La batalla de las ideas no admite la mentira

Por Elio Delgado Legón

Montaje: josemarti.cu

HAVANA TIMES — Desde que el ser humano alcanzó cierto nivel de desarrollo y pasó de la Comunidad Primitiva  a otras formas de organización, ha estado dividido en dos bandos: esclavistas y esclavos, señores feudales y siervos, aristócratas y plebeyos, patrones y obreros. En cada una de estas dicotomías, el primero explota al segundo y vive de él.

En el campo de las ideas, los explotadores y los explotados siempre han tenido puntos de vista diferentes, y es lógico que así sea.

A nivel mundial, desde que surgió el capitalismo, estas diferencias se han expresado en la contraposición de la ideología burguesa capitalista y la ideología proletaria socialista.

Los proletarios del mundo son la inmensa mayoría; sin embargo, no les ha resultado fácil elegir a los gobiernos que respondan a sus intereses, entre otras razones, porque los poderosos han sido los que han tenido los recursos para imponer su propaganda, han mantenido a las grandes masas en la ignorancia, y utilizando la mentira, han engañado a pueblos enteros.

A los trabajadores les han permitido ciertas libertades, mientras no peligren las bases del sistema capitalista. Las ideas del proletariado siempre se han expresado de forma diáfana, clara, sin mentiras, desde que triunfó la Revolución de Octubre en Rusia, hasta nuestros días;

sin embargo, las ideas de la burguesía capitalista, salvo raras excepciones, siempre se han apoyado en la mentira, en la difamación de los contrarios para desacreditarlos y ganar adeptos para sí.

La lista de ejemplos podría ser muy larga y va desde hacer creer al mundo la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, la intención de fabricar armas nucleares en Irán, los ataques del gobierno de Libia contra la población civil, la repetición del guión de Libia en Siria y muchos más, cuando la realidad es otra: tratan de producir un cambio de régimen político que favorezca las intenciones imperiales de dominar al mundo, desde el punto de vista político, militar y económico.

Utilizar la mentira con fines políticos es éticamente inaceptable, tanto en la política internacional, como en la nacional.

Los políticos que utilizan la mentira y las promesas incumplidas para alcanzar el poder, no merecen ni un ápice de respeto del pueblo.

Los revolucionarios cubanos jamás utilizan la mentira ni las calumnias para ganar adeptos. No es necesario. La verdad del revolucionario es más fuerte que todas las mentiras de los enemigos. Ejemplos en Cuba tenemos millones.

Contra la Revolución cubana se han estado inventando mentiras desde el mismo triunfo de 1959. De muchas de ellas ya se ha escrito lo suficiente, como la de la patria potestad, o pintar los aviones que atacaron los aeropuertos el 15 de abril de 1961 y a Playa Girón el 17, con insignias cubanas y decir, hasta en la ONU, que eran pilotos cubanos sublevados.

Para los enemigos de la Revolución, la mentira siempre ha sido un arma utilizada porque faltan los argumentos. Para los revolucionarios mentir es la mayor falta de ética y de moral que existe. Podemos equivocarnos, porque no somos infalibles, pero siempre con la verdad.

La contrarrevolución fabrica disidentes con presos comunes, inventan ataques de la fuerza pública, cuando en realidad la policía los protege de los ataques de ciudadanos que se indignan con las actitudes asumidas contra la Revolución. Convierten lamentables accidentes, de los que muchas veces son culpables, en asesinatos. Uno de esos accidentes fue el del remolcador 13 de Marzo, que no tenía las mínimas condiciones para navegar en mar abierto, por lo que iban a una muerte segura de muchos inocentes y al tratar los guardacostas de evitar esa catástrofe ocurrió un lamentable accidente.

Más recientemente, se produjo un accidente de tránsito en el que murieron dos disidentes cubanos, e inmediatamente comenzaron a circular las mentiras, tratando de hacerlo aparecer como un asesinato.

Nunca, en la historia de la Revolución, se ha producido un asesinato político, ni se ha torturado, ni se ha desaparecido a nadie. Cuando se ha condenado a alguien, ha sido en juicio con todas las garantías y no por tener ideas contrarias. A nadie se ha condenado por sus ideas, sino por violar las leyes.

La verdad ha sido siempre, desde los días del Moncada y la Sierra, hasta hoy, el arma más poderosa de la Revolución cubana. Eso nadie lo puede rebatir, a no ser con mentiras.

Utilizar la mentira, que siempre se descubre, es perder la moral ante el pueblo, y la Revolución ha mantenido la moral muy alta durante más de 50 años, diciendo siempre la verdad, aceptando los errores cuando se cometen y desmontando las mentiras de los enemigos.

Martí escribió en 1895: “De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento”. Hoy la batalla es de ideas, y esa batalla no admite la mentira.

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

15 años de prisión a la joven que transmitió las protestas

Se intenta suicidar en prisión Fray Pascual Claro Valladares al conocer su sentencia, de 10…

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

“Distorsiones” de moda en Cuba

Nada nuevo, pero resulta que la palabra se ha puesto de moda, y esta semana…

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.