Janis Hernandez
Gustan del buen vestir, el buen comer y un poco de confort en casa. Para mantener estos, no pocos sacrificios se hacen a diario en la isla.
Pero digamos que, alimentarse, vestirse y calzarse, son necesidades de primer orden. Las comodidades en una vivienda, son también prioritarias. Sin embargo, considero que hay determinadas excentricidades, que solo la gente rica en muchas partes del mundo, puede permitirse.
Perros, gatos y peces, eran las mascotas más comunes en Cuba. Pero de un tiempo a esta parte, otros animalitos domésticos han cobrado popularidad, como los hámsteres, ardillas y las aves exóticas.
En muchas partes del país hay sitios destinados a la venta de estas mascotas. Y lo curioso es ver como son vendidas a montos altísimos. En un país donde la mayoría de su población, tiene una tasa salarial menor de un dólar diario.
Por otra parte me resulta un poco molesto, ver como son exhibidos en jaulas, hasta que el mejor postor venga a llevárselos. En Santiago de Cuba, recién abrió una casa de mascotas donde se comercian caninos, felinos, roedores, pájaros y peces.
Estos lujillos de los que gustan actualmente los cubanos, acentúan más las diferencias sociales. Fui testigo de una familia que compraba un dálmata a su niño, en 35 cuc, el equivalente a 875 pesos en moneda nacional. A pocos pasos de allí un hombre pedía limosnas en la esquina.
Muchos responderán a este comentario con el clásico refrán de: “A quien Dios, se lo dio…”Y eso no voy a negarlo. Pero amar a los animales debe ir más allá de que raza sean, o cuanto cuesten. Gustar de las mascotas es una cosa y padecer de ciertas pretensiones es otra.
Presentamos las noticias internacionales en breve recopilada por Democracy Now el lunes 6 de mayo de 2024.
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