Llenar a Cuba de cintas amarillas

Por Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES — “Ese es el mensaje que queremos que ustedes le hagan llegar al pueblo norteamericano: que sepan que el pueblo cubano está esperando a cuatro de sus hijos. Que no es solamente la familia, que no es solamente quien los conoce personalmente, sino que hay un país, hay un pueblo que está esperando a cuatro de sus hijos injustamente encarcelados en Estados Unidos”.

René González Sehwerert, uno de los cinco cubanos detenidos en Estados Unidos el 12 de septiembre de 1998 por alertar a Cuba de los planes terroristas de grupos violentos asentados en Miami, expresó estas palabras como parte de una alocución dirigida al pueblo de Cuba para que el próximo día 12, cuando se cumplen 15 años de la detención de los Cinco.

Pidió que cada cubano ponga una cinta amarilla, en su cuerpo, en su casa, en un árbol… que el país se llene de cintas amarillas, que para el ciudadano medio norteamericano, es un símbolo de amor, de cariño, a la espera de un ser querido.

El pueblo cubano desarrolla desde el 5 de septiembre hasta el 6 de octubre, una jornada de solidaridad en reclamo de justicia para los antiterroristas que aún cumplen largas condenas: Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, pues René González cumplió su condena de 15 años.

No hay ninguna razón que justifique que estos hombres permanezcan presos, pues fueron condenados en un juicio politizado, bajo presión de la misma mafia terrorista a la que ellos denunciaban, y ninguno de los cargos contra ellos pudieron ser probados; sólo el de actuar como agentes sin informarlo a la fiscalía, por lo que a lo sumo les corresponderían tres años de cárcel o la expulsión del país.

Todos los hombres honestos y de buena voluntad del mundo, incluidos muchos norteamericanos, han opinado que los Cinco fueron condenados injustamente.

También opinaron así los jueces de la corte de apelaciones de Atlanta, que anuló el juicio en su primera vista y sólo cedió a presiones del gobierno en una segunda instancia, pero con la oposición de una jueza, que dejó por escrito una argumentación de más de 90 páginas, en las que expresa todas las razones por las que ese juicio debió ser anulado.

El pueblo norteamericano desconoce todos estos pormenores, porque la prensa no se atreve a publicar un solo artículo que dé a conocer todas las arbitrariedades y violaciones cometidas en el juicio más largo de la historia de Estados Unidos.

Tampoco conoce que el Comité sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU, declaró arbitrarias esas detenciones y exhortó al gobierno norteamericano a corregir esa situación.

El mundo entero y especialmente el pueblo norteamericano deben conocer lo que está pasando con esos cuatro cubanos que aún permanecen en cárceles norteamericanas, sin haber cometido delito alguno por el que merezcan estar presos.

El pueblo norteamericano debe conocer que las madres, las esposas, los hijos, los padres, de esos cuatro talentosos jóvenes, esperan por ellos. Esperan que el presidente Barack Obama tome la decisión correcta de ponerlos en libertad para corregir todas las arbitrariedades cometidas en el caso.

Por eso, para que todos los visitantes en Cuba y los corresponsales extranjeros, el 12 de septiembre, conozcan que todo el pueblo cubano espera con amor a sus cuatro hijos, René González convocó a todos los cubanos a llenar a Cuba de cintas amarillas.