Mi reflexión de Cuba

Por Marta López Penoucos*

Foto: Cecilia E Pericich

HAVANA TIMES — Es difícil explicar cómo se ve Cuba desde la mentalidad y la vida de una española.  Cuando iniciamos el viaje en el verano pasado, yo tenía una idea de la Cuba actual muy poco clara y he de decir que sería pretencioso  pretender  haberla entendido únicamente con 13 días que allí estuvimos, pero sí puedo explicar impresiones y sensaciones.

Descubrí gente  amable, pero no aduladora ni sevillista, orgullosa de lo suyo, que defiende su tierra y, aun reconociendo la situación de mínimos en la que vive y que precisa ayuda del exterior,  declara con contundencia que no van a dejar que vengan de fuera “a imponerles  cómo tienen que vivir los cubanos”.

Observé un país bipolar en muchos aspectos. Lo principal, la Cuba de los turistas y la de los cubanos.   A los viajeros nos cuidan con mimo  y pienso que  esa amabilidad debe ser una mezcla de  un rasgo de su propia personalidad, que se mezcla con la necesidad de cuidar el principal medio de ingresos  que tienen, los turistas.

Vi un país muy obsoleta en cualquier campo que implique tecnología, industria o maquinaria. Sí, ya sé que hubo un bloqueo brutal, pero me  pregunto cómo es posible que durante los años de bonanza con el apoyo soviético, los cubanos  no lucharon por conseguir su propia industria o su desarrollo autónomo en algún campo concreto.

No vi ningún sector industrial  fuerte, salvo la producción de tabaco o si me apuras las azucareras, pero aun con todo, son industrias  totalmente desfasadas y que en el momento que Cuba consiga abrirse al exterior no van a tener unas condiciones mínimas para ser competitivas.

Foto: Cecilia E Pericich

Hay que invertir mucho dinero en el país, dinero que ellos no tienen y que me temo que cuando las potencias exteriores quieran “ayudar es posible que Cuba pague como precio el tener que asumir presiones para realizar cambios que favorezcan más a esos inversores que a la propia gente cubana. Tal vez sea un precio muy alto,  pero me parece que la situación para los cubanos actualmente es cada vez más insostenible y lo más duro de todo no es la falta de medios económicos, sino la falta de libertad como personas para moverse o para expresar sus ideas.

Y a pesar de todo lo anterior, encontré personas alegres, vitales y principalmente supervivientes natas. Son creativos por necesidad  a la hora de enfrentarse a las múltiples dificultades que tiene su vida del día a día. Nosotros nos trasladamos de unas ciudades a otras con coches alquilados con conductor, aunque eso no fuese nuestra idea inicial.

Creo que finalmente  resultó ser muy bueno, porque las horas de traslados en las que estábamos varias horas dentro de un coche solamente mi familia y un cubano, el conductor, se creó cierto grado de confianza e intimidad. Esta situación dio pie a poder hablar con bastante libertad de la situación política y social en la que se encuentra el país.

Hay un sentir general de desencanto con lo que pudo haber sido la Revolución y en lo que realmente se ha quedado después de todos los años de castrismo. Cuando se refieren a Fidel hablan de “nuestro Comandante”, pero la verdad es tienen miedo a expresar con libertad lo que realmente piensan de cómo está su país. Sí, se sienten cubanos de corazón, adoran su tierra, pero llegamos a escuchar frases como “no quiero tirar mi vida y mi juventud siempre controlado”, refiriéndose al severo control de las libertades y la expresión de ideas que hay.

Foto: Cecilia E Pericich

Y con todo, hay muchas cosas en las que la Revolución  Cubana hizo una gran labor. No hay analfabetos, todo el mundo tiene la obligación de estudiar hasta los 16 años. En general tienen buen nivel cultural, con la que da gusto hablar de temas cotidianos, de la vida en general.  Tienen una muy buena organización de su sistema sanitario, eso sí, con carencia de medios de todo tipo o, por lo menos, carencias claras por las vías institucionales del  Estado.

Cosa distinta es el mercado negro donde puedes conseguir lo que sea,  pagando un precio similar al de  cualquier país del primer mundo, entonces sí es posible encontrar  de todo. Un conductor cubano con quien viajamos dijo una frase que lo resume  “en Cuba no hay nada, pero hay de todo”.

Yo viví un viaje precioso, en una tierra muy bella y con gente maravillosa.  Deseo que en un futuro haya cambios políticos que les permita a los cubanos desarrollarse plenamente como pueblo y aportar al mundo todo lo bueno que tienen como país.
——
*Marta López Penoucos quiso compartir sus experiencias en Cuba con los lectores de Havana Times.

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