Los logros de la Revolución cubana

Por Repatriado

Foto: Alexander Coronado

HAVANA TIMES – Es difícil definir los “logros de la Revolución”, no porque no existan obvias mejoras en el país con respecto a la etapa republicana, sino porque adjudicar esos logros a la gestión socialista porque se hayan dado bajo ese régimen, no es argumento suficiente para otorgarle el mérito. La covariación indica, pero no demuestra causa y efecto.

El aumento de la integración femenina a la vida laboral es notable con respecto a la etapa precedente, ¿pero es ello un logro de la Revolución? ¿Acaso esa integración no ha sido una tendencia global generalizada?

La alfabetización es universal ¿pero no es igual en otras naciones que no han hecho una revolución?

Los índices de salud son de primer mundo, aunque Cuba no está en ese grupo, mientras países que antes del 59 estaban en situaciones equiparables a la cubana no solo tienen también índices de salud desarrollados, sino que han pasado a formar parte de ese primer mundo o se acercan, y todos sin una revolución socialista.

No niego que esos adelantos sean gracias al proceso encabezado por Fidel Castro, solo quiero ponerlos en perspectiva e intentar alejarme tanto del triunfalismo como del derrotismo que anima a los extremos polarizados cuando juzgan estos 60 años de socialismo cubano.

Pero como es imposible que todo haya mejorado desde el 59 hacia acá, me enfocaré ahora en destacar los problemas actuales y tratar de mantener igualmente la equidistancia.

Foto: Alexander Coronado

Durante 60 años Cuba ha necesitado siempre un benefactor externo, la economía centralizada ha sido incapaz de sostener un nivel de vida mínimamente cómodo para la inmensa mayoría de la población. El persistente descalabro de la Salud y la Educación destapan la peligrosa insostenibilidad de esos sectores y su muy posible pérdida al no ser producto genuinamente alcanzado por aumento de la riqueza, sino por distribución de financiaciones circunstancialmente obtenidas mediante alianzas políticas siempre temporales.

Alarmante es la indisciplina social, podría argüirse que el Estado ha centrado el uso de sus órganos represivos en el control político, quedándose sin energías para evitar que la indisciplina invada todo, desde el maltrato ultrajante que se recibe como consumidor en cualquier establecimiento, estatal o privado, hasta la sufrida invasión de desechos físicos y musicales donde sea.

A estas alturas lo que pudo haber comenzado como impunidad, debido al relajamiento de la responsabilidad institucional sobre el orden púbico, se ha integrado en la cultura de convivencia del ciudadano promedio, convirtiéndose en norma el irrespeto y en marginal la educación.

Triste, además, es la relación anormal, bastante más laxa hoy en día, que durante años han vivido los cubanos a ambos lados del hecho migratorio. El estigma tanto del que se iba como la presión sobre la familia que quedaba lastró generaciones y rompió familias dejando hondas y dolorosas cicatrices, así como una macabra y sobrealimentada población de tiburones en el estrecho de la Florida.

Con o sin razón, es generalizada la idea en los jóvenes de que no hay esperanza en una mejoría a corto plazo de su vida aquí, reflejándose eso en el compartido deseo de irse a donde sea, incluso a países con situaciones terribles como Haití o regiones de Centro América, pero donde al menos entienden ellos que la oportunidad de fracasar o triunfar está en sus manos, no en la de un sistema demasiado encorsetado.

Una bomba de tiempo es el paisaje demográfico, hace años, sino décadas, el índice de reproducción no llega siquiera a la taza de sustitución de dos hijos por mujer, sumándole a eso el éxodo masivo, pero lo peor en este asunto, según los propios estadísticos del Gobierno, estaría por venir.

Foto: Alfonso Aguilar

No sé cuál es la media de las pensiones hoy, pero si promedio a los pensionados de mi familia, todos jubilados profesionales, no llega a los 15 USD mensuales y con el inri de que al estar jubilados poco pueden malversar para mejorar su vida. ¿Quién pagará las pensiones del futuro?

Y es la malversación corriente otro de los azotes que ha arraigado en Cuba. Si en la etapa republicana la corrupción era típica en las altas esferas políticas y escandalosos casos eran destapados por la prensa de la época, hoy esa corrupción es vox populi, solo que la prensa no la destapa, pero además ha hecho metástasis al resto de la sociedad que para sobrevivir ha de “resolver”, eufemismo que describe el constante cometimiento de ilegalidades para poder completar los muy insuficientes “salarios”, siendo salario en este caso otro eufemismo.

La simbiosis entre pueblo y Estado puede resumirse en la popular frase de “ellos hacen como que nos pagan y nosotros hacemos como que trabajamos”, con carta blanca para malversar a pequeña escala siempre que no se te ocurra pensar en política.

Nuestro Martí dijo algo así como que “los desagradecidos solo ven del sol sus manchas”, puede ser, pero solo un fanático religioso puede negar esas manchas, ambos extremos son erróneos.

Como toda sociedad, la cubana tiene luces y sombras, es difícil otorgar entonces culpas y méritos.

¿Es difícil?

 

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