¿Existe realmente una oposición en Cuba?

Por Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES, 9 abr — Desde el mismo triunfo de la Revolución cubana en 1959, comenzaron a levantarse obstáculos para que esta no pudiera avanzar. El gobierno de Estados Unidos le encargó a la Agencia Central de Inteligencia de ese país, llevar a cabo un plan para derrocar a la naciente revolución.

Utilizando a los elementos batistianos que quedaron en Cuba y otros que se habían ido huyendo hacia el norte, entrenaron y armaron a bandas de alzados para que sembraran el terror en los campos cubanos, mientras preparaban una fuerza militar que desembarcaría en las costas cubanas, tomarían una cabeza de playa y solicitarían la intervención de los marines norteamericanos para derrocar por la fuerza al gobierno revolucionario.

Mientras ese ejército de mercenarios se entrenaba en Nicaragua, con la complicidad de la dictadura de Anastasio Somoza, dentro de Cuba las bandas de alzados cometían todo tipo de asesinatos de campesinos, maestros alfabetizadores y otros ciudadanos humildes del campo. Esa fue la primera “oposición” que tuvo la revolución cubana. Entrenada, armada y pagada por el gobierno de Estados Unidos.

La historia y el final de la pretendida invasión, todo el mundo la conoce. El pueblo de Cuba, todavía mal armado, la derrotó en menos de 72 horas. Trataron de engañar a la opinión pública mundial cuando pintaron los aviones agresores con la bandera cubana y las siglas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y con ellos atacaron las principales bases aéreas para destruir los pocos aviones con que contaba el país para su defensa.

Hasta en la Asamblea General de la ONU, el representante norteamericano ante ese organismo, presentó fotos de aquellos aviones, para engañar, como siempre con mentiras, a los embajadores de todos los países del mundo allí reunidos.

Sin embargo, con los pocos y viejos aviones que se salvaron y la heroicidad de sus pilotos, la aviación revolucionaria pudo darles apoyo a los batallones de milicianos que enfrentaron y derrotaron la invasión de Bahía de Cochinos, llevada a cabo por la llamada “oposición.”

En los mares cercanos a la isla de Cuba quedaron los barcos de guerra norteamericanos, preparados para entrar en acción si la invasión tenía éxito. Pero el fracaso de esta operación no significó el fin de los intentos de crear una oposición interna.

Las bandas de alzados en las lomas del Escambray y en otros lugares de la Isla siguieron recibiendo apoyo logístico y dinero del gobierno de Estados Unidos, a través de la CIA.

Siguieron cometiendo crímenes y actos terroristas, hasta que las milicias revolucionarias los exterminaron o los capturaron. Ese fue el fin de aquella “oposición” fabricada por la CIA de Estados Unidos.

Existe un documento de un alto funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, en el que reconoce que en Cuba no existe una oposición y hace recomendaciones al presidente Eisenhower.

El memorando expresa: “No existe una oposición política efectiva en Cuba, por lo tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basados en la insatisfacción y las dificultades económicas.

Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros a Cuba para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno.”

Esa política se ha estado aplicando desde entonces y se han promulgado leyes cada vez mas duras, incluso con alcance extraterritorial con el fin de lograr el objetivo propuesto en el documento. Como no han tenido el éxito esperado, se acudió a fabricar una oposición interna.

Lo que actualmente le llaman oposición en Cuba es otra mentira, son individuos reclutados por la CIA y que reciben dinero para realizar actividades contra el gobierno cubano. Esto ha sido demostrado en varias ocasiones y publicado en la televisión y en la prensa escrita, con la presentación de numerosas pruebas, documentales y filmadas.

Quien recibe dinero de una potencia extranjera, que además es enemiga declarada de la Revolución cubana, no puede ser considerado opositor, sino mercenario y contrarrevolucionario.

 

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