gobierno demócrata en EE.UU. que puso el énfasis en la solución política y diplomática de los conflictos.

Sin embargo, el factor principal, determinante que ha posibilitado el llegar a este acuerdo, es la existencia en Colombia de un sistema político y de gobierno sustentado en principios democráticos que obliga a los políticos, no importa su filiación ideológica, a tratar una gobernanza  sobre la base del consenso de la nación, teniendo en cuenta los intereses de todas las partes y no solo de una de ellas, por mayoritaria que sea.

Por defecto, es la misma causa principal, en esencia, por la cual no acabamos de tener paz interna en Cuba. Hoy no tenemos un conflicto armado, pero hay mucha represión contra la oposición pacífica, la disidencia política y hasta el pensamiento socialista diferente. Y la causa es precisamente que tenemos un sistema de gobierno que no se sustenta en principios democráticos, que no tiene en cuenta los intereses de todos los sectores y estratos de la sociedad cubana y mantiene por la fuerza de las armas las visiones estrechas de un mismo grupo que gobierna el país por casi 60 años.

El gobierno de Raúl Castro ha jugado un papel importante en estas negociaciones de paz en Colombia y por ello merece reconocimiento. También avanzó en reducir las tensiones con el gobierno de EE.UU. y se logró el restablecimiento de relaciones diplomáticas, en un proceso de normalización, torpedeado sistemáticamente por los sectores más recalcitrantes del gobierno fidelista y la oposición interna y el exilio.

Hoy, las condiciones internacionales también favorecen en Cuba el camino hacia la paz interna, sin embargo la ausencia de un sistema democrático obstaculiza ese camino. Un claro proceso de diálogo y democratización sería suficiente para echar abajo todo el andamiaje congresional que sustenta las leyes del embargo estadounidense.

Pero los gobernantes cubanos, por temor a perder el control de la situación y ver superado su modelo económico estatal-asalariado, persisten en la paz de las cárceles, en la represión como medio fundamental de control social y han sido incapaces de iniciar internamente el diálogo necesario con todos, en busca de allanar el camino hacia un proceso de democratización y a una nueva constitución que permita a todos los cubanos de todas partes, no importa su mira ideológica, participar del proceso político, económico y social de la nación.

Los socialistas democráticos estamos convencidos de que no es posible el socialismo sin democratización política y sin socialización económica. Por eso respaldamos todos los movimientos que se propongan esos objetivos.

La historia ha demostrado fehacientemente que el abigarrado capitalismo monopolista de estado, impuesto en nombre de un inexistente socialismo, no ha funcionado en ninguna parte del mundo donde se ha intentado, tampoco en Cuba. Los gobernantes cubanos lo saben también y por eso han intentado “reformas” que no prosperan, porque se aplican inconsecuentemente y hasta sin base legal.

El pueblo cubano, todos los cubanos, necesitamos paz, armonía y concordia para poder echar  nuestra nación adelante, ponerla acorde a los nuevos tiempos tecnológicos, contribuir a la felicidad de todos los cubanos, mejorar las condiciones de vida de la población, la gran mayoría por debajo del nivel de pobreza reconocido internacionalmente, aunque los ingresos del estado serían suficientes para cambiar esa situación, si su distribución fuera más democrática.

Ojalá la participación de Raúl Castro en esos festejos por la Paz en Colombia se extienda a la comprensión de todas las causas que la han hecho posible.